Los cristianos empezamos un camino, un itinerario para cambiar el desierto en jardín.
Lo llamamos Cuaresma. Todos sabemos lo que es una finca seca, sin fruto, con arena. muerta y lo que es un jardín: lleno de flores, alegría, vida.
Pues, vamos, los que queráis, a dedicar estos cuarenta días de cuaresma y 50 de pascua a colaborar para que nuestra vida, nuestra casa, nuestra parroquia, nuestro pueblo y nuestro mundo lo cambiemos un poco en jardín: con vida, alegría, flores.

Recordamos la leyenda de Eva que nos da la Biblia. Eva y Adán comieron de la manzana. Porque era fruto”hermoso de ver y deseable “. Ese fruto hoy tiene muchos nombres: Se llama TENER: CONSUMIR. Se llama: PODER. Influencias, armas, negocios, victorias. Se llama belleza: CULTO AL CUERPO para conseguir la juventud perenne, el encanto irresistible según la moda. Caprichos, consumir…
Todas ellas son manzanas apetitosas, “buenas para comer”hermosas de ver y deseables. Pero todas ellas nos sacan del jardín y nos mantienen en un desierto obscuro de sufrimiento.
Para VIVIR EN EL JARDIN: COMO Jesús, superar esas inclinaciones y vivir con valores nuevos
Nuestras vidas están más o menos alegres, llenas de vida. Podemos colaborar para que sean jardin y vivamos tan alegres “como unas pascuas”.
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