viernes, 23 de diciembre de 2011

Un billete por favor

Andrés y Lucas cogieron sus ahorros y se los dieron al vendedor de billetes del tren de Madrid. Andrés tenía 11 años y Lucas 7.

-Por favor, dos billetes para Logroño.

-Si claro, ¿dónde están vuestros padres?

-Venimos solos- dijo Andrés.

- En ese caso no puedo daros los billetes, tenéis que ir con vuestros padres, sois menores.

Andrés, como vio que era imposible que le vendiera los billetes empezó a llorar y a contar porque querían coger ese tren.

-Nuestros padres se divorciaron hace dos años, desde entonces las cosas no nos han ido muy bien. Mi padre juega, bebe y debe mucho dinero y le están embargando el coche, además hace meses que no le vemos.

Mi madre, al divorciarse, se disgustó y como era ama de casa tuvo que buscar trabajo, con mucho esfuerzo encontró la limpieza de una sala de recreativos por la noche, por el día duerme, llora y bebe. Nos quiere mucho, pero nunca llegamos puntuales al colegio, a mi hermano le cuesta hacer los deberes y yo le ayudo cuando termino mis tareas, la casa está sucia, y si un día me dejo las llaves nos recoge Tina, una vecina muy maja. A veces también desayunamos con ella porque en casa no hay leche.

Así que queremos ir limpios al cole, cenar calentitos y mi hermano necesita que le cuide alguien más que yo.

- ¿Y todo eso lo conseguiréis con dos billetes de tren?

- Si, en Logroño, están mis abuelos.

Lucas miraba a su hermano mientras recogía los billetes y esperaban el tren.

Rodrigo San Pedro Puente

(Primer premio Concurso de redacción sobre la Constitución Española)

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