Metidos en otros temas de política estatal, se nos olvida algo muy importante. España prometió solemnemente acoger a 17.337 refugiados. Y este es el momento, después de un año de aquella promesa que solamente ha acogido a 1983.
Esto ocurre varias veces. Cuando nuestros gobernantes se reúnen, dicen que van a hacer tal o cual cosa, pero luego en la realidad, se queda muy lejos. Sobre todo cuando se refiere a temas de ayuda a personas y países necesitados.
Ya lo dice el refrán:" una cosa es predicar y otra dar trigo" Y se trata de temas de vida o muerte. Es bueno que los ciudadanos se lo recordemos y se lo exijamos a los gobernantes.
Hace muchos años que todos los gobiernos de España, todas las entidades, ayuntamientos etc. nos comprometimos a dar el 0,7% de los presupuestos. No lo hace casi nadie. Y esas son formas de ir arreglando el mundo de verdad.
Como son cosas y compromisos que se nos olvidan fácilmente, bueno será que los cristianos y todos los ciudadanos se lo recordemos y exijamos ¿Cómo lo podernos hacer? En Logroño ha habido una manifestación por los refugiados. ¿Podríamos guardar un minuto de silencio cada domingo al salir de misa por esta causa?
sábado, 7 de octubre de 2017
Ante Cataluña
Siento la necesidad de pararme esta tarde del lunes y hacer silencio, para poderme decir lo que siento y vivo ante la situación en Cataluña.
Confieso que estoy preocupado.
La imagen que me viene a la mente es la de dos coches, en una noche oscura, a más de doscientos km. hora, sin luces y acercándose cada vez más a 1 - Oct.
Lo que realmente veo, a través de los más media, es una pelea de adolescentes airados pensando más en el contrario que en uno mismo.
Lo que yo percibo detrás de la imagen y de lo que veo es que no puedo dejarme llevar sólo por el sentimiento. Ni me vale pensar que unos son buenos y los otros malos.
Nadie sabe lo que va a pasar en esta carrera de coches desenfrenados, pero reconozco que sentir que este problema me duele, es una manera significativa de decir que los "otros", de uno y otro lado, me importan.
Pero quiero encender una vela, en esa oscuridad, para contribuir a generar, de manera más consciente, un dinamismo más positivo y esperanzador, que es posible el entendimiento y el diálogo Mi vela encendida es: "Si discrepas no me ofendes, me enriqueces". Me niego así a ser correa de transmisión de las tinieblas del desánimo, de la irritación, de la indiferencia.
Confieso que estoy preocupado.
La imagen que me viene a la mente es la de dos coches, en una noche oscura, a más de doscientos km. hora, sin luces y acercándose cada vez más a 1 - Oct.
Lo que realmente veo, a través de los más media, es una pelea de adolescentes airados pensando más en el contrario que en uno mismo.
Lo que yo percibo detrás de la imagen y de lo que veo es que no puedo dejarme llevar sólo por el sentimiento. Ni me vale pensar que unos son buenos y los otros malos.
Nadie sabe lo que va a pasar en esta carrera de coches desenfrenados, pero reconozco que sentir que este problema me duele, es una manera significativa de decir que los "otros", de uno y otro lado, me importan.
Pero quiero encender una vela, en esa oscuridad, para contribuir a generar, de manera más consciente, un dinamismo más positivo y esperanzador, que es posible el entendimiento y el diálogo Mi vela encendida es: "Si discrepas no me ofendes, me enriqueces". Me niego así a ser correa de transmisión de las tinieblas del desánimo, de la irritación, de la indiferencia.
La mirada diferente de Jesús
Sorprende ver a Jesús rodeado de tantas mujeres. ¿Qué encontraban en él aquellas mujeres judías o paganas? ¿Qué las atraía tanto? Sin duda veían en él una actitud diferente.
Jesús suprime o corrige esquemas y criterios de valoración que favorecen una visión negativa de la mujer como un ser inferior al varón.
La dignidad última de la mujer no está en la maternidad ni en la atención a las faenas del hogar. Según Jesús, la mujer, lo mismo que el varón, está llamada a escuchar la Palabra de Dios y acoger el reino de Dios. Esto es lo primordial en su vida.
Jesús critica una sociedad patriarcal que favorece una relación de dominio y poder del varón sobre la mujer. Dios no bendice estructuras que generan dominación del varón y sumisión de la mujer.
Jesús concibe su movimiento de seguidores y seguidoras como un «espacio sin dominación masculina». En la «nueva familia» que Jesús va formando al servicio del reino de Dios desaparece la «autoridad patriarcal» de los varones. La llamada de Jesús arranca a varones y mujeres de la familia patriarcal en la que vivían. Ahora, junto a él, los varones pierden poder y las mujeres ganan dignidad. Solo así se va formando una sociedad nueva, fraterna y solidaria, al servicio de los más débiles y pequeños. Esta sociedad es la que anuncia y prepara el reino de Dios.
Jesús suprime o corrige esquemas y criterios de valoración que favorecen una visión negativa de la mujer como un ser inferior al varón.
La dignidad última de la mujer no está en la maternidad ni en la atención a las faenas del hogar. Según Jesús, la mujer, lo mismo que el varón, está llamada a escuchar la Palabra de Dios y acoger el reino de Dios. Esto es lo primordial en su vida.
Jesús critica una sociedad patriarcal que favorece una relación de dominio y poder del varón sobre la mujer. Dios no bendice estructuras que generan dominación del varón y sumisión de la mujer.
Jesús concibe su movimiento de seguidores y seguidoras como un «espacio sin dominación masculina». En la «nueva familia» que Jesús va formando al servicio del reino de Dios desaparece la «autoridad patriarcal» de los varones. La llamada de Jesús arranca a varones y mujeres de la familia patriarcal en la que vivían. Ahora, junto a él, los varones pierden poder y las mujeres ganan dignidad. Solo así se va formando una sociedad nueva, fraterna y solidaria, al servicio de los más débiles y pequeños. Esta sociedad es la que anuncia y prepara el reino de Dios.
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