miércoles, 23 de marzo de 2011

Por que no voy a Misa


Hola Gerardo soy x .En respuesta a la pregunta lanzada en la hoja parroquial que escribes que a mí me gusta bastante...(las veces que la leo, no siempre)..considero que te mereces una respuesta del porqué Yo NO voy a la iglesia.....

La verdad es que no tengo una razón especial para no ir, pero pensando un poco puedo sacar alguna conclusión.

1-Cuando era pequeña (de los 5 a los 13 años) siempre me obligaban a ir a misa y con todos mis respetos el señor cura de aquel entonces no daba los sermones como tu(y diremos el pecado pero no el pecador)...eran largos y difíciles de entender, por lo que para mi era un aburrimiento y pérdida de tiempo. Me dejó muy mal sabor de boca.

2-Cuando fui siendo más mayor (de 14 a ahora) ya no había nadie que me obligara...sobre todo a los 14 ,15 y 16 años...supuso LIBERTAD !!! ya no tenía que ir a misa....salía ya de fiesta los fines de semana y volvía bastante tarde así que lo que tocaba en esos momentos era dormir. Desde aquella edad que dejé de ir a misa nunca mas lo incluí dentro de mis planes para un domingo, lo siento Gerardo pero igual que había adquirido el hábito a las 6,7 y 8 años..lo perdí a los 13 ..y jamás lo volví a echar de menos.

3-Por otro lado, creo en tí en tus sermones o tu interpretación de estos, porque los veo verdaderos...pero no creo demasiado en según que cosas de la iglesia ya que los propios curas predicando el evangelio han exigido a las personas lo que ellos mismos no hacían...(no robaras, no mentiras, etc....)..hoy en día creo en tí..que eres de carne y hueso y te conozco y te quiero cómo persona, no cómo cura....a pesar de que las tres ó cuatro veces que he ido a la iglesia contigo de párroco, la experiencia ha sido totalmente diferente a cómo lo vivía en la niñez...me ha gustado escucharte incluso te puedo decir que alguna vez lo he comentado en la comida familiar de los domingos....

4- En la actualidad deduzco que no voy a la iglesia porque no lo he incorporado a mis hábitos....me gusta dormir, me gusta ir a la monte, me gusta ordenar mis cosas....cómo durante la semana no hago mucha historia aprovecho el sábado y el domingo para hacerlas....así que por estas razones no voy yo a misa.

Mi consejo es, no busques respuestas, muchas de las personas no sabemos porque hacemos o no hacemos las cosas....simplemente son hábitos....y mientras halla una sola persona contigo en misa, predicar tu sermón habrá merecido la pena.

Cuaresma


La Cuaresma parece ser un tiempo para incrementar nuestra oración personal, favorable para examinar, confesar nuestros pecados y tener una linda reconciliación con el Padre. La Iglesia nos enseña que una de las mejores maneras de vivir este tiempo de cuaresma en su dimensión más profunda es hacer ayuno.

Pero creo que en este mundo ayunar es un privilegio. No un privilegio para algunas personas que tienen un alma muy fuerte como para no tomar una de las grandes comidas. Ese no es el asunto.

La cuestión es esta: solamente quien no pasa hambre, puede hacer ayuno. Las demás personas en el mundo que tienen hambre no pueden ayunar. Sólo ayunan todos aquellos que tienen en sus mesas el pan cotidiano.

He visto en India los diferentes rostros del hambre. Los vi en Argentina también. Son similares a los de Brasil, Paraguay, México o Costa de Marfil. Lo que sucede es que el hambre tiene un rostro similar en todo el mundo. Nosotros podemos darnos cuenta muy rápidamente. Porque nosotros, -yo escribiendo y ustedes leyendo-, no tenemos hambre. Mucha gente en este bendito mundo pasa hambre. Mucha más de la que podemos imaginar. Y ellos, en su hambre habitual, no pueden ayunar. Porque no lo pueden elegir. Para ellos, el hambre es el pan cotidiano; todos los días están haciendo ayuno.

Pero nosotros podemos ayunar. Porque no tenemos hambre. Y este puede ser el significado secreto de nuestras privaciones de cuaresma: no tomar algunos alimentos en las comidas, ofreciendo este pequeño sacrificio por esta pobre gente. Nosotros podemos ayunar. Ellos no. Entonces podemos hacer ayuno por ellos.

¿Pero como es esto posible? ¿Cómo pueden algunas personas hacer ayuno en este mundo con hambre? ¿Este ayuno no podría ser hasta un insulto para el hambre de estas personas? Ciertamente, Dios, el Dios Vivo y Verdadero no necesita de nuestros sacrificios. Nuestro ayuno no va a incrementar su gloria eterna. Y más ayuno en nuestras vidas no nos va a poner más cerca de Dios. Hacer ayuno es para nosotros como un aprendizaje. ¿Ayunar nos ayuda a disciplinar nuestros cuerpos? Alguno puede pensar que sí. A mí me suena a desfasado.

La secreta razón de este tipo de privación no es el esfuerzo personal de conquistar nuestra voluntad salvaje, sino acercarnos a toda esa gente que en este momento están sintiendo el hambre en sus entrañas. No porque tenemos una voluntad de hierro y una sed de volvernos perfectos a nosotros mismos, podemos hacer nuestro ayuno. No porque nuestro Dios, el Padre de nuestro hermano mayor Jesús, necesite de nuestro sacrificio y privaciones. Podemos ayunar, ofreciendo nuestro ayuno por la gente hambrienta a lo largo de todo el mundo, que no puede ayunar. Este es el primer paso, El segundo podría ser invitarlos a nuestra mesa. Dice Dios por el profeta: “el ayuno que yo quiero es compartir el pan con el hambriento” (Is. 58, 7).

Desde los arcenes



“Cuentan de un sabio…. Otro sabio iba cogiendo las hierbas que él arrojó”

Me recuerdo estos versos y esta fabulita al escuchar las quejas que se dicen estos días sobre la velocidad impuesta como máximo a 110. Realmente estamos tan imbuidos de una civilización del tener, que cualquier austeridad nos resulta extraña, doliente. Y no a las personas que la sufren en su vida, sino a los que estamos viviendo con cierto desahogo y nos resistimos a bajar el pistón de nuestro confort.

En la autopista de la vida, hay muchas personas que disfrutamos la posibilidad de correr, de vivir a 120,150…. Y otras que solamente pueden ir a 60 e incluso hay muchas personas que viven en los márgenes de la vida y solo pueden ir tirando, mal viviendo e incluso muriendo en los arcenes.

Lo noto ahora que intento ir lo más posible en autobuses, que vivo la realidad de las esperas en la seguridad social, que estamos en casa sin trabajo para una persona, en las consecuencias de la crisis.

¿No será bueno que descubramos la suerte que tenemos en la vida y qué interesante es que esos beneficios lleguen a todas las personas aunque me suponga un poco de privación?. De eso que es tan importante el empobrecimiento voluntario: vivir un poco menos bien para que todas las personas vivamos mejor.

Voy percibiendo algunos brotes blancos: de personas que están viviendo la crisis como profundidad para dedicarse más a ser personas, a compartir, a la solidaridad, a dedicar su tiempo al diálogo en la familia, a servicios de voluntariado.

Sinceramente celebro el que se reduzca la velocidad a 110. Igual es que estoy convertido porque he recibido alguna multa por correr demasiado. Y trato cada día más de ver las cosas andando por los arcenes de la vida.