jueves, 3 de junio de 2010

¿Aprobamos?




Acabo de oír la evaluación  que  han  hecho los organizadores responsables el año jubilar en Santo Domingo

 Oigo comentar,”aparte de lo religioso” los miles de personas  que han pasado, los arreglos que se han realizado en la catedral, el número inmenso de concierto musicales que  se han dado.

 Y me pregunto :Jesús de Nazaret ¿qué piensa desde el evangelio.  Por supuesto que El no nos examina de ninguna de esas cosas, más bien estaba en contra del templo  y de los negocios que tienen que ver con  la fe.

 Quisiera saber si los pobres e inmigrantes han sido atendidos, si se han tendido puentes entre las personas del pueblo o hay más división, si  se ha profundizado en el conocimiento de Jesús, si ha habido mayor perdón, si se ha orado y contemplado al Dios Padre,si los presos han recibido indulto, si los inválidos están  en mejores condiciones para moverse por el pueblo…

  Yo creo que estos valores sí que son los propios de un año jubilar. Por eso me pregunto ¿aprobamos como comunidad diocesana, como comunidad parroquial al haber realizado así este año jubilar?

 

Cuando tengo un brazo roto

...automáticamente voy viendo y fijándome a todas las personas que andan como yo con el brazo escayolado.
Es que se crea una sintonía entre las personas que padecemos las mismas debilidades
Eso mismo ocurre cuando llevamos algo: un coche, un peinado, una joya… enseguida nos fijamos en quienes lo llevan también.
Puede ser un buen secreto para mejorar las relaciones. Cada persona tenemos muchas cualidades. Si yo descubro las mías, me va resultar fácil el ver las cualidades de ese estilo que hay en los demás. Y al revés, antes de ver las faltas ajenas, puedo darme tres vueltas por mi casa y descubriré mis faltas que son las de los demás. Normalmente, cuando algo me choca y me hiere en los demás, casi seguros que de ese mismo defecto peco yo y por eso me duele más
Por ello; remedio fácil: ver mis cualidades y ver esas mismas cualidades en los demás. Antes de ver los defectos ajenos, ver cómo se dan esos mismos fallos en mí..
Esto me va facilitar el dialogar con autenticidad con las demás personas. Lo que llaman “hablar con asertividad”: no me voy a creer superior a nadie, ni tampoco inferior. Sino dialogo entre personas iguales.
No lo olvides, si llevas un brazo escayolado, ves brazos igual por todas las partes. Si te has comprado una ropa, verás muchas iguales. Si eres personas con cualidades, también la hay junto a ti y los fallos ajenos, también se dan en mí.
Cuando tenemos 18 años, no pensamos nunca en enfermedades. Y cuando tenemos 80 años, estamos poco para juergas. A la hora de comunicarnos, es importante sintonizar, empatizar con los sentimientos de los demás

Un truco de la publicidad

Efecto colateral de la crisis, la picaresca está haciendo su agosto con toda clase de productos milagro a costa de los cada vez más pobres y más ingenuos españoles.

Primero llegó la famosa pulserita de silicona, esa que gracias a unos hologramas que “reaccionan positivamente con el campo de energía del cuerpo”, nos brindan un estado de armonía y equilibrio semejante al que tuvimos antes de la llegada de la contaminación química, la comida rápida, la falta de ejercicio y el estrés. O al menos eso dicen.

Una vez recuperada esa potencia perdida, era necesario asegurarla a perpetuidad gracias a la ingesta de algún elixir de la eterna juventud. Y es aquí donde han aparecido las milagrosas bayas del Goji como el complemento alimenticio ideal, procedentes nada menos que del misterioso Tíbet y cuyas propiedades casi mágicas nos aseguran salud y longevidad. Afirma la nueva leyenda urbana que el Goji es un arbusto que crece en los valles del Himalaya, a unos 4.000 metros de altitud. También que sus frutos son el secreto de los Hunzas, conocidos por ser “el pueblo más sano y feliz de la Tierra”, cuyos ancianos llegan fácilmente a la edad de 130 años sin apenas un achaque.

Pero la realidad es muy diferente. A 4.000 metros de altura la vegetación es poco más que herbácea, incluso en el Himalaya, impropia para mantener los inmensos cultivos de bayas rojas capaces de inundar los mercados de medio mundo. Para colmo de males, la planta no tiene nada de silvestre, ni siquiera es autóctona. Es de origen mediterráneo, pariente de nuestros tomates, pimientos y berenjenas, pues pertenece a la familia de las Solanáceas y son primas hermanas de nuestro cambrón ese arbusto espinoso común en las montañas de Almeria, Murcia y Alicante.

En realidad el Goji se cultiva en extensas plantaciones localizadas en el norte de China, especialmente en las fértiles tierras del río Amarillo. No son por tanto ni del Himalaya ni salvajes, y ni siquiera proceden de agricultura biológica.

¿Qué hay de sus efectos medicinales? La supuesta lista de propiedades es inmensa, desde reducir el colesterol hasta ser un infalible afrodisíaco. Pero como ha explicado el director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada, Emilio Martínez de Victoria, las bayas del Goji no tienen ninguna propiedad beneficiosa probada en estudios científicos extensos de intervención clínica en humanos. Contienen los mismos nutrientes que las frutas y las verduras tradicionales, salvo ese importante efecto placebo que le añaden los nuevos pícaros y propagan los ingenuos.

 

Vinos nuevos, pellejos nuevos

Estamos en época de crisis. Yo lo veo como una época de siembra. Porque la crisis no es solo económica sino global. Crisis es un momento grave y decisivo. Es una oportunidad para pararnos a pensar qué tipo de sociedad y de valores queremos Y según esos valores, hemos de organizarnos, trabajar, buscar un tipo de sociedad, de familia, de pueblo, de país, de políticos … Así podemos seguir. E incluso con unos años de esfuerzo, quizás podamos volver a montar la sociedad de antes con el dinero como paradigma, con el capital como objetivo y con el consumir como costumbre .Produciendo de nuevo ricos y pobres.

Pero igual podemos pensar otra sociedad distinta: si trabajamos por una sociedad en la que nos organicemos con mayor participación e igualdad entre animadores y pueblo, con cambio cada cuatro años, como ejercicio político, económico, financiero como servicio y por lo tanto con muy pequeñas diferencias de sueldo, Si hacemos una sociedad especialmente preferente para los más débiles….

¿Que estoy soñando? Claro que si, Pero los sueños se pueden realizar. y además por aquí va el signo del evangelio de convertir al agua en vino, convertir la ley en bien de las personas, convertir los egoísmos en bienestar para toda las personas.

Lo que hace falta es unos pellejos nuevos, unas personas nuevas, una mentalidad nueva, una organización nueva, unos ayuntamientos, un gobierno, unos políticos, unos curas, una escuela… todo nuevo. Desde otros valores. Y así saldrá un vino nuevo estupendo. No para ganar, sino para vivir felices.

Igual es bueno dedicarnos un tiempo a aprender a hacer estos pellejos: con reflexión, diálogo, ilusión, fraternidad..

Es muy grande el cambio de pensamiento y de valores que hemos de hacer. Ver y sentir las cosas desde otra perspectiva. Pero merece la pena, porque nos va a hacer más personas.

Misa medieval

Pone en el programa de la feria ”misa medieval”. ¿ Qué es eso?
La Eucaristía- que es el nombre propio – se celebró desde la resurrección de Jesús. El núcleo era celebrar los mismo que Jesús hizo en la última cena: dar gracias al Padre y repetir su mismas palabras ”tomad y comed, esta es mi vida entregada por vosotros”…. “ Pero a largo de los siglos se han ido añadiendo aspectos, detalles para remarcar más ciertos aspectos, cada época ido añadiendo detalles. Hasta legar a la celebración que tenemos ahora. En la edad media, por supuesto uno de los detalles más significativos era celebrarla en latín, celebrarla de espaldas al pueblo, en templos como el románico con poca luz, sin participar en nada el pueblo. Como la gente no entendía, se dedicaban a sus rezos particulares y a contemplar algún retablo o imagen que ya se daban…
Había una división tremenda entre el clero y el pueblo (recordad las barandillas), y entre los poderosos y el pueblo fiel..

Hoy tenemos la suerte de que entendemos el lenguaje, de que podemos participar, de que nos sentimos en sintonía con lo que celebramos.

Por eso, la misa del día 6 será como los demás días, pero con la música propia de aquellos momentos y que nos puede ayudar al silencio, al recogimiento, que son valores muy cristianos y muy propios de aquellos siglos.