miércoles, 3 de noviembre de 2010

Renovarse

Surge la discusión: qué es mejor: seguir las mismas personas muchos años en los cargos o renovarse con savia nueva?

Creo que lo mejor es renovarse en los cargos, en las direcciones, al frente de los pueblos, comunidades, estados. Iglesias… Porque es seguir el bullir de la vida misma. Ocho años (sería el tope) es una época suficiente para ir creando nuevas personas que sean capaces de ir respondiendo a nuevas situaciones. Y para mí lo más válido de un mandato es el saber crear alternativa de futuro, el no ser imprescindibles, el que puedan prescindir de mí y del que manda actualmente en cualquier realidad Y lo mismo en la oposición.

Tendemos todos a hacer que las cosas sigan como están, Nos cuesta el cambio, Y siempre tendemos a pensar que tal como están y con las personas que están, eso es lo mejor. Si hubiese una lluvia verdadera de opiniones, sugerencias, propuestas, si viviésemos en una sociedad participativa, impulsora de alternativas, es seguro que nacía un nuevo planteamiento

En cualquier asociación, pueblo, parroquia, ayuntamiento, comunidad, es bueno y conveniente el cambio. Ir renovándonos. Siempre habrá personas con nuevas ideas, nuevos estilos, nuevas sintonías…Si vivimos el mandato como un auténtico servicio a la comunidad, será muy positivo que el mayor número posible de personas pase por esos cargos de responsabilidad Porque no se trata de seguir en el poder sino de hacer un servicio a las personas.


Me admiran los padres que saben educar a los hijos para ser libres y crear su estilo de vida, sus propias iniciativas. No van a olvidar el pasado, pero sí van a enfocar el futuro con nuevas formas. Hace unos años ¿cuantos padres habrían comprado el tractor sino es porque los hijos insistieron en ello? ¿Quiénes son los que han promovido la compra de cosechadoras de la uva?

El papel de los mayores, de la experiencia es imprescindible, pero no el seguir mandando siempre las mismas personas .Así opino desde mis años maduritos y abierto a todas las opiniones.

Como las trufas

¿Qué es una trufa?.
Las trufas son hongos subterráneos. Viven asociados a las raíces de ciertas plantas leñosas, con las que establecen una simbiosis de la cual se beneficia tanto el hongo como la planta leñosa. Ya sé que es una definición un tanto científica.
Pero me ha venido a la mente la trufa como elementos que se está promocionando en nuestra Sierra de Cameros Viejos.
Y quiero recordar a Asun y Angelita, (otras han ido estando también ), dos religiosas , Hijas de la Cruz, que han estado durante 23 años viviendo en un pueblo de esa Sierra San Román de Cameros. Viviendo y acompañando a las personas: ancianas, enfermas, atención domiciliaria, cursos y cursillos con las mujeres de la zona en unos pueblos muy pequeños. Y sobre todo, cercanas a las personas que han vivido dificultades. Son como las trufas: asociadas a las raíces de los pueblos, estableciendo una unión. , casi una simbiosis de la cual se han beneficiado las dos partes: las personas y ellas.
Y sobretodo, quiero celebrar su sencillez. Han pasado desapercibidas en los grandes ámbitos, viviendo con una enorme austeridad, con su casa disponible.
Vinieron, han estado y se han ido sin ruido, sin homenajes, sin reconocimientos.
Al llegar a su jubilación, han tenido que marchar a otras comunidades de la congregación.
Las trufas solo se saborean, cuando se encentran en el monte por el olfato de un jabalí. Muchas personas también hemos tenido la suerte de olfatear, contemplar, disfrutar de la sencillez y la entrega de estas personas servidoras
.Pero de verdad, que solo se descubren cuando vas buscando algo de calidad, sin oropeles
Y ¿qué les ha movido a estar ahí? Yo les he visto día a día leyendo y saboreando el evangelio: siendo buena noticia para los serranos.
Trufas que no se venden. Se han dado a las personas sencillas. Y hemos podido, – los cameranos- han podido saborear la bondad y el servicio de un Dios Bueno y cercano. Al trataros, hemos recibido vuestra compañía.Gracias Hemos experimentado el dulzor de la trufa, de la Bondad de Dios.

Niños en la mina

Tengo a mi familia preocupada. Desde hace cinco días no dejo de sonreír ni de día ni de noche. El médico de cabecera me ha sacado sangre y ha solicitado al laboratorio una analítica de opiáceos, no cree que -como yo le he contado- el desencadenante de mi extraña alegría sea el rescate de los 33 mineros chilenos
atrapados en el yacimiento de San José. Coincidiendo con la salida del último de ellos, Luis Urzúa, tuve lo que filósofos y místicos llaman “una experiencia cumbre”. Un momento de inusual clarividencia en el que el mundo se presenta con una coherencia abrumadora. Un instante en el que supe que los cinco millones de niños y niñas que mueren cada año en las minas del hambre y la miseria serán felizmente rescatados antes de que acabe este año.
En ese momento de éxtasis, las lógicas sociales y matemáticas se me mostraron evidentes. Cuando una nación decide plantarle cara al destino y no escatima en medios materiales y humanos, es posible hacerle una cesárea de 700 metros al vientre de la tierra para que 33 vidas vean nuevamente la luz.
El rescate de los mineros ha costado 14 millones de euros, casi medio millón por minero. Según los especialistas en las “minas del hambre”, 167 € bastarían para rescatar a un niño de las garras de la desnutrición; esto es, un 0,033 % de lo que ha “costado” salvar a un minero.
¿Cómo no estar feliz? Sólo falta que un presidente respondiendo al clamor de su pueblo se ponga un casco y decida no moverse de la “mina del hambre” hasta que no salga de la cápsula el último de los niños. Un momento que retransmitirán todas las televisiones del mundo. Un instante en el que el planeta entero se abrazará para festejarlo.
No es un sueño, lo he visto hace una semana en Copiapó. ¡Y mi médico de cabecera quiere volver a sacarme sangre...!

Seremos mariposas

Había una vez una oruga que vivía en un gran árbol del parque. Cada día la oruga iba mordisqueando las hojas que encontraba en su camino, sin prestar atención a nada más. Pero un día la oruga se dio cuenta de que había algo lleno de colores volando por encima del árbol. Se quedó deslumbrada con las naranjas y azules luminosos que captaban la luz del sol y cuando esta brillante criatura voló cerca de la oruga, ésta pudo ver que era una hermosa mariposa. La mariposa parecía flotar en el aire, rozando la rama en que estaba flotando la oruga.

“Oh mariposa, que hermosa eres y con que suavidad vuelas… por favor enséñame a volar como tu”. La mariposa se acercó y le sonrió a la oruga: “Sé paciente pequeña criatura, algún día, algún día..” Pero la oruga era impaciente y cuando la mariposa volvió a aparecer al día siguiente, aún mas luminosa que antes y volando alrededor de las ramas del árbol la oruga volvió a decirle: “Por favor mariposa, enséñame a volar como tú”. La mariposa le susurró al oído: “Sé paciente y algún día lo harás. La oruga estaba tan frustrada que decidió sacarse la idea de la cabeza de una vez por todas y olvidó su deseo de volar.

Entonces un día sucedió algo extraño. Parecía como si el mundo hubiese empezado a dar vueltas, un momento en una dirección y al instante siguiente en la otra dirección. A la oruga empezó a dolerle el estómago, y se sintió muy enferma. Parecía como si todo se hubiera vuelto desdibujado y distante. El mundo seguía girando, a veces rápido y otras veces despacio. La oruga se quedó paralizada y cerró los ojos, pensando que se estaba muriendo. Después de un rato, y no sabía cuanto había sido, el mundo pareció dejar de moverse y se sintió mas ligera y libre, le pareció que podía volver a moverse y al hacerlo, se dio cuenta de que tenía debajo el árbol y el sol calentaba. En la distancia pudo oír un ligero murmullo y se sintió atraída por el ruido. Era una pequeña voz que le decía: “Por favor enséñame a volar como tú”. “Paciencia ya lo harás, ya lo harás”. Sólo entonces se dio cuenta de que se había convertido en una mariposa

Tienes premio

Cuando los niños compran chuces, hay algunos en los que pone la palabra “premio”. Es decir que después de comerse ese dulce, tienen derecho a otro gratis
No vale mucho el ejemplo .Pero me recuerda que nuestra vida es algo así. Nuestra vida ¿es un regalo o una obligación? Si la vivimos como un regalo, como algo que nos da felicidad, podemos encontrar un convencimiento, una seguridad, una fe en nuestro corazón, en nuestra fe de seguidores de Jesús que nos dice:” tienes premio, tienes derecho a la felicidad eterna”
Es como aquello que decimos “pasó a mejor vida”. Sí, señor. Si vivimos aquí a gusto, en medio de problemas, estamos ensayando, preparando la FELICIDAD QUE DURA SIEMPRE. Pasamos a mejor vida
Hay cosas que no van a durar, que se marchitan. El dinero no dura. La belleza, pasa, pero el amor, la bondad, la alegría, la amistad son dones que se van a perpetuar, van a durar para siempre
Por eso, yo creo que la gran asignatura que tenemos es ¿Soy feliz? ¿Cómo conseguirlo? ¿Cómo vivirlo aun en medio de dificultades, enfermedades, problemas?
Yo pienso que listo es el que aprende a aprobar esa asignatura de la felicidad, aunque tengan muy pocas cosas. Y el que no consigue ese estilo de ser feliz, no lo considero envidiable ni con suerte aunque todo le salga bien y le sobran los millones .
Tenemos suerte, Todos tenemos premio. Como la han tenido nuestros difuntos.