lunes, 11 de diciembre de 2017

Caminando a Belén



Tengo una experiencia bonita de la noche buena. No sé si ya se podrá repetir.    Me pasaba  el año esperando porque me habían  dicho que había  por el  pueblo  algunas  personas buscando dónde  cenar-    familias sin hijo, hermanos solteros mayores, enfermos con problemas de psicología….  Como ocurrió con María y José   Y  tenía las botellas de butano bien  llenas o en otros casos, la cocina abundante de leña.
Y todos los años llegaban los comensales  Ya se sabían el camino puesto que no era la primera vez que subían a casa.
Qué bien cenábamos, ricos y sabrosos alimentos caseros hechos por mis  familiares cocineros. Era muy difícil dialogar. Porque no salían temas oportunos.  Cada uno empezábamos nuestros temas.  Todo mezclado, la mili, el monte, las yeguas, la familia… los  ganados.
Y llegaba el momento  del canto, No podía faltar un villancico y también el Asturias Patria querida…    Eran cenas cortas porque el vino y el champan hacen pronto su efecto.
Como es lógico no podía faltar la discusión a ver quién había sido mejor monaguillo y quién era más amigo del cura.
Y recorría sus casas llevándoles a dormir.
Eran unas  noche-buenas únicas,   para repetir en nochevieja y en otras fiestas. El Niño estaba con nosotros  La noche buena se iba, la noche buena se va.  Y Jesús en medio, como un amigo más.
      Salgo a buscar comensales. Si no tienes otro hogar, aquí hay una casa, en mi corazón. Contamos con la presencia de Jesús, José y María. Somos felices.

viernes, 20 de octubre de 2017

Por qué me jubilo de cura



Muy sencillo. Tengo setenta y cinco años y me jubilo.
Tener esos años significa que hay que dejar paso a los más jóvenes, porque hay cosas que yo no sé ni acierto a realizar: por ejemplo trabajar en el mundo de los niños y jóvenes.
Veo que la fe en los pueblos está estancada y creo que hay que enfocar la acción de la parroquia en otro sentido. Espero que otro cura sepa hacerlo.
Creo que hay que enfocar la parroquia más desde los seglares como protagonistas y no lo hago (el cura no es el mandamás de la parroquia), sino que quiero ser un cristiano con un servicio a realizar junto a otros cristianos “no lo que el cura mande o diga“.
Caminar hacia un anuncio de Jesús a aquellas personas de quien estamos separados como cristianos. No sé hacerlo.
Trabajar por hacer un pueblo, que sea Nueva Sociedad en la solidaridad, la justicia, el amor y no acierto a plantearlo porque creo que eso hay que hacerlo en comunidad.
Las mujeres participan en el canto, limpieza, cuentas, pero creo que pudieran ser diaconisas y sacerdotisas. Quizás al faltar curas, se vayan dando pasos en esa dirección.
Experimento mi debilidad de los años y voy desapareciendo poco a poco.
Aceptar mi pequeñez y mi debilidad e ir desapareciendo conscientemente.

Gerardo Villar Pérez.

"Aquí tienes tu casa Gerardo"



Sabíamos que tu nueva etapa más pronto que tarde iba a llegar. Y lo sabíamos no porque lo hubiéramos imaginado sino porque de este, como de tantos otros temas, siempre abiertamente, has querido hablar con quienes hemos tenido la suerte de acompañarte en Santurde.
Todo cambio, si además implica una despedida, nos lleva a hacer un repaso de lo vivido. Nuestro cerebro inmediatamente nos sugiere palabras para resumir lo que sentimos a la vez que nos va proyectando una pequeña película, hecha de diversos momentos, con saltos en el tiempo, tanto hacia delante como hacia atrás.
La primera palabra, y la que lo resume todo, ha sido GRACIAS. Muchas gracias por haber conocido a una persona abierta, dispuesta a aprender, participar, promover, ayudar, estar, acompañar, dar, darse,... a la que la expresión “sería interesante” la acompaña a todas partes. También la acompañan preguntas, siempre se está preguntando y nos está preguntando.
Las escenas de la película van desde el día de su llegada y nuestra primera toma de contacto, en casa, preguntándonos y dejándose preguntar, para darse a conocer y para conocer de Santurde personas, asociaciones y todo aquello que pudiera ser relevante a la hora de empezar su labor en nuestro pueblo; hasta el día en que nos ha comunicado su traslado, del cual nos alegramos porque deseamos que este cambio le sirva para seguir aprendiendo, seguro que “será interesante” para él. En la película hay muchos fotogramas: la puerta siempre abierta de los locales parroquiales, su acogimiento a quien en momentos difíciles ha necesitado un techo y dinero, su deseo de que la gente participe y disfrute de la misa, su creación y participación en los diversos grupos de diálogo, el impulso y la creación de la hoja parroquial “La Fuente” (su primer número fue el 3 de septiembre de 2013) abierta a todos los vecinos, últimamente en la labor de la biblioteca del pueblo u otras labores no por poco visibles menos importantes: actualización de archivos parroquiales, arreglos varios en la iglesia, limpieza de cálices,...; en fin, siempre presente de forma activa no como un jarrón decorativo.
Gracias por haber construido pueblo. Nos vemos y, lo dicho, aquí tienes tu casa.


Juan Miguel y Mª Dolores.