domingo, 18 de septiembre de 2016

Cantemos el himno


 Qué cosas.  Hoy, no he estado en el chupinazo de San Mateo, pero sí que lo he visto en internet.  Enseguida me ha chocado una pancarta que dice:”Refugiados: nadie en Logroño se siente extranjero.!”.   Al comprobarlo he visto que es parte del estribillo  del himno de la ciudad de  Logroño. No lo conocía  Siempre es buena ocasión para aprender. Me ha gustado.
En Logroño nadie se siente extranjero.  Estoy pensando en las personas que han venido con la feria, con sus puestos de venta…o a pasar unos días de juerga  Y se me va el pensamiento a  los refugiados que ya están empezando a unir el frio a su situación.    Bastantes personas de la Rioja han estado en los campamentos d e Grecia y  ellos han querido transmitir con esta pancarta  su recuerdo  doloroso en medio de la fiesta.  No se trata de aguar la fiesta, sino de hacerla humana. La alegría es mayor cuando se comparte Y no podemos  estar felices mientras no haya mesa, cama, comida, trabajo   y pañuelo para todos
  Será estupendo si todos los riojanos hacemos un esfuerzo para que puedan venir  refugiados a nuestra capital y a nuestros pueblos.  Eso sí que sería una fiesta:   Y lo que decimos de Logroño, lo podamos decir de todos y cada uno de los pueblos:  Refugiados “nadie en Logroño se siente extranjero.” A ver si me aprendo la música.    Y lo hago realidad en mi localidad.

«Pobreza» se escribe en femenino


Escuchamos a menudo que «la pobreza tiene rostro de mujer», pero ¿a qué se debe? ¿Cómo influye el género en el riesgo de sufrir pobreza? ¿Realmente visualizamos esa realidad? ¿A qué nos referimos cuando hablamos de feminización de la pobreza? ¿Qué supone este fenómeno para las mujeres?
Algunos datos:
A día de hoy, los derechos económicos de las mujeres siguen siendo vulnerados. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la extrema pobreza afecta a unos 1.500 millones de personas; y el 70% de ellas son mujeres.
Junto a la dificultad de acceso a la educación, a la tierra y al crédito, o a la mayor precariedad y vulnerabilidad en el mercado laboral, uno de los factores que contribuyen al empobrecimiento de las mujeres es la brecha salarial.
Las políticas económicas centradas en los recortes de las retribuciones a la población asalariada tienen un efecto directo en la desigualdad entre mujeres y hombres, ya que acarrean como consecuencia directa un aumento de la discriminación salarial. Dichas políticas han afectado a todos los sectores de actividad, pero en los sectores más feminizados, retribuidos con bajos salarios, han empeorado las ya precarias condiciones salariales de varios millones de trabajadoras.
El perfil medio de la persona usuaria de servicios sociales es el de una mujer de 36 a 50 años con estudios primarios, con hijos, en paro y con unos ingresos medios mensuales de entre 300 y 500€.
El 66,6% de los 796 millones de personas adultas analfabetas del mundo son mujeres.
Las mujeres cobran de media un 23,9% menos al año que los hombres por ocupar puestos de trabajo de igual valor…
Y se podrían seguir aportando más datos.
Si bien tanto mujeres como hombres sufren pobreza, a la luz de estos datos no es arriesgado afirmar que la pobreza también es una cuestión de género y que la idea de que la vida de las mujeres está mejorando en todo el mundo es un espejismo.
Sonia Herrera (Especialista en igualdad de género)

VIVIR MEJOR CON MENOS: ALGUNAS PROPUESTAS


•    Ser capaz de vivir sabiamente y de pensar en profundidad; que se opondría al ruidoso mundo digital y al pensamiento superficial, y que no se consigue con la simple acumulación de información.
•    Ampliar a las futuras generaciones el concepto de prójimo que encontramos en la “regla de oro” de las grandes tradiciones religiosas.
•    Considerar universalizable lo que hacemos y que tiene un impacto sobre la naturaleza.
•    Apostar por un crecimiento que no sea voraz e irresponsable, y, por tanto, redefinir el concepto de progreso.
•    Tomar conciencia del valor de la interdependencia, de la especie humana depende de las otras especies.
•    Vivir y entender nuestra vida como un don, un regalo. El don nos obliga a cuidar de ella y también de las vidas de los demás, sobre todo de los más vulnerables.
•    Aprender a apreciar las diferentes dimensiones de la felicidad que no pueden reducirse al hecho de tener o poseer.
•    Unir estrechamente las cuestiones social y ecológica. Recordar, por ejemplo, que son los más pobres y las minorías culturales quienes más padecen la problemática del daño a los ecosistemas.
•    Retornar a la simplicidad y a la capacidad de disfrutar con poco, que nos permite detenernos a valorar lo pequeño, agradecer lo que ofrece la vida sin aferrarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no tenemos.
•    Remarcar el valor de los pequeños gestos cotidianos, que nos permiten romper con la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo,…
•    Valorar el descanso, la dimensión celebrativa de la vida, una dimensión receptiva y gratuita que es algo diferente del mero no hacer.
(Extraído del Suplemento del Cuaderno nº200 de Cristianismo y Justicia)

Tres meses de verano


Ya se han acabado las vacaciones y el verano.  Vuelve el curso.  Y echo una vista atrás a estos  tres meses de verano.
Veo que han estado con muchas actividades y muy interesantes. Sobre todo  festivales, comidas… Con perdón, por si  alguien lo ve distinto, yo he echado de menos actividades culturales: teatro, cine comentado, charlas, y sobre todo algo que nos lleve a  analizar la situación de la sociedad. Han sido meses repletos de violencia, interrogantes, atentados, vacío legal,… Y he notado como un “ir dejando pasar las cosas”. Noto y echo en falta una reflexión fuerte y profunda de la realidad. Y también el haber hecho algo para ir cambiando el mundo
No hemos sido capaces de leer un libro y comentarlo en común.
Encuentro que el verano hay que prepararlo desde semana santa: charlas, debates, cine comentado, teatro, visitas artísticas, lecturas y debate de la realidad...  Nos lo hemos dejado pasar y apenas han existido actividades de este tipo.
Empezamos el curso con los  mismos problemas que teníamos al principio de vacaciones: paro, la Lomce, refugiados, inmigrantes....  Espero que suponga que empezamos con nuevos bríos y dispuestos a trabajar por mejorar la situación.
No todo ha sido igual y parado. Ahí están los grupos numerosos de personas que han participado de voluntarios en diversas partes del mundo. Es algo sobresaliente que según fuentes oficiales, el 8% de los jóvenes han colaborado como voluntarios en países necesitados. Enhorabuena,  ESO ES UNA GRAN SEÑAL DE CÓMO ESTÁ LA SOCIEDAD. HAY ESPERANZA.
Ahora empezamos el curso. ¿No será bueno que entre todos pensemos qué hacer para crecer en todos los aspectos: deportivos, culturales, creyentes, sociales, humanos...?

UNCIÓN



No he hablado de este tema: los enfermos con la unción y la comunión. No se trata de meter ningún medio. Es simplemente que en ciertos momentos de enfermedad, como creyentes en Jesús, queremos vivirlos con la conciencia de la presencia de Jesús.  No es para morir. Es para fortalecernos en el ánimo y acoger la realidad presente con la ayuda y la compañía de Jesús.
Ya no se llevan la comunión con faroles y campañillas. Se lleva discretamente y se vive la enfermedad unidos a la comunidad. Lo mismo la unción: no se trata de que uno vaya a morir, sino de vivir las molestias de la enfermedad con coraje y aliento. Es vivir con esperanza. Nadie se muere porque le demos la unción. Conozco personas que la han recibido varias veces y viven. Yo las he acogido dos veces ya.   Es, que la enfermedad, como cualquier enfermedad, la vivimos con Jesús, con esperanza y disfrutando de la ayuda de quienes nos cuidan.
 Es cuestión de que me lo indiquéis y yo se lo administro. Pero creo que será bueno que algún día la hagamos comunitariamente. Por eso, ni estamos más enfermos, ni tenemos miedo.
Juntos en el templo confiamos en Dios y acogemos su salvación.
Como creyente, confío no en el milagro de que se vaya a curar, pero sí en la fortaleza y  el coraje que me aporta  para vivir la enfermedad con valentía, con ánimo, con fe. Dios  está con nosotros y somos conscientes.