domingo, 20 de diciembre de 2015

Navidad sin impuestos

No sé si José y María pagaron las alcabalas al entrar en Belén.  Y lo que sí tengo claro es que no pagaron alquiler de la cueva por aquellos pocos días. Siendo una cueva.
 Vemos y oímos todos los días que hay mucho fraude a la hora de pagar impuestos. Por supuesto que estamos matando a personas cuando no pagamos lo debido. Es una cultura de muerte. Herodes también fue un tramposo, para que no le quitasen el poder.
Pero si nos fijamos en lo sencillo, en nuestros negocios, ¿pagamos o intentamos pasar sin pagar?   Alguna vez he  invitado a levantar la mano quienes paguen el  IVA al fontanero, electricista… ante cualquier chapuza o arreglo. Y casi nadie levanta la mano
Seguramente que San José  pensó que al apuntarse en el censo, tendría luego que pagar más impuestos. Porque ya sabes, si constas en el ayuntamiento, enseguida llegan los recibos…o como se cobrase entonces…
Oigo quejarse  mucho a las personas de los impuestos.   Y puede ser que tengan razón. Pero si queremos servicios, hay que pagarlos. Otra cosa es que exijamos calidad  en la atención
Los pastores querían descontar el cordero y la leche que llevaron a Jesús. Pero todos  s e pusieron de acuerdo en objetar los impuestos a Herodes, porque los gastaba en comprar  armas para matar a los niños.
Los ángeles cantaron gratis y por eso no pagaban Así se quejan tanto los artistas y piden que se rebaje el 21% cultural  Estos días, algunos cantantes y artistas trabajan gratis en favor de personas necesitadas
La verdad es que José y María no gastaron nada en esa noche. No sé por qué nos empeñamos en grandes costes para celebrar la Gratitud y el Amor de Dios.
No sé si los pañales se los dio la seguridad social. Me imagino que eran de alguna tela vieja.  Y claro se ahorraron los gastos de focos , porque una Luz grande les iluminó.
Total que el nacimiento fue muy barato .No hubo gastos extras. Ni comadrona. A no ser que hubiese alguna pastora entendida en esas artes del parto.
Ojo con los reyes!  Solamente eran magos y andaban tan despistados de camino como pobres de dinero.  Ahorraron los focos y faroles de los camellos por aquello de la estrella. Pero al aparcar en Jerusalén ya les querían cobrar. Menos mal que dijeron que iban a estar con Herodes
Y de teléfono, ni ordenador, ni wasap,ni tarjetas  nada de nada. Todo con ángeles y mensajes  divinos.  Y no compraron villancicos porque lo hicieron a medias entre los ángeles y los pastores.
La calefacción gratis: la mula y el buen
Bien pensado, tuvieron suerte aunque la clínica no fuese muy famosa.
ES celebrar el amor gratuito de Dios.

Guerras legítimas

Las condenas se suceden, a porfía. Una masacre inhumana. Un atentado contra la humanidad. Una profanación, una blasfemia. Todas las palabras de condena llevan razón. Pero ¿por qué no reprobamos por igual cuando son otros los que mueren: en Alepo, en Bagdad, en Kabul, en el Mediterráneo, muertos sin número en lugares sin fin? ¿No valen, no duelen por igual todos los muertos? Pronto olvidaremos también a los muertos de París, y seguiremos condenando nuevas masacres. ¿De qué servirá si no nos preguntamos el por qué y el adónde? ¿Por qué estamos donde estamos?
Se suceden también las declaraciones de guerra. Me inquieta profundamente la primera reacción del gobierno francés: los bombardeos de Raqqa. ¿Acaso intimidarán nuestras demostraciones de fuerza a los que no conocen el miedo? “Es el combate de la civilización contra la barbarie. Venceremos al terrorismo”, proclaman, mientras la industria de las armas se frota las manos. Pero ¿cómo creeremos sus promesas de victoria si llevamos tantas décadas de guerra contra los terroristas, y los terroristas no cesan de aumentar y son cada vez más fuertes e incontrolables? ¿No es invencible un desesperado dispuesto a morir? Y nuestras guerras llamadas legítimas contra el terrorismo ¿acaso no tienen mucho de terrorismo, para coartada y soporte de aquellos a los que combatimos? La guerra lleva a la guerra. Así ha sido siempre y así seguirá. ¿Así querremos seguir? (Arregui).

Aunque sea un cerilla

Vale más encender una cerilla que quejarnos de la obscuridad.
Hay mil motivos en este mundo para lamentarnos y por desgracia, para sufrimiento de muchas personas.
Pero pienso y siento que es mejor buscar elementos de esperanza. Por pequeños que sean. La marcha desde Santo Domingo- Santurde en favor de la lucha contra el cáncer, es un hecho interesante. El grupo de gimnasia en Santurdejo. Las personas valientes en Pazuengos a pesar del frio.
Se está hablando en Paris de preservar el clima y respetar la naturaleza. El Papa proclama en medio de la pobreza africana la dignidad de todas las personas y el derecho a la vida digna. En la Rioja se celebra los 25 años del Proyecto Hombre, con la recuperación de personas con alguna adicción.
Sin duda cada uno tenemos pequeños hechos que nos animan. Lo podemos expresar con una vela encendida en nuestra ventana. Jesús, presente hoy y aquí es la Esperanza. No se trata de que Jesús vaya a nacer. Ya nació y está con nosotros y en nosotros. Descubrir su presencia, su Luz en todos y en todo. Eso es Navidad. Y vivir con sentido. Si no podemos encender una vela, por lo menos una cerilla, por pequeña que sea nuestra alegría.
Podemos coger velas en la parroquia y encenderlas algún rato por la noche en la ventana.
Porque hay Esperanza. Es Navidad.

Mejorar nuestra idea de Dios

* Siempre es saludable  pensar en orden a mejorar nuestra vida cristiana. La idea de Dios sigue siendo preocupante, aunque lo manifestemos menos; sigue siendo polémica, ya que a veces parece que entendemos y sentimos cosas muy diferentes; sigue siendo práctica porque nos ayuda a entender muchas cosas de la vida.
* Es muy distinto creer en un Dios que está fuera que en un Dios que está dentro. Este último es el Dios de Jesús.
* Por lo tanto, Dios es un Dios para mezclarlo con la vida, no tanto para rezar o invocarle. El Dios mezclado con la vida sufre con el fracaso humano y disfruta con el éxito de la vida. Él es quien más ha apostado.
* Este Dios toma partido por el débil. No es Dios de los poderosos. Incita a tomar partido por el débil. Hoy, en concreto, se nos pone delante con toda crudeza el problema del hambre en el mundo. No podemos permanecer indiferentes. Nos haría cómplices.
* Además, Dios ama y perdona sin condiciones. Ahora que ha empezado el Adviento animémonos ya a celebrar el perdón generoso del Padre.
Siempre se puede mejorar la idea de Dios y eso tiene que llevarnos a otro estilo de religiosidad, a un afán por humanizar la vida.

Como en misa

Cuando llegan los mítines, me hace mucha gracia que, según el color político del partido que anuncia su programa, acuden unas personas u otras. Generalmente los que ya piensan así y están convencidos. Siempre hay alguna persona que va a enterarse y eso es envidiable. Pero los mítines no son exposiciones del programa sino arengas para atraer votos, decir lo malos que son los demás y convencernos que vamos a ganar. Cuanto menos convencidos estemos, más chillaremos.
Con todos los gastos que suponen las campañas, sería necesario que hubiese un mitin obligatorio para todos, donde en lenguaje sencillo, sin atacar al contrario, abiertos a un diálogo sereno, diese a conocer a fondo el programa y se obligase a cumplirlo. De forma que hubiese un órgano popular que luego decidiese si se va cumpliendo. De lo contrario, sería motivo para tener que dejar el cargo político.
Pocas personas solemos ir a misa o a una charla si no me gusta el sermón o no creo en ello. Así creo que es bueno que haya no reuniones de partidarios, de confesos (eso se da por supuesto ) sino encuentros de buscadores. Siempre el interrogante es muy constructivo.
Me encantaría volver a la plaza, al ágora de los griegos, a los concejos abiertos de nuestros antepasados para descubrir, deliberar, decidir entre todos.
Lo más importante no es cumplir con la misa sino sentirme comunidad. Sentirme pueblo que vivimos y caminamos juntos.
A ver si cambiamos los mítines y su estilo. Y me diréis a ver si cambiamos también los sermones de la misa.....