domingo, 14 de febrero de 2016

Tocar las campanas

Es  fenomenal.  Los creyentes fieles celebramos el perdon y la misericordia de Dios. Y se ve alegria en  concentraciones, viajes del papa,festividades.,apertura de puertas simbolicas, celebracion del peRdon de Dios   Pero ¿os imaginais la que  e va  a preparar si vivimos en serio el jubileo:?
  Fiesta solemne que los judíos -segun la Biblia-celebraban cada cincuenta años
en la que se cancelaban las deudas,
se devolvían las propiedades a sus antiguos dueños
 y se daba la libertad a los esclavos.

Esto es una bomba :.-cancelar las deudas, préstamos, creditos,hipoteca,Devolver robos, riquezas, corrupcion
.-devolver ls propiedades a sus antiguos dueños. No hay ricos, no hay inmboliarias,no hay deudas a los bancos
.-libertad  a los esclavos. Los obreros no son esclavos sino coopropietarios y corresponsables dE la empresa   Sueldos de hoy,Se puede volver al pueblo, a las propiedades rurales, a las fincas expropiadas Todas las personas tenemos una oportunidad para volver a recuperarnos, a rehacernos como seres responsables, dueños. Presos, toxicómanos,

 SE va a armar una alegria enorme. Porque todo esto va a ocurrir porque descubrimos a Dios como Pader-madre de todos y queremos ser todos hermanos.
¿Te Apuntas al jubileo ?  Igual nos resulta más faci lel celebrar un jubileo de indulgencia plenaria que un jubileo de perdon total d elas deudas.

Y si la cosa es así, ¿qué vamos a comer el año siguiente ?  Ya está todo pensado en la bib lia. Comer y experiementar la ayuda de los demás.   Qué bonito será si como fruto del jubileo, acogemos a las personas, compartrimos con ellas.  Vivienda social para quienes no tienen


 Y así que suene el «yobel»,instrumento músico judio.  Hoy diríamos, echamos una jota, echamos cuatro cantares, tocamos las campanas a vuelta.Porque esto es otra vida. Otra forma de vivir.  Y da gusto

Obras de misiricordia



Hay épocas en que no cesa de llover. Que llueva, que llueva... Siempre está fluyendo el amor de Dios en las personas. Lo palpamos en las obras que otras personas realizan en nosotros. Las llamamos OBRAS DE MISERICORDIA.
Misericordia no es considerarme superior al otro y ser condescendiente con él, sino partir de que la otra persona y yo compartimos las mismas realidades y las dos somos acogidos y amados por Dios.
Ver las cosas y las personas con Dios y como Él: desde el Amor. No desde  altura de ser yo mejor. Si no experimento yo la misericordia y que Dios comparte mi realidad totalmente, sería la postura del señor que acude al pequeño y al pobre.
El sol luce igual sobre justos e injustos.
Llevamos un tiempo largo en que la sociedad otorga premios, reconocimientos, medallas a las personas y entidades que han sido generosas.  Cuando Jesús se conmueve por la multitud hambrienta y hace que compartan el pan, no acepta homenajes. Se va al monte a orar a solas, para llenarse de la presencia del Dios, Padre de todos.
Lo único necesario para compartir con los demás hermanos heridos, es sentir  el corazón. Como en el buen samaritano, hay que bajarse del burro, de la cabalgadura y acercarse al herido. Ahí está lo importante: bajarme de mi situación, opinión, prejuicio y ponerme a ras de la persona herida.
No entiendo que haga falta ninguna indulgencia, porque Dios perdona totalmente y globalmente. La única condición es bajarme de la cabalgadura y dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, acoger al peregrino, visitar al preso, acompañar al enfermo… Escuchamos las palabras de Jesús: ”venid, benditos de mi padre…”. Sin más condiciones que haber acompañado al sufriente.
Desde la altura de mi situación, de mi borrico, como el samaritano, es difícil ver, palpar, sentir las necesidades del prójimo.

“Compartir el hambre y compartir la comida”



Dar de comer al hambriento. Lo cambiamos un poco: “Compartir el hambre y compartir la comida”.
Sentir: significa conocer la realidad de las personas hambrientas. Pasar físicamente hambre, vivir en austeridad.
Cada vez descubro más sentido al ayuno (aunque el no comer carne, no me implica nada).
Multitud de colectivos, ONGs, Asociaciones, grupos, entidades... reparten comida a los pobres. Y muchas personas se privan de comida por compartirla con los demás. Pero me molesta un poco el que haya “tantos hechos de solidaridad”, tantos premios por ser solidarios, tantas operaciones puntuales de recogida de alimentos.  Pienso que antes que la misericordia, ha de funcionar la justicia y la lucha por unas leyes justas que eliminen la posibilidad de hambre en el mundo.
Es como la cocinera o el cocinero, que al ver que no va a llegar la comida porque los comensales han aumentado más de lo previsto, dice: “no tengo ganas hoy de comer, porque he echado un bocado”. Miles de vecinos comparten con otras personas comida, fruta, postres, verduras, ensaladas... felices, se lo están dando a Jesús.  Pero sobre todo felices si tenemos la suerte de que los demás llenen nuestra hambre de solidaridad.
Ir a las causas profundas del hambre en el mundo y luchar por la justicia en la creación y en el reparto. Trabajar para que no haya Hambre.  Cuando pienso en el hambre, enseguida me voy a los hambrientos que conozco, pero ¿cuántos miles de personas mueren por no tener alimentos en el tercer mundo?   Y es cuestión de leyes, de negocios, de riquezas hechas a base de pobrezas.
La  comida cura no solo el estómago sino la convivencia, la acogida, la amistad. Menos caridad y más amor. El  hambre no se quita solo con pan.
Y a la vez suprimir el hambre en el mundo. Sobre todo, en los niños (20 personas en España tienen los mismos bienes que 15 millones de personas). Es de suponer que guarden algún día ayuno por prescripción médica.

“Sembrar” para plantar cara al hambre

1.-Manos unidas pide "sembrar" para “plantar cara al hambre” que sufren a diario 800 millones de personas.
El domingo día 14, celebramos el día contra el hambre. Y toda esta semana, nos llegan noticias e invitaciones para luchar contra el hambre en todo el mundo. Y está unido a que los cristianos celebramos la Cuaresma. Una de las cosas que decimos es no comer carne los viernes. Yo propongo estas tres cosas:1.-  El que lo desee, se lleva un tiesto pequeño a su casa. Lo va cultivando a lo largo de estos cuarenta días: Dios nos cuida con su Palabra, con la contemplación, con el ayuno compartido. Como nosotros cuidamos el tiesto. Luego lo llevaremos al templo, a un vecino, a un enfermo, ...
2.  Vamos a plantearnos  la conveniencia y posibilidad de que  las personas que lo necesiten puedan tener un@ sicólog@ con quien tratar con asiduidad y  facilidad  sobre sus dificultades para estar bien. Y lo mismo , vamos a conocer a ver cuántas personas andan de transeúntes por nuestros pueblos y necesitan cama para dormir..
3.-Iremos reflexionando lo que llamamos las obras de misericordia o la misericordia de Dios, constante, que nos inunda y la dejamos pasar a los demás .Lo hacemos los lunes en el grupo de Caritas y el que lo desee por internet o leyendo
Cuaresma, Manos Unidas: la leña del monte...la hemos quemado y se ha hecho ceniza.  Dando luz y calor. Como nosotros. Con nuestro tiesto, con nuestro chorizo, con miles de obras, con nuestra vida, nos vamos haciendo polvo dando luz y calor a la humanidad.



Más que pedir a Dios que llueva…

A ver cómo me explico.  Nosotros hemos vivido la idea y la experiencia de que Dios lo resuelve todo, que es Todopoderoso. Lo vemos cada día. Las enfermedades se curan no por milagro sino por el poder maravilloso y la ciencia que Dios ha dejado en manos de los hombres. Vemos que el llover o no, no depende de que recemos y lo pidamos, sino de cómo funcione la atmósfera.
Lo que sí es importante: más que pedir a Dios que llueva, escuchar a ver qué me dice Dios con la sequía y ver cómo la podemos arreglar.Estamos en manos de Dios. Pero un padre que lleva a su hijo en brazos, no le cura la fiebre, ni el dolor, está junto a él, le apoya, le anima…
Hemos hecho un Dios que queremos que esté a nuestro servicio, a nuestro interés. Y lo que Jesús de Nazaret nos enseña es que tenemos que hacer nosotros todo lo que podamos y descubrir qué nos dice Dios en los acontecimientos. No pedirle que los cambie  a nuestro gusto e interés Hemos celebrado San Blas y damos gracias a Dios por los alimentos y fuerza para compartirlos con quienes no tienen. No los bendecimos. El echar agua sobre ellos, no les añade nada. Ese un signo para celebrar las bendiciones que  constantemente recibimos y la suerte de poder comer todos los días.
En nuestra vida cristiana, lo importante no es tratar de  conquistarle  a Dios para que haga lo que nos interesa sino descubrir que Él está en nosotros y vivir con esa confianza y alegría.