lunes, 4 de noviembre de 2013

FIn de semana

 Cambia el panorama. Se alegran los pueblos: hay muchos niños, jóvenes, cuadrillas, matrimonios.
    Los abuelos ser ponen contentos al recibir a los hijos y nietos. Y los bares  se recuperan.  Los paseos se ven pisados de  caminantes.  
 Se ve una cosa muy bonita: unión entre los que estamos aquí y los que llegan. Nos sentimos todos integrados
Hay un trasiego de personas y de ideas y experiencias: lo bonito es que hay un diálogo, un intercambio sereno de opiniones, experiencias, creencias, posturas ante la vida. Y como fruto, que surja un ofrecer cada uno como persona y un ser cada vez más comunidad.
Desde la comunidad parroquial vemos muy interesante este intercambio.  E invitamos a las personas que viven los fines de semana a participar en nuestras asambleas  eucarísticas del domingo.  Y hasta sería interesante algunos encuentros de diálogo sobre las experiencias y las formas de vivir los valores y nuestra fe en la ciudad y en el pueblo.  Siempre es bueno el sumar, el diálogo, el enriquecimiento mutuo..
Muchas de las personas que venís los fines de semana o las vacaciones, sois hijas del pueblo.  Otras habéis comprado aquí vuestra vivienda.  Todo es sumar, crecer

  Lo importante es que todas las personas somos importantes.  De todas podemos aprender y todas pueden aportar.

CREI Y POR ESO HABLE

                                                MES DE LOS DIFUNTOS
CREO:

.- EN MEDIO DE LA ENFERMEDAD Y LA VIVO CON ÁNIMO
 .-EN LOS FRACASOS Y SACO LO MEJOR DE MÍ MISMO
-EN LA VIDA Y POR ESO VIVO CON ESPERANZA
.-EN LAS PERSONAS Y CONFÍO SIEMPRE EN ELLAS
.-EN DIOS COMO AMIGO Y ME SIENTO  ACOMPAÑADO
.-EN JESUS, SEÑOR DEL AMOR Y ME SIENTO AMADO
.-EN EL MILAGRO DE LA VIDA Y SIGO CRECIENDO
 .-EN LA AMISTAD Y ME SIENTO QUERIDO
 EN LA VIDA Y VIVO SIEMPRE MÁS ALLÁ DE LA MIUERTE

¿CREO?  ¿CREES? ¿CREEMOS?

Pazuengos también existe

             Varias ciudades y zonas han reivindicado su existencia y sus necesidades.     Yo quiero  hacer algo más sencillo.    Nos dice el Papa que hay que ir a las periferias de la sociedad.     Las grandes decisiones se toman siempre en los núcleos centrales, desde el poder de la sociedad.

  Ir a las periferias no quiere decir preferentemente que se atienda paternalmente a los más alejados, sino que descubramos la salvación integral La fuerza, la energía que surge de ahí.
             En Pazuengos se acaba la carretera, Pazuengos consta en un mapa de la diócesis como Parroquia de ingreso Para luego ascender  a otras más numerosas, más “importantes”
             Hay   que estar en  la periferia  porque es el lugar de descubrir escuchar, aprender.  La reconquista social, humana ha de bajar de la montaña, como baja el agua
 Muchas personas van a la sierra a buscar setas, caza, leña…  Yo creo importante es estar en la sierra viendo, contemplando, asumiendo.  Como lugar DE UNA NUEVA RECUPERACIÓN DE LA SOCIEDAD
Constantemente nos anuncian las subidas y bajadas de la bolsa, pero no nos comunican si hace sol o sombra en la sierra, si las alubias ya están secas, o si las abuelas salen a comprar el  pan a la furgoneta ¡qué equivocación!
  Y donde pongo Pazuengos, quiero expresar tantos lugares insignificantes para el mundo, tantas personas débiles y que viven en los márgenes, tantos colectivos que no cuentan más que en las estadísticas y  en el turismo.

   Aquí no hay crisis, a no ser que no llueva. Las periferias son algo positivo, son fuentes de los auténticos valores. ¿Dónde encontrar mejor agua que en la fuente de Pazuengos?

MODOS DE ORAR

Recordemos maneras sencillas de orar.
Leer despacio, degustando. Desde la Sagrada Escritura hasta un libro de viajes. De todo se puede levantar el corazón a Dios. Desde cualquier pista se puede despegar.
Canturrear: muchas canciones, religiosas y no tanto, nos ayudan a levantar el corazón. Esto tiene la ventaja, además, de que vuelven a despertar los sentimientos que tuvimos alguna vez al oírlas o cantarlas.. Tararearla nos recordará lo que sentimos, nos volverá a traer La Palabra.


Recitar fórmulas, jaculatorias, frases, que nos han impresionado alguna vez. Alguna de las lecturas del domingo, frasecitas del evangelio, versos de salmos. Repetirlas muchas veces. Si es en voz alta, mejor, así lo decimos y lo volvemos a oír, y nos llega más adentro.
Quedarse mirando, lo que llamamos contemplar, sin pensar apenas. Que una imagen, vista o imaginada, se nos vaya metiendo dentro. Aquí lo importante es sentir. Podemos sentir gozo al ver colores, admiración al ver el mar, ternura al ver niños, compasión, exaltación, horror... Si estamos viviendo ante Dios, todo eso nos hará sentirle más. Si lo hacemos ante imágenes religiosas, cuadros, escenas, símbolos, es exactamente igual; pero sin pensar mucho, dejándose invadir delante de Dios.
Hablarle a Dios de los otros. Puedo andar por la calle y mirar a la gente, y pedirle a Dios por los que pasan. Así me daré cuenta de cuántos necesitan ayuda, muestran sufrimiento, preocupación, pobreza....
Distraerse ante Dios. "Me distraigo mucho en  la oración". Pues cuéntaselo. Si te distraes, es que eso está muy presente en tu mente, te preocupa: piensa en eso delante de Dios, incluso fingiendo un diálogo, incluso hablándoselo en alta voz. Dios no está ausente de nuestras preocupaciones: hagámoslo presente. Cuéntaselo.

Y MIL OTRAS MANERAS QUE A TODOS, A CUALQUIERA, SE OS PUEDEN OCURRIR