
Es algo a celebrar, pero sin querer ser aguafiestas si que ofrezco algunas reflexiones:
•Siento que es fácil ofrecer puntualmente ayudas generosas. Algunas personas han entregado realmente privándose de lo suyo.
• Pero es difícil una constancia en esa entrega .Por eso me maravillan las personas voluntarias que día tras día ofrecen su tiempo y colaboración
• Muy fuertemente aplaudimos todos estos hechos de ayuda, pero ¿tenemos la misma contundencia al exigir a la administración que cumpla sus deberes y no haga recorte en los más empobrecidos?

•El Papa Francisco que tanto nos renueva, nos dice que hay que privarnos no solo de lo que nos sobra sino de nuestras comodidades y aprender a prescindir de aquello que nos parece tan normal, a favor de los demás. No dar lo que nos sobra- por supuesto- sino también lo no imprescindible. Si una día entran en nuestra casa y nos llevan la mitad, yo puedo seguir viviendo perfectamente, Quizás nos romperían el ritmo de vida. Y estaríamos en oportunidad de vivir con y como los pobres que nos ofrece el evangelio.
•Estamos con fuerza solidaria como para buscar una alternativa con una economía del bien común. se trata de levantar el vuelo e ir creando otra economía partiendo no del capitalismo, que mata, sino del pensamiento y la actitud del bien común. Puede ser una postura que cree personas y nos ayude a buscar otra alternativa a la crisis.

Enhorabuena. Descubramos nuestra generosidad. Pero estoy seguro que la carrerilla que hemos tomado nos va llevar más allá de la Navidad por el nuevo año entero y va a ser cada día más una actitud de nuestra vida.
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