martes, 1 de marzo de 2011

Lastima o compasión


Qué diferente es ver a una persona enferma a estar enfermo yo mismo. Cambian totalmente las cosas, los sentimientos y mis reacciones

Hay mucha diferencia entre sentir lástima por alguien o tener compasión. La lástima participa en el malestar pero visto desde lejos, desde fuera. La compasión siente con, comparte en propia carne el sufrimiento de la otra persona. Lo ve ni lo siente en propia persona.

La lastima nos lleva a darle limosna, damos donativos, montamos mercadillos solidarios de todo tipo, tele maratones…. Pero no llegamos a vivirlo en carne propia. No nos quita el sueño. Ni nos complica la vida.

Qué diferencia abismal hay entre ser el hijo de un difunto a ir al tanatorio a dar el pésame al hijo amigo de un señor.

Hoy desarrollamos mucho la lástima. Prueba de ello es el resultado que tienen todas las novelas y programas que cuentan las penas ajenas. Yo a lo sumo lloro, pero no me implico para nada.

Qué distinto es cuando ese drama lo estoy viviendo en mi propia carne y no es un drama a hora fija, con horario predeterminado, sino que lo vivo todo el día y toda la vida.

La compasión no puede ser un espectáculo televisivo. Lo vivido no se da como llamativo. Se vive. Y si toca nuestro corazón, nos lleva a cambiar la realidad si podemos. Yo contemplo una población llena de hambre y no me puedo contentar con decir ”pobrecitos”, sino a mandarles un trozo de riqueza, a cambiar las leyes, las estructuras, la sociedad. Y eso me lleva a complicarme la vida.

Enseguida los pasos de la Semana Santa recorren nuestras calles. Y hay personas que hasta lloran. Pero ahí se queda. Cuando comparto la vida con un toxicómano, eso me hace cambiar, me hace revolver mi vida. No puede ser un espectáculo. Me complica .

A veces ocurre como en el entierro. Uno va dolido diciendo ”ay, mi pobre madre” Y el otro: solo grita y dice “ay la madre de éste”.

Aceute de ricino


Vienen los mítines y la propaganda. Y normalmente nos dicen lo que queremos oír.

Es muy duro y difícil decir lo que a las persona nonos gusta. En todos los discursos y mítines se mete de vez en cuando un cambio de voz y unas expresiones, normalmente en contra del adversario, que están pidiendo el aplauso. Es la liturgia y el ritual del mitinero.

Yo pido que nos digan verdades aunque no nos gusten

Se supone que somos personas adultas en busca de la verdad objetiva. Nadie ni persona ni partido ni colectivo tiene toda la verdad. Tiene una mirada de esa verdad. Por lo tanto, yo invito a los partidos que hagan como hacia mi madre cuando yo era niño. Cuando tenía dolores de estómago o de vientre, me daba un sorbo de aceite de ricino Desde los tiempos faraónicos se utiliza la planta de ricino con fines medicinales. La aplicación más conocida es como purgante.

Nos viene muy bien a todos, incluida la política, la sociedad, la iglesia, los colectivos, tomar una ración de aceite de ricino: purgar, limpiar nuestra visión. Intentar limpiarnos profundamente de todos los intereses. ¿De verdad que no hay más razón en nuestras posturas que el bien del pueblo? Y ¿no hay ninguna otra persona, incluso de los que piensan y sienten como yo, que pueda hacer las cosas públicas tan bien o mejor que yo?

Necesarias somos todas las personas .Imprescindibles, ninguna. Aunque nos lo creamos,. Por lo menos tomemos aceite de ricino, una buena cucharada, para quitarnos esa idea., Y así dejaremos a otras muchas personas que se ocupen en el servicio público.

¿Qué tal estaría que fuese como en la asociación de vecinos de la casa, cada año los de una planta de pisos? Y con perspectiva, no va peor la cosa.

Gerardo Villar. Blog: ”lo que escribe Gerardo

110. No corra, por favor


Escribo cuando he pagado algunas denuncias por exceso de velocidad. Pero estoy de acuerdo con reducir la velocidad a 110 en autopistas y autovías,. Y con otras normas que fomenten la austeridad. La razón es clara: necesitamos un gastar menos para poder vivir todas las personas.

Cada uno tendemos a vivir bien y a veces lo mejor posible. Luego nos damos cuenta de que podíamos vivir mejor- con más sentido, paz y ánimo- nuestra vida sin intentar correr tanto. Sin intentar una vida a toda prisa y a todo gas.

¿Qué piensa la familia del que se mató por ir corriendo demasiado? ¿Qué sentimos cuando hemos ganado a base de la pérdida de otros? Decrecimiento,. He ahí la solución. Lo importante nos dicen es llegar, no llegar los primeros. Sino llegar todos. Buena lección necesito para esto. Gastar menos para poder gastar todos ¿Nos imaginamos la cantidad de agua que podíamos gastar menos si nos lo propusiésemos todos los vecinos del mundo? Y si ahorramos 20 kilómetros de coche cada día?

.De siempre me ha chocado que las madres o padres o responsables de la mesa, se comen la cabeza del pescado para hacer que llegue la comida a todos los comensales. Incluso he percibido amos-as de casa que dicen tener ese día mal el estómago para que la comida suya pueda servir a los demás. Es toda una sociedad preocupada en compartir, en mirar a las necesidades de los demás.

Por eso me alegro de que en carretera tenga que ir más despacio y lo mismo en ciudad. Ahorro y hay menos peligro para todos. A no ser que tengamos prisa-perdón por lo macabro- por consumir el tiempo hacia la muerte.

De desierto al jardín

El día 9 es miércoles de ceniza. Hacia la Pascua el 24 de abril
Los cristianos empezamos un camino, un itinerario para cambiar el desierto en jardín.
Lo llamamos Cuaresma. Todos sabemos lo que es una finca seca, sin fruto, con arena. muerta y lo que es un jardín: lleno de flores, alegría, vida.
Pues, vamos, los que queráis, a dedicar estos cuarenta días de cuaresma y 50 de pascua a colaborar para que nuestra vida, nuestra casa, nuestra parroquia, nuestro pueblo y nuestro mundo lo cambiemos un poco en jardín: con vida, alegría, flores.
Recordamos la leyenda de Eva que nos da la Biblia. Eva y Adán comieron de la manzana. Porque era fruto”hermoso de ver y deseable “. Ese fruto hoy tiene muchos nombres: Se llama TENER: CONSUMIR. Se llama: PODER. Influencias, armas, negocios, victorias. Se llama belleza: CULTO AL CUERPO para conseguir la juventud perenne, el encanto irresistible según la moda. Caprichos, consumir…
Todas ellas son manzanas apetitosas, “buenas para comer”hermosas de ver y deseables. Pero todas ellas nos sacan del jardín y nos mantienen en un desierto obscuro de sufrimiento.
Para VIVIR EN EL JARDIN: COMO Jesús, superar esas inclinaciones y vivir con valores nuevos

Nuestras vidas están más o menos alegres, llenas de vida. Podemos colaborar para que sean jardin y vivamos tan alegres “como unas pascuas”.

En Egipto, una vez más, la historia nos ha dado una lección.

Los pobres, esos que viven con menos de euro y medio al día (dos dólares, dicen), se han organizado. Primero para protestar por sus duras condiciones de vida. Y de paso, para pedir un Gobierno democrático, que sustituya al que tenían.

Finalmente, hasta se han organizado para limpiar calles y plazas, y para borrar las pintadas de paredes y monumentos.

Y lo han conseguido. Es verdad que aún quedan muchos pasos por dar. Pero, de momento, han logrado tumbar al Gobierno y a su Presidente. Ahora ha sido en Egipto. Antes fue en Túnez, en Ecuador… Y mañana será en…

Al final, va a ser verdad eso que algunos hemos pensado y dicho tantas veces: los pobres, cuando se organizan, son capaces de cambiar la Historia.

Y nosotros, ciudadanos europeos, seguimos mirando a los países del Tercer Mundo con cierta superioridad: nosotros somos más inteligentes, más desarrollados, tenemos más recursos; mientras que ellos son ignorantes, corruptos, pobres, condenados a vivir explotados de por vida.

¿Seríamos capaces, con nuestra cultura democrática, de organizar una protesta de 18 días, con sus noches, sin abandonar las calles hasta lograr lo que queremos? ¿Seremos capaces de aprender las lecciones que los pobres de nuestro mundo nos siguen dando? ¿Nos bajaremos, alguna vez, del pedestal de nuestra supuesta superioridad, para aprender algo de los demás?

Ésta es la cuestión. Josetxu Apellániz,

Pregón de Pascua


Éste es un tiempo para convencidos.
Tiempo de entrenamiento, ejercicio y lucha;
de mochila ligera y paso rápido.
Tiempo de camino y discernimiento,
de conversión y compromiso, de prueba y encuentros
en el desierto, en la estepa, en el silencio.
Es el tiempo de los proyectos de vida,
de las decisiones y desmarques;
a veces, de las transfiguraciones.
Tiempo de humanidad rota y dividida
que anhela el paraíso o la tierra prometida.
Tiempo de tentaciones, tabores y conversiones,
traspiés, heridas y cegueras,
perdones, restauraciones y agua viva.
¡Todo en sólo cuarenta días!
Este es el tiempo de las personas nuevas,
de las que han soltado el lastre
de ídolos secretos y falsas vanidades
y ya sólo anhelan misericordia y abrazos del Padre.