
Todo el pueblo, todas las edades, todas las asociaciones, todas las actividades posibles.
Qué bonito el hecho de que en medio de nuestras vacaciones, de nuestras fiestas, tomemos conciencia de que hay otras personas con dificultades, problemas, pobrezas y nos comprometamos con ellas.
Normalmente se acude a mercadillos de cosas que tenemos y las vendemos, a colectas, a actividades que engendran riquezas... Y ¿ qué tal si tanto los ayuntamientos, como las parroquias, como los ciudadanos nos comprometiésemos a aportar el 0,7 de los gastos o de los ingresos de fiestas y los destinamos para una causa social?.
Sin duda, la alegría es mucho más profunda cuando es común y se comparte. Y esto no por obligación sino por convencimiento: más allá de unas limosnas.
Si no estoy mal informado, en Torrecilla no surgió la iniciativa de la iglesia sino de personas particulares. Y ya llevan 15 años. Cada vez a más en implicación y en mentalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario