
Si cunde esa llamada de responder a la violencia de palabra, de hechos, va a surgir una nueva forma de vivir. Y venceremos no con la razón de la fuerza sino con la fuerza de la razón. Y sobre todo de la compasión.
Pasa por mi casa un transeúnte buscando trabajo. Ni siquiera muestra indignación. Camina y busca. Igual lo bueno es escucharle en su silencio. Porque me preocupa que muchas personas ni siquiera están indignados, porque no pueden tener si eso.
Parece que el movimiento se va a los barrios. Como entremos los mayores y las personas discapacitadas, y los transeúntes, esto no hay quien lo pare.
Buen camino: va a las bases, hacia abajo. Y siempre en el campo las plantas crecen desde el suelo. Sobre todo los rosales que dan hermosas rosas.
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