domingo, 30 de agosto de 2015

Victorino Uruñuela Vozmediano y Obdulia Crespo Pisón

Se casaron hace sesenta y dos años. Han tenido tres hijas. Una, Teresa, murió a los 33 meses, otra, Raquel, a los cuarenta y tres años, y otra, Maite, vive. Reviven con emoción el cariño de cada una de ellas. Su mayor recuerdo y vivencia, las hijas. Su corazón está en las que murieron y en la que vive. Aman tremendamente a la familia y les están agradecidos a tope. Muy unidos a los suyos. Reviven cómo sufrieron y gozaron con un cariño inmenso. “Lo mejor era para ella“, “hicimos todo lo que sabíamos, nosotros y toda la familia“. Ahora ya viven jubilados entretenidos en las pequeñas cosas de casa y un huerto familiar, como recreo. Tienen muy buena relación con las amigas y con los amigos del pueblo. La hija, les mima, le trae todo, les a
siste. Recuerdan el cambio total que han vivido en las condiciones del pueblo. El cien por cien.Tienen muy buena memoria y relatan historias del pueblo. "Parece que hemos ganado mucho y que ya no hay peleas como en otros tiempos". Con sus años participan en la vida del pueblo y de la parroquia y cuidan con esmero la pequeña huerta. Son un testimonio estupendo de dos personas nacidas el mismo día: 21 de mayo, en años distintos. Gracias.

Lo tenemos aquí y gratis

Me gusta este cartel. Muchas veces podemos malgastar o gastar
con demasiada facilidad el agua. Como sale por el grifo, como
no recordamos la factura, como corre por el canal… Quizás nos
venga bien el revalorizar el agua. El disfrutarla y respetarla.
Y desde luego, solo cuando nos cuesta esfuerzo conseguir algo,
solamente entonces lo valoramos, lo disfrutamos de verdad.
Siempre he pensado que si cantidad de cosas, por ejemplo las
estrellas, la luz, el sol, el agua, el mar, la atmósfera… solo
existiesen en alguna parte lejana del mundo, iríamos allí todos
en viajes carísimos a verlo. Lo tenemos aquí y gratis. Qué bonita
oportunidad para valorarlo, disfrutarlo y respetarlo.
Vamos viviendo un verano muy cálido ¿Es fruto del efecto
invernadero? ¿Lo estamos produciendo nosotros al no respetar
la naturaleza? Aún estamos a tiempo de enderezar un poco el
clima, no con rogativas, sino cuidando, respetando,
conservando la naturaleza, no ya con poesías, sino con un trato
digno y respetuoso. No manchando, no echando insecticidas a
granel, no con productos transgénicos que nos marca la
multinacional Monsanto u otras, sino desde un cultivo sano de
las tierras

¿Qué ha cambiado, qué es lo que queda?

Muchas cosas han cambiado en nuestro mundo y en nuestro modo de vivir y de creer. Y otras muchas siguen, aunque de otra forma.
Lo que más se nota: que antes íbamos al templo y ahora la asistencia es muy pequeña.
Pero en pequeño grupo que intenta descubrir el nuevo rostro del Evangelio:
1. Ha cambiado nuestra idea de Dios: antes tan justiciero, tan fiscalizador. Ahora, Padre, más cercano, más apoyo, más en la vida.
2. Nuestra idea de Iglesia: antes tan de los de arriba, tan poco cercana al pueblo. Ahora de todos, porque todos somos importantes.
3. Nuestra manera de vivir la fe: antes cada uno individualmente, tan cerrada. Ahora con una forma más participativa.
4. Antes una fe del carbonero. Lo que nos habían dicho. Ahora más crítica, más formada, con interrogantes, de más sentido común.
5. Antes, confesarse daba miedo, era duro, para ponerse a bien con Dios. Ahora más gozosa, más liberadora. Para ponerse a bien con el hermano
6. La misa antes era obligatoria, en latín. Ritual, no se entendía, no se comulgaba. Ahora más participativa, todos celebramos, importancia de la Palabra, de la comunión, de la comunidad, abierta a las necesidades y problemas de la vida.
7. Antes era repetir y decir muchas oraciones. Ahora escuchar a Dios en nosotros y en la vida.
8. Antes, mucha atención al tema sexual, ahora a toda la persona, a los más pobres.
(Sacado de Fidel Aizpurua)

¿Se muere de repente?

Solemos decirlo y lo hemos vivido hace unos pocos días. Pero yo creo que nadie se muere de repente. De repente cosechamos, porque un día decidimos hacerlo. De repente salimos a la calle, comemos… Pero la muerte es algo que vamos haciendo día a día. Mejor, yo diría que día a día vamos viviendo y llenando la vida. Vamos aprendiendo a amar y entregar nuestra vida segundo a segundo. Vamos perdiendo fuerzas, pero ganando sencillez.
La vida es algo así como una espiga de trigo. Cuando ya está sazonada y madura, repleta de granos, inclina su cabeza porque ya está dispuesta a la entrega. Momento a momento vamos llenando el saco hasta que llega un momento que ¡ya está! Y lo atamos.
No es que vayamos dejando sino cogiendo, rellenando: días, nombres, personas, amor…
Será bonito que vayamos ensayando en nuestra vida para la entrega y cuando haya que darla del todo: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”. Aprendió a vivir durante tantos años. Y como el niño, recién nacido, lo colocan en el seno de la madre, a nosotros nos coloca la muerte en las manos de Dios.

Ya lo comentaremos Parece que hoy se cree menos que antes. Al menos eso se dice y se ve sobre todo en los jóvenes, aunque cuántas veces, en otros tiempos, ha estado motivada por el miedo y la coacción
-No hemos visto la fe como un bien para la persona. Por eso, no se ha visto a Jesús como a un amigo, no se ha disfrutado de El y de la fe. Al verlo como un peso, una obligación, como si fuéramos a ser más felices sin Dios, quizás la noticia esperada era que Dios no era necesario para la vida
- Hoy tratamos de subsanar esta manera de pensar diciendo que la fe es un valor para la vida y que, por lo tanto, habrá que entender la fe de una manera nuev
a,  con otra mentalidad
-Creer pensando que la persona es autónoma, lo que no lleva  a prescindir de Dios sino a sentirse más responsable
-Creer en la conciencia de que Dios no está fuera de nuestra realidad, sino dentro, en nuestra misma barca. En El vivimos, nos movemos, somos y existimos
-Creer en una sociedad en cambio. Por lo tanto, con una fe actualizada y cultivada, no rutinaria, no simplemente de costumbres sociales
En el fondo, hoy se requiere una fe más centrada en Jesús y en su Mensaje para ir sabiendo qué es lo bueno y qué es lo justo en este mundo que nos ha tocado vivir
Conclusión: ¿Cómo nos va a sobrar algo que en realidad puede ayudarnos mucho a ser personas?

Mi maestra

Siempre recordaré a mi maestra. 1944. Y tiene que ser así por muchos años que hayan pasado.
No podemos olvidarnos de aquellas personas que con su trabajo, sacrificio y cariño, nos enseñaron a leer, escribir, rezar y tantas y tantas cosas necesarias que íbamos a necesitar a lo largo de nuestra vida
No creo que nadie los haya olvidado, aunque, cuando íbamos a la escuela, éramos ajenos a su gran esfuerzo.

Yo he visto llorar a mi maestra más de una vez. Era de impotencia. No es que fuéramos muy rebeldes. No, es que éramos muchas niñas y de todas las edades y ella sola no podía con todo.
Gracias a ellas, hemos podido defendernos a lo largo de los años. Siempre les estaremos agradecidas, recordándolos con cariño y con este pequeño homenaje
Para mí personalmente, fue una persona muy querida
A los pocos momentos de morir, mi madre fue la primera persona que vino a verme, me abrazó y me dio un beso. Yo era muy niña y me eché a llorar.
Nunca la olvidaré, Señorita Narcisa Ruiz del Castillo. Gracias.
Blanquita

VALVANERA

Cuarenta y cinco personas de Pazuengos subieron andando y 25 fuimos en el autobús. Más coches particulares. Total ciento tres personas. Los de Santurdejo fue el sábado. Ya lo comentaremos. Los pazonguinos hablan de “un día especial” de “estar entusiasmados”, de “fiesta” familiar.
Los andarines pararon en Beneguerra, luego en el campo de la salve y cantaron ahí la salve. Almorzaron y adelante. No pudieron dormir en el monte, según costumbre porque estaba reneblando.
Dicen que es una tradición de acción de gracias tras la cosecha. Hay diecinueve niños.
Traen un muy buen ambiente. Caminan en grupos.  Refuerza la unión, un día de pasarlo juntos y caminar hacia Nuestra Señora de Valvanera. La vuelta la realizamos en dos autobuses y los coches particulares
Es curioso. Normalmente son pocas las personas que viven en Pazuengos, pero cuando se trata de recordar sus raíces históricas, religiosas, sociales, resucita su historia y su memoria.

Pastor de camellos

No se trata de ningún anuncio ni de ninguna oferta de trabajo.
Es la experiencia de una persona- le vamos a llamar Roberto- que ha vivido año y medio cuidando camellos en el desierto. La escasez de agua, de alimentos. Calor intenso y frio por la noche. Aplasta a cualquier persona. Y el silencio inmenso y la soledad eterna. Pero Roberto vivió así año y medio en el Sahara.
Y vive ilusionado. Se fue buscando a Dios, con pasión por Dios.  Hace unos años. Ahora lo recuerda con entusiasmo, con felicidad, con añoranza.
El día es largo en el desierto. El se entretenía descubriendo las huellas y analizando las pisadas de los camellos para poder luego buscarlos. Se especializó en ello a lo largo de ese tiempo, aprendiendo a seguir a los camellos y a localizarlos.
Y así aprendió a reconocer las huellas de Dios en la vida. Su vida posterior ha sido muy interesante. Ha recorrido miles de kilómetros y de países... siempre en busca de Dios. Sin nada. Como un carrilano de la vida.

Y aprovechando la experiencia que le dieron los camellos de “buscar las huellas divinas” en la vida. Es un “hermanito de Jesús”, de la escuela de Carlos Foucault. Este cristiano converso, Carlos, después de vivir la fe, dice:«Enseguida que comprendí que existía un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que de vivir sólo para El».

Funerales

Ayer participé en un funeral como un cristiano más... Y sentí que esa celebración me recordaba otra forma de vivir a Dios. Me sonó a costumbre, a fórmulas hechas, a tratar de convencer a Dios en favor del difunto.

Dice una señora de mi pueblo que “Dios anda mal de memoria”. Y puede que lleve razón porque nos pasamos medio funeral y media eucaristía diciéndole “acuérdate”... ¿Es posible que haya que recordarle las cosas y sobre todo el nombre de sus hij@s? Y todo porque pensamos que tiene que echar una mano, ya que parece ser que la salvación de Jesús no es bastante.

Así nos pasamos la misa diciendo no sé cuántas veces: “El señor esté con vosotros”. Y así seguimos a lo largo de la celebración y ni siquiera tras la palabra, tras la comunión descubrimos que “ya” está con nosotros y en nosotros. Es curioso, porque seguido decimos en el prefacio “en Él vivimos, nos movemos y existimos”.

Me echaron una regañina porque en una celebración de la vida, la muerte y la plenitud de Vida, celebré porque ya estaba el difunto en la plenitud de Dios. Y ¿si había hecho cosas mal...?

Es curioso. Mi padre murió hace muchos años. Somos dos hijos curas. Y me di cuenta de que por tener dos hijos presbíteros, y aunque le dijésemos más misas, no suponía mayor salvación para él. Mi madre -fiel creyente pero con algunos años- sigue encargando la misa cada año en el aniversario en la parroquia.

Nos acosa la rutina y hacemos celebraciones sin estar en ello. Por dos veces me ha ocurrido que en la oración de los fieles he dicho textualmente: “que se caiga el techo y nos pille a la mitad...” Y automáticamente han respondido la mayoría de los participantes: “Te rogamos, óyenos”. Menos mal que solo lo pedía para la mitad de las personas.

Qué problemas si en una eucaristía me olvido de decir el nombre de la persona difunta... Nunca he cobrado, pero muchas familias no se quedan tranquilas si no dan el dinero.

Y luego, el tema de las flores. Cuantos más ramos, más apreciado era el difunto... He visto con alegría que las Hijas de la Caridad en un pueblo pequeño, cuando moría alguna de ellas, llevaban simplemente tres rosas.

También un compañero cura dejó escrito y así se hizo que el dinero que querían gastar en flores se dedicase a una obra concreta: a la Cocina Económica.

Nos cuesta vivir que Jesús resucitado nos une a Él en la muerte y en la Vida. Que no necesita ni de nuestras oraciones ni de nuestras obras. Esas vienen como consecuencia de sentirnos amados por Él.

¡Fuego!

Dos barcos se hunden frente a Libia y ACNUR habla de "al menos 200 refugiados muertos
Personas m
ueren en los bajos de un camión..
Diez heridos en Hungría tras volcar una furgoneta con 18 refugiados sirios   Las noticias diarias son terribles En lo que va de año, han muerto 2.500 personas en el Mediterráneo
  Hay  Estamos cada uno en nuestras cosas y de repente se oye una voz ”fuego”. Todos dejamos nuestra labor y acudimos rápidamente al lugar del fuego a intentar echar una mano y apagarlo.
Resuenan por todo el mundo las muertes de personas que intentan salir de las guerras, del hambre… que van buscando cobijo, seguridad, trabajo.
 Yo pido que nos levantemos de la mesa o del sofá o de la playa y acudamos rápidamente  a través de firmas en internet, ,de manifestaciones, de exigencias  a los gobernantes, de acogidas en nuestras casas…. No puede ser que siga muriendo ni una persona más en la s aguas del mar o en las alambradas que ahora se extienden a otros países.
 Hay una razón de fondo muy fuerte: los que podemos, queremos vivir en un ritmo de vida . Y ello lo conseguimos fabricando armas, rechazando a los otros, ,intentando acallar los gritos de hambre.
 Solamente se conseguirá un cambio hacia la justicia cuando las personas- todas –lo reclamemos y estemos dispuestos a poner de nuestra parte lo necesario.
   Hay una discusión entre el Vaticano y el gobierno italiano a ver quién tiene que  acoger a los refugiados inmigrantes… Yo creo que d e momento, todos tenemos que acoger.  Luego, cuando evitemos el hambre y la muerte, ya dialogaremos a ver quién tiene más responsabilidad.
Si una casa se quema en un pueblo, le ofrecemos enseguida nuestra casa para vivir, para comer… ¿Por qué´ a estas personas refugiadas, inmigrantes,.. no les ofrecemos nuestras casa ,nuestro dinero, nuestra ayuda eficaz? Me ha perecido oir un grito muy fuerte  y hay que echar a correr¡ Fuego!

Fiesta solidaria

Ya es una costumbre arraigada. Pero merece la pena resaltar y ojalá imitar. Torrecilla en Cameros es un pueblo que hace ya 15 años organiza cada verano el día solidario. Con una serie de actividades y sobre todo con una mentalización muy fuerte. La recaudación obtenida durante la Fiesta de la Solidaridad alcanzó la cifra de 35.000 €, que serán entregados íntegramente a la Fundación Visión Mundi. Para prevenir, curar y tratar el tema de la vista en África.
Todo el pueblo, todas las edades, todas las asociaciones, todas las actividades posibles.
Qué bonito el hecho de que en medio de nuestras vacaciones, de nuestras fiestas, tomemos conciencia de que hay otras personas con dificultades, problemas, pobrezas y nos comprometamos con ellas.
Normalmente se acude a mercadillos de cosas que tenemos y las vendemos, a colectas, a actividades que engendran riquezas... Y ¿ qué tal si tanto los ayuntamientos, como las parroquias, como los ciudadanos nos comprometiésemos a aportar el 0,7 de los gastos o de los ingresos de fiestas y los destinamos para una causa social?.
Sin duda, la alegría es mucho más profunda cuando es común y se comparte. Y esto no por obligación sino por convencimiento: más allá de unas limosnas.
Si no estoy mal informado, en Torrecilla no surgió la iniciativa de la iglesia sino de personas particulares. Y ya llevan 15 años. Cada vez a más en implicación y en mentalidad.

Cambiar no es perder

Estamos hablando del cambio notable que se está dando en nuestra manera de vivir y de creer. A todos nos cuesta abandonar los viejos esquemas aprendidos desde siempre. Y sin embargo algo va cambiando en la vida de nuestros pueblos: mejora la convivencia, el interés no decrece. Necesitamos cambiar, porque cambiar no siempre es perder, muchas veces es ganar.
¿Cuáles son las condiciones para que en nuestra vida cristiana se dé un cambio que nos lleve a una vivencia mejor de lo cristiano? Algunas como estas:
- apertura de mente y de corazón.
- respeto al otro y deseo de verdad.
- vivir en el hoy con los ojos abiertos.
- no justificar situaciones que ya no se tienen en pie.
- no agarrarse a dependencias, ansiar ser más libre.
- no vivir en el olvido, en el desamor.
Cambiar bien es señal de que se está vivo. Hay que luchar contra la rutina que nos puede, contra la falta de esperanza que se instala en nuestros días. Hemos sido criados en una fe rutinaria; hay que lograr llegar a una fe viva.
Cambiar no tiene que ser algo puntual, sino un modo de vida. Siempre hay que estar cambiando, evolucionando, repensando las cosas. Así nuestra fe puede tener más futuro y ser un bien para nuestras personas

SANTURDEJO

Han sido dos meses de mucha actividad cultural en Santurdejo. Todo un verano con muchas actividades y muy interesantes. Las charla de Araujo sobre la naturaleza, la iniciación a los huertos ecológicos, los conocimientos y el bien hacer y enseñar de Oscar Puente, Prehistoriador de Atapuerca, la visita nocturna por los caminos del monte, los conciertos, los cursillos de cerámica… Fenomenal.
Además las fiestas, la comida popular, las celebraciones en la iglesia con un magnífico coro que ha ensayado muchísimos días y con mucha participación. Y una participada eucaristía.
Una marcha a Valvanera con un poco de niebla y lluvia.
Hemos tenido tiempo para trabajar el tema de los sentimientos en grupo y para comentar el libro del “Principito”.
Se trata de ir creciendo y aprovechar todas las oportunidades para descubrir, conocer y crecer.
Un grupo también ha disfrutado recorriendo el ciclo de arte de la zona: románico, gótico, renacimiento y barroco y finalmente la ermita de Santo Asensio.

FIESTAS DE VERANO

Me ha gustado la pregunta de nuestro obispo sobre las fiestas del verano: ¿Por qué se confunden las fiestas religiosas añadiéndoles elementos totalmente ajenos que las privan de su origen y de su ser?
Empiezo a dialogar sobre ello. Abierto a otras respuestas.
Hay que reconocer que el país no es cristiano. Y que en las fiestas participan muchísimas personas que simplemente pasan de la fe. Ya no celebran la fiesta de un santo o de María sino las fiestas del pueblo. Sí que hay cristianos que viven su espíritu y su seguimiento a Jesús con mucha entrega en honor a esa memoria histórica.
Pero podemos pensar que las fiestas que dicen ser en honor de un santo, de María…, son fiestas nacidas al aire de la necesidad de vacaciones y juerga. Tras las cosechas recogidas había dinero para gastar. La iglesia intentó cristianizar esas fiestas queriendo darle un sentido religioso.
Quizás hoy podamos retomar, las personas que lo queramos, que no van a ser muchas, el sentido cristiano. Ahí sugiero algunas pistas:
.- Pienso que en las eucaristías no tiene sentido la presencia como tal de los políticos. Pueden participar como cristianos particulares. Celebro que haya políticos no creyentes que no quieran participar en las misas de las fiestas.
.- Las procesiones las hemos convertido entre todos en elemento turístico. A veces hasta reconocido oficialmente. Lo que me cuesta entender es la misión de un cura con ropa litúrgica en esas procesiones turísticas.
.-Tenemos una oportunidad preciosa para predicar anunciando no costumbres y tradiciones sino el evangelio. Y revisar lo que decimos en los cantos a ver si va con el Evangelio.
.- Hay gestos que no van con el espíritu evangélico: teles y fotos en las misas, primeros puestos.
.- Toda eucaristía ha de estar abierta a los más pobres. Ellos deben tener un lugar preferente y toda eucaristía ha de suponer un compartir real. Colectas a favor de los pobres. Un índice puede ser los mercadillos con fines solidarios e incluso intentar que el 0,7 de los gastos de las fiestas se dedique al tercero o cuarto mundo.
.- Hay muchos elementos cristianos: comidas en común, peñas, calderetes, acciones solidarias, baile y diversión, música…alegría. Quizás no vividos conscientemente como elementos cristianos.
Sí que me invito a pensar que nunca las fiestas pueden absorber los gastos del municipio, porque hay muchas personas de fuera. Luego, a lo largo del año, quedan pocas personas en el pueblo, pero necesitan muchas cosas y será bueno dedicarles dinero.
Seguimos dialogando. Las fiestas, como el país, ya no son por motivación evangélica, sino por restos de un nacionalcatolicismo. ¿Qué pensáis?