jueves, 25 de septiembre de 2014

DE PURO BUENOS,HUMANOS

Leo el artículo del domingo “de
puro buenos, tontos” y tengo dos sensaciones. Todos los que piden limosna, son caraduras” que intentan engañar. Y la única respuesta posible por nuestra parte es darles un caramelo.
Y también siento que son posibles otras salidas: intentar dialogar con ellos más allá de sus peticiones, dar origen a encontrar alternativas. Un diálogo sereno, tranquilo, amistoso, puede darles no lo que nosotros querríamos sino lo que ellos necesitan. Algo mucho más costoso que unas monedas. Tiempo y afecto. Por supuesto con alguna de esas personas.
Me parece fenomenal que se dé el dinero a una entidad, pero sí que podemos ofrecer el cariño. Hay una parroquia en Logroño donde  siempre hay un grupo de  personas en la calle y charlan muy a menudo con el párroco. De manera que ellos guardan la casa y la parroquia. Y le confían sus preocupaciones y alegrías.
Pienso que hay que tener la osadía del evangelio “a quien te pide una capa, dale también el manto”. Contactar con el fondo de esas personas.
Cada vez que veo  una persona pidiendo en la puerta de un templo, pienso por qué los demás le dan ¿no sería mejor que esa persona entre dentro en misa y toda la comunidad dialogue con él en vistas a reintegralo? Más costoso y comprometido pero más evangélico.
Es cierto que no se puede  acoger en casa a otra persona sin más pero puede haber personas o familias que lo hagan. Sí ciertamente con la ayuda de expertos en este asunto, con los protocolos necesarios, pero  recordando lo de Jesús fui forastero y me acogisteis”.
Tengo una pequeña experiencia de 30 años, y cuánto bien me hacen las personas con las que convivo. Creo que podríamos plantearnos cada comunidad parroquial acoger a una persona. Y ahí sí que podrían ir todas las ayudas que se dan en la puerta y otras. Siempre viviendo aquello de ”lo que hicisteis a uno de esos pequeños, a mí me lo hicisteis”, Palabra de Jesús.  Por ello, acogiendo con imaginación a estas personas, seremos de puro buenos, humanos y aprendices de cristianos.

Sanidad para todos

"Quiero señalar, en un día como hoy que la solidaridad
es la mejor manifestación de nuestra identidad como españoles y que esta generosidad hace que los órganos vitales de los españoles den vida a otras personas sin importar de dónde vengan". Palabras de Mariano Rajoy en el día de los trasplantes.
Me lo pone a tiro. La solidaridad de los españoles no es sana si no llega a todas las personas. Maravilloso que se haga un trasplante con personas de distintas autonomías. Y maravilloso el que se opere y se cuide a otra persona aunque no sea de este país. Solidaridad viene del latín y significa algo así como “in solidum”. Vaya, que somos todos uno.
Podemos ser distintos, pensar distinto, vivir distinto, pero somos y formamos una sola realidad.
Impresionante: un señor, a quien mataron la mujer y un hijo, no toma venganza, pero es que “no llega a odiar ni a tener que perdonar” porque se siente uno con el asesino.
No se entiende desde el más elemental humanismo que una persona quede sin atención médica por no estar  empadronada en una ciudad o pueblo.

Me da mucha alegría que el presidente del país haya apelado a la solidaridad, para atender a todos. Espero que con eso desaparezcan las vallas de Melilla. O ¿yo entiendo mal?

SEMANA SANTA CALAGURRITANA


La semana santa  de Calahorra declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional:
“Estamos en el siglo 1, año 30. Fiestas de la Pascua. Jerusalén es reconocida como  ciudad de interés turístico, porque esos días matan a Jesús en la cruz. Numerosas personas vienen de los países del imperio romano. Las posadas y tabernas de Jerusalén están abarrotadas. Hay mucha curiosidad por ver cómo transcurren los acontecimientos. Y retumban los tambores.”
Felicito a los calagurritanos por su interés en dar realce a los actos de Semana Santa, pero como creyente en Jesús me duele que una celebración de la muerte y resurrección  de Jesús  deje de ser una celebración, memorial vivo, y pase a ser una acontecimiento turístico. Creo que el mensaje y el estilo del evangelio es otro.
Mi fe lleva muy mal  ese aspecto turístico. Prefiero el silencio, la escucha, la contemplación, el compromiso con los crucificados de la vida. Para mí eso me sugiere y me invita esa Semana Santa en que actualizamos el compromiso de Jesús que muere por querer hacer un mundo mejor y los poderosos, los religiosos, los políticos no lo permiten y le llevan a la cruz.
Había, según el evangelio mucha gente contemplando los acontecimientos desde lejos. Pero esos no descubrieron a Jesús, no complicaron su vida en su Mensaje y en construir su reino. Cuando se acabó el espectáculo, se fueron.
Cómo me gustan unas celebraciones de profundidad, de encuentro con Jesús y con los crucificados.
¿Os imagináis a Jesús ajustando con las teles del momento y con los periódicos a ver cuánto iban a pagarle? O los restaurantes ¿qué beneficio iban a dejar para el templo?

“Padre: en tus manos encomiendo mi espíritu”. Eso no se puede  vivir desde  una escenificación.

CATÓN DE GUERRA ALEMÁN

Algunos versos extraídos de esta obra de Bertolt Brecht:

Para los de arriba
hablar de comida es bajo.
Y se comprende porque
ya han comido.
Los trabajadores gritan por el pan
los comerciantes gritan por los mercados.
Padecía hambre el parado.
Ahora padece hambre quien trabaja (…)
Los que roban carne de la mesa
predican resignación.
Aquellos a los que están destinados los dones,
exigen espíritu de sacrificio.
Los hartos hablan a los hambrientos
de los grandes tiempos que vendrán.
Los que llevan la nación al abismo
afirman que gobernar es demasiado difícil
para el hombre sencillo.
Los de arriba dicen:…
todos somos iguales.
Por la cocina sabréis
si es verdad.
En los corazones
debe haber el mismo valor.
Pero en los platos hay

dos clases de rancho.