domingo, 11 de abril de 2010

La catedral

Un sabio quiso entender por que las personas trabajaban toda la vida. Visitó una cantera de piedra y vio un hombre que le daba al pico y a la pala, y le preguntó: “-¿qué estás haciendo?”
-“Despedazo las piedra para el explotador de mi patrón. Curro todo el día para conseguir un trozo de pan...” – y siguió maldiciendo su mala suerte, mientras continuaba picando piedra.
A un segundo obrero le preguntó el sabio lo mismo, “-¿qué estás haciendo?”, a lo que éste contestó:
-“Estoy trabajando para pagarme la casa y darle de comer a los míos... dentro de varios años pagaré mis deudas y mis hijos tendrán un futuro mejor que el mío ” y siguió trabajando, éste ya con ganas.
Aún entrevistó a un tercero: “-¿qué haces?”:
- El hombre alzó la cabeza interrumpiendo su esfuerzo, y con una gran sonrisa y mucha tranquilidad le contestó: -“¿No lo ves, amigo? –y con un gesto apuntaba a un edificio lejano, aún en los comienzos-: ¡Estoy construyendo una catedral!”. El sabio reconoció quien disfrutaba haciendo su trabajo, satisfecho de sí mismo, con fuerza y alegría.
Entonces, el sabio entendió que los tres, materialmente hacían lo mismo, pero el trabajo era distinto pues dependía de cómo lo pensaban.
Lo importante no solo el trabajo realizado, no solo el dinero ganado sino la satisfacción personal mientras lo estamos haciendo.
Saber amigos míos, que entre todos construimos la sociedad y nuestra vida. Depende de como pensemos las cosas, así las viviremos.

"Sacadme de aquí"

En Puerto Príncipe (Haití) una mujer gritaba bajo los escombros de un jardín de niños: ”Sáquenme de aquí, me muero”.¡”Tengo dos niños conmigo!”.
La voz de esa mujer que pedía a gritos “sáquenme de aquí” debe tener eco. Debe convertirse en un grito universal.
Esta frase debe tener un nuevo sentido. Es un grito colectivo.
“”Sáquenme de aquí”, es sáquenme de las ruinas de este edificio, pero es al mismo tiempo”Sáquenme de esta miseria”,”Sáquenme de esta pobreza” “Sáquenme del olvido, del abandono y de la indiferencia”.
Seguramente cerca de nosotros y más lejos, si escuchamos, oímos frases de éstas pidiendo ayuda de una u otra forma. Quizás no nos damos cuenta y nosotros mismos estamos pidiendo ayuda
Me parece muy importante el guardar silencio para oír los lamentos, las necesidades de las demás personas. Sobre todo, cuando son muy extremas. Eso me requiere ir con los oídos muy atentos y muy libres. Si voy con los oídos tapados, será difícil enterarme de quién me necesita..Esto requiere aprender a escuchar, a captar las necesidades, a escuchar con los oídos pero sobre todo con el corazón.
Puede ocurrir que a veces , las personas afectadas no saben pedir ayuda e incluso a veces hasta la rechacen. Es preciso mucha paciencia ,mucha atención, mucha cercanía ,mucho tacto. Por ello, será bueno prepararnos para ayudar. Aunque en muchos casos esa ayuda es muy sencilla y fácil d e realizar.
¿Hay personas que necesitan nuestra ayuda cerca o lejos?
Como la mujer de Haití ¿Podremos sacarla de ahí?

El árbol y la hoja

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo.
algunas hojas nuevas le han salido. Antonio Machado

Lo he visto hoy en el campo. Y me ha dado que pensar. Porque es lo mismo que palpo en la vida diaria. El árbol totalmente cortado, sigue echando brotes , ramitas verdes.
Hay personas que han sufrido la herida del rayo de la edad, la enfermedad, la adicción ,el fracaso y no obstante sigue brotando en ellos vida, acciones buenas, optimismo ,creación..
Está visto: el árbol, parece que está seco. Pero dentro hay una fuerza que le hace brotar. En nosotros está la fuerza de la Vida. Y si queréis, está Dios actuando
La humanidad tenemos dentro un Espíritu que nos ayuda a crear vida aún en medio de las heridas.
En lenguaje creyente, decimos “Pascua Florida”. Tiempo de celebrar que sobre las heridas e incluso sobre la muerte de la cruz, Jesús vive. Su Amor ha triunfado
Tenemos a nuestro alrededor muchas personas que con heridas de uno u otro estilo en su persona, siguen haciendo el bien, produciendo obras positivas, viviendo con entrega y esperanza.
Al olmo del poeta, le han ayudado las lluvias y el sol. También nosotros necesitamos la lluvia y el sol del cariño, de la ayuda de los demás, de que nos valoren.
A mí me ayuda mucho la lectura de libros interesantes. Y de una forma especial la escucha del Evangelio y algunos ratos de contemplación. Y mucho, mucho, escuchar a las personas. Sobre todo a las que siguen luchando tras sus heridas.

La esponja y la piedra

El experimento es fácil. Metemos una piedra en el agua y solamente se moja por fuera .No se cala, no penetra el agua. Metemos la esponja y la sacamos empapada ,llena de liquido..
Muchas veces vemos, oímos, convencemos tantas cosas y tantos sentimientos que no nos llegan a empapar. Oímos como quien oye llover
Hay tal cantidad de informaciones a lo largo de un día, de pensamientos, de experiencias, que pasamos de una a otra. Y no nos hemos parado a pensar, a calar en ninguna. Podemos hacer la experiencia Al final de un telediario pensemos qué ha dicho y seguramente que nos recordamos más allá de tres o cuatro noticias y sin precisar mucho en los datos. En definitiva, que nos ocurre un poco como el agua sobre la piedra
A mí me viene muy bien el dedicar algún rato a pensar, a saborear, a profundizar, a contemplar alguna de esas noticias, experiencias
Podemos pensar que la esponja está tan llena de agua que si la estrujamos, sale agua en abundancia. Y luego podemos coger más agua. Pero mientras tanto, no es posible empaparla más. Como nos ocurre a nosotros. Cuando calamos en una realidad, no tenemos posibilidad de atender a otras cosas.
Si aplicamos esto a la conversación, podemos imaginarnos lo que nos acontece cuando estamos en un grupo hablando varias personas a la vez. O cuando estamos comiendo con la televisión puesta. Es muy fácil que nos quedemos con la superficie mojada, con los datos por los pelos, no empapados en las ideas sentimientos, detalles…como ocurre en la esponja