Hay cosas que parecen difíciles y son bastante más fáciles de lo que
parecen. Hemos hablado, sufrido y preguntado:¿Qué se puede hacer ante los
atentados de Barcelona y Cambrils?
Parece muy difícil. Y no encontramos fáciles soluciones.
Pero hay una respuesta que es de raíz.
Si no queremos guerra, ni violencia, ni atentados, podemos acudir a una
solución: que desaparezcan todas las fábricas de armamento. ¿Nos imaginamos lo
que sería el mundo si nadie fabricase armas?
Y eso es posible, se puede conseguir. Todas las personas hemos de
proponérnoslo. Cuando desaparezcan los ejércitos,
las armas, todas las armas, habrá mucha
más paz. Es cuestión de tomar conciencia
cada uno y tratarlo. ¿Cuántas armas se construyen? ¿Cuánto dinero funciona con
estas fábricas y estas ventas?
Es cuestión de tomar conciencia
cada uno de nosotros. E irlo proponiendo. Requerimos paz, pues construyamos la
paz. Toda la humanidad en contra de las
armas. Y empleamos ese dinero en cultura, educación, sanidad....
Que yo
sepa hay un país, Costa Rica, que no tiene ejército y la prosperidad es mayor.