sábado, 8 de febrero de 2014

¿Cómo compartimos?

¿CÓMO COMPARTIMOS?
Ahí van las cuentas. Las lleva maravillosamente María Jesús. Este dinero es colaboración de la comunidad cristiana de Santurde. Como veis, una parte es para gastos de la parroquia, otra para actividades pastorales y otra  es para compartir con personas y grupos empobrecidos o para apoyar la labor de los misioneros.
Os invito a que miréis las cuentas: Por si hay algún error, para discernir y analizar si  compartimos mucho o poco, o para ver si de verdad somos solidarios con las personas y las causas que lo necesitan.
La comunidad cristiana tiene tres patas en las que se apoya:
a. La catequesis, formación...
b. La celebración: sacramentos, eucaristía…
c. El servicio a los pobres
¿No os parecería interesante y cristiano que llegásemos a los tres tercios?:
1. Una parte para los gastos del templo: luz, calefacción…
2. Otra parte para materiales: hoja parroquial, charlas, formación  y
3. Otra tercera para compartir hacia fuera.
Somos comunidad que estamos integrados en la comunidad eclesial universal.
Y os pregunto:
¿En qué habría que invertir más dinero? ¿En qué habría que gastar menos?
¿Compartimos lo que creemos que nuestra conciencia nos indica?
Yo tengo una costumbre que la sugiero porque puede ser interesante: dar, por meses o por semestres o al año, la cantidad que después de reflexionar y orar creo que puedo compartir con generosidad. Y veréis que no lo echo en el cestaño, sino que lo paso por la Caja. Me ayuda a ser más consciente y responsable.
Los sacramentos se celebran gratis. No se cobra por nada. Pero os invito a que os planteéis si no merece la pena colaborar cuando hay unos gastos. Parece ser que las funerarias van a entregaros 60 euros para servicios religiosos.
De ninguna forma, se trata de ser ricos, ni tener riquezas la iglesia; sino emplear el dinero necesario en anunciar el Evangelio y en colaborar a un mundo nuevo más justo.
El cura cobra de la jubilación (631,30€) y de la diócesis 249,26€. La luz  y el teléfono los paga la parroquia. Vienen a suponer 100 euros mensuales. Y yo colaboro con 100 euros mensuales por esos gastos.


Las cuentas de la parroquía

LAS CUENTAS DE LA PARROQUIA


INGRESOS

Colectas
4352,07
Donativos
730,00
Ingresos de la rifa
590,94
Lampadario, capilla domiciliaria
425,96
Renta piso Gerardo
300,00
Total Parcial
    6.398,97 €
Colectas extraordinarias
1.437,15
Total Ingresos
    7.836,12 €


GASTOS

Comunidad de vecinos (piso y garaje)
462,72
Reparaciones y mantenimiento
802,86
Limpieza
14,90
Gasoil
931,16
Electricidad
1.239,60
Teléfono e internet
142,69
Pastoral (fotocopias, actividades,...)
1.538,30
Culto (vino, formas, flores…)
33,89
Aportación al Fondo Común Diocesano
1.000,00
Total Parcial
    6.166,12 €
Colectas extraordinarias
1.838,30
Total Gastos
    8.004,42 €


SALDO (NEGATIVO)
-168,30 €


Saldo en BANKIA a 31-12-2013
  9.050,67 €
( por lo que había de años anteriores)


COLECTAS EXTRAORDINARIAS:




Comunicados

Este lunes, día 3, tenemos eucaristía de San Blas a las 7:30 y luego la charla de Paco Núñez sobre “cómo afrontar los problemas”.  Para todas las personas.
El viernes, 7, de acuerdo con los jóvenes, hay una película que anunciaremos título: una sesión a las 6 y otra a las 10 de la noche. Vamos a probar
El día 9 es la campaña contra el hambre en el mundo. Las personas que queramos participar, podemos reunirnos el día 3 después de la charla. Hablaremos de ella. Pero será bueno que un grupo de personas quede el lunes 3, después de la charla, para ver cómo podemos organizar la sensibilización y la colecta.

El sábado tuvimos un encuentro de niños en los Menesianos. Estuvimos de Grañón, Ezcaray y Santurde.  Los Menesianos nos hicieron varias dinámicas en torno a la Paz. Fenomenal

domingo, 2 de febrero de 2014

Entrevista en Religión Digital

Reproducción de la entrevista publicada en Religión Digital:



"Con todo el cariño lo digo, pero a mí el Catecismo hoy no me sirve"

Gerardo Villar: "Estamos haciendo nosotros solidariamente lo que el Gobierno tiene que hacer por obligación"

"La gente le ve en la televisión y dice 'qué Papa más majo', pero no cambia nada"




(José M. Vidal).- Gerardo Villar es un sacerdote de La Rioja alta. Ha estado toda la vida trabajando "en periferias geográficas, como los pueblos, y periferias sociales, como la cárcel", y afirma que para él "la evangelización sobre todo es visitar casas, copartir la vida y estar con la gente".

En los salones parroquiales de una de las parroquias de Haro, apunta algunos cambios que cree necesarios para la Iglesia de hoy: "Los curas tenemos que dejar de ser los directores de la empresa, para simplemente acompañar y dejar que las cosas vayan surgiendo", dice, y añade, respecto a la doctrina, que "muchos de nuestros dogmas son del siglo IV, tenemos que traducir al lenguaje de hoy el contenido cristiano".
"Lo digo con todo el cariño, pero a mí el Catecismo hoy no me sirve", explica desde su propia experiencia en los pequeños pueblos de la sierra riojana, donde ha vivido con inmigrantes, toxicómanos, prostitutas y expresidiarios.
Sobre el Papa Francisco opina que "la gente le ve en la televisión y dice 'qué Papa más majo', pero no cambia nada". Por último, una de las cosas que le preocupan es "que en estos tiempos se está fomentando preciosamente la solidaridad, pero muy poco el compromiso". "Estamos haciendo nosotros solidariamente aquello que el Gobierno tiene que hacer por obligación", advierte. "La denuncia está prácticamente desaparecida".


¿Te consideras un "hombre de Paco"? ¿Un cura de Fracisco?
Digamos que sí, porque me impresiona mucho y creo que sintonizo con su línea.
¿Te sientes partícipe de la primavera de la Iglesia?
Bueno, he estado siempre en el mundo rural, muy en contacto con las personas, con la realidad y con los problemas de lo pueblos, y siempre anunciando el Evangelio.
En las periferias...
Sí, periferias geográficas, como los pueblos, y periferias sociales, como la cárcel. He estado muchos años viviendo y trabajando con inmigrantes, con toxicómanos, prostitutas y alcohólicos.
¿Cuántos años llevas ya de cura?
Salí en el 66, así que va a hacer 48 años ya.

¿Cuando echas la vista atrás te arrepientes de algo?
No. Lo vivido, vivido está. Todo es bueno, todo es positivo. Podría haber hecho otras cosas y puedo haberme equivocado, por supuesto, y he estado muchos años remando bastante en contra de lo que se planteaba desde la institución, pero siempre he estado unido a compañeros y a seglares. Recuerdo los años de ilusión y fervor del Concilio y creo que han pasado muchas cosas interesantes.
¿Te dolió la involución del post-Concilio?
Lo pasé mal, me afectó en varias cosas: en Cáritas, en el seminario, del que me echaron a los tres meses...
¿O sea que te ha afectado personalmente?
Sí, en varias cosas. Mi forma de pensar no ha sido muy aplaudida, más bien al contrario. Yo tengo la ilusión de escribir, escribo en algunos periódicos y revistas de La Rioja, y me gusta mucho. Y sigo siempre pensando en la utopía del Reino.
¿Has tenido problemas con los obispos, por ejemplo?
Bueno, en realidad no, porque como siempre he pedido pueblos pequeños, me los han dado. Creo que el obispo nunca ha decidido por mí, siempre he escogido yo.
¿Ésa es la ventaja de los que no aspiráis a llegar a obispo?
Eso es. Yo he estado siempre en pueblos muy pequeñitos. Empecé de Delegado de Jóvenes Rurales, y luego me fui al seminario. Me habían prometido un planteamiento distinto, pero se volvió a lo de siempre. Así que me despacharon. Los años preciosos de la evolución y del cambio en todos los sentidos los pasé en Santo Domingo de la Calzada. Luego vinieron años muy conflictivos, en los que tuve un policía todo el día conmigo, acompañándome amistosamente.
¿Estabas vigilado?
Sí, por las homilías y por las actividades que realizábamos (en mi despacho se creó la Unidad de Agricultores). Después decidí irme a la sierra con Cáritas Rural, a pueblos muy pequeños pero preciosísimos, y de gentes encantadoras. Fui pasando por diferentes pueblos y en uno de ellos creamos la "feria de la nuez" y la "feria de la alubia".
¿Por eso te llaman "el cura de las nueces"?
Sí. Las ferias las pensamos como una forma de tomar los elementos de cada pueblo para que la gente fuera consciente de sus posibilidades y las valorase.
¿Siguen funcionando esas iniciativas?
Sí, a tope. Aunque han pasado ya unos 12 años desde que empezamos, y ahora tienen quizás demasiado aspecto económico. En principio, más ingenuamente, lo hacíamos con el fin de unirnos y de darnos a conocer mutuamente, y las ferias iban unidas a una serie de actividades que se realizaban a lo largo de todo el año y que estaban dirigidas a conseguir la unión del pueblo ante cualquier problema. Ahora están más enfocadas a lo económico.
Yo pedí ir a unidades pastorales, pero acabé en otro pueblo cerca de Logroño, que tenía una mentalidad bastante laboral, de empresas, y una fuerte problemática humana y social (toxicomanías, etc.). Ahí he estado ocho años trabajando muy a gusto, acompañando a la gente, aunque era bastante complicado.
O sea que has sido un cura con la casa totalmente abierta a prostitutas, toxicómanos...
Bueno, yo vivía en la casa con una monja, y un día salí y me pidieron si podía subir a la casa un chaval de Asociación Pro Infancia Riojana. Dije que sí y eso salió bien, así que luego me mandaron desde San Sebastián cinco toxicómanos. La cosa fue en cadena... y hasta ahora, que estoy pensando si éste es el momento de dejarlo o, por el contrario, de retomarlo.
¿La experiencia con los toxicómanos ha sido positiva?
Sí, pero he de decir que toxicómanos sólo fueron aquellos primeros. Lo que mas he tenido han sido inmigrantes y ex-presos (porque estuve tres años de capellán en la cárcel), personas que me pedía alguna institución que acogiera (bien fueran los Servicios Sociales de la cárcel, Cáritas o algún trabajador social). 
Yo les presto la casa, la comida, comparto con ellos, charlamos... También he tenido tres prostitutas, y una de ellas estaba al frente del centro de prostitución. Fue bastante variopinto. Ocurrieron historias como para contar en una novela.
¿Qué te decía la gente de que vivieras con prostitutas?
Bueno, es que siempre he intentado implicar a la gente, tanto a los que vivían conmigo como a los vecinos. A los que estaban en casa yo les pedía que fueran a echar una manita a no sé quién (por ejemplo, a pintar una casa), y los vecinos nos traían una tortilla para cenar, nos regalaban una lechuga de la huerta... Así conseguía que poco a poco se fueran integrando normalmente en la sociedad, y que el pueblo también se implicara con ellos.
¿Qué estás haciendo ahora?
Estoy en otros tres pueblos muy chiquititos, también echo una mano en Cáritas y sigo acompañando unos grupos en Logroño.
¿Comunidades de base?
Sí, comunidades que hemos mantenidos todos estos años. Son grupos muy implicados con un cristianismo nuevo. Llevamos años trabajando la espiritualidad, orando, contemplando... En estos momentos me parece que es muy importante estar en el silencio, tener tiempo para ir descubriendo por dónde va la Nueva Evangelización... Para mí la evangelización sobre todo es visitar casas, estar con la gente. Acompañar y crear inquietud. Hacer charlas sobre energía verde, sobre economía solidaria...Caminar por ahí.
¿Crees que estamos viviendo una nueva primavera?
A mí me sabe todavía a otoño. Para mí es como si estuviéramos todavía en el nivel subterráneo, como cuando nieva y el agua se queda por debajo de la tierra pero todavía no ha florecido la hierba. Y en mi entorno eclesial diocesano me da la sensación de que todavía no nos hemos enterado de que ha nevado.
Como te decía antes, una de mis aficiones es escribir, y yo escribo porque creo que eso puede ser una pequeñita luz. A mí nunca me han gustado los grandes fuegos, prefiero las luciérnagas. Y me parece importante que haya luces pequeñitas.
¿Cómo tendría que concretarse?
Bueno, yo tengo dos obsesiones. Una de ellas es hacer de hoy el contenido cristiano. Muchos de nuestros dogmas son del siglo IV. ¿Qué significan los cielos, la ascensión de la Virgen...? Tenemos que aprender a transmitir el mensaje con el lenguaje de hoy. ¿Qué es lo que verdaderamente nos dice el Credo? ¿Qué es lo esencial? El Papa lo dice de manera muy sencilla: el Dios misericordioso y compasivo que se manifiesta en Jesús. Poquito más. Hemos añadido tantas cosas... Yo siempre pongo el ejemplo de que la mesa está tan llena de libros, que no vemos la mesa.
Eso a nivel doctrinal. Y a nivel de estructuras, creo que los seglares son los que tienen que tomar la responsabilidad en las parroquias.
¿Estáis preparados para eso los curas, para soltar vuestras "competencias"?
No. Yo admito que me cuesta. Pero el dinero por ejemplo no lo toco para nada, y en muchas cosas me dicen lo que tengo que hacer y cómo lo tengo que organizar. Los seglares lo hacen fenomenal, y a mí me parece que ellos pueden acompañar perfectamente a los fieles de una zona, y que de vez en cuando pase un presbítero por allí. Esto tendría que cambiar también económicamente, porque si al cura se le paga, ¿por qué no contratar a seglares que están haciendo una labor estupendísima en las parroquias? Por ejemplo, yo entiendo que ya no estoy para llevar temas de jóvenes. Entonces, ¿por qué no podríamos contratar a una persona joven que trabaje con los jóvenes?
Creo que la Iglesia tiene que volver a la acción. A la acción social de compromiso en la vida. Porque eso permite aglutinar a la gente y a partir de ahí ir profundizando en la contemplación.
A mí me gusta en misa sacar un detector de metales, para ir detectando dónde está Dios. Entonces lo voy pasando, y pita en todos los sitios. Lo que quiero transmitir es que Dios no está "por ahí", sino que está en cualquier acontecimiento y en cualquier persona.

O sea que estás poniendo en práctica lo que dice el Papa: provocar en las homilías y sintonizar con la gente...
Y que la gente exprese su opinión. Yo siempre pregunto, aunque no me quieran responder.
¿Crees que la revolución de Francisco tendría que empezar por el clero?
Por el clero y por las personas en general. Tenemos que convencernos de dar cada vez más protagonismo a las personas. Y los curas tenemos que dejar de ser los directores de la empresa, para simplemente acompañar y dejar que las cosas vayan surgiendo. Y esto significaría que posiblemente tengamos que cambiar todos los libros. Con todo el cariño lo digo, pero a mí el Catecismo hoy no me sirve. Los libros de catequesis que me dan tampoco me sirven. Harían falta unos materiales muy sencillos que planteen las cuestiones de manera actual.
Luego hay otro factor interesante, y es que creo que nuestro mensaje está muy unido a los psicológico. El hecho de acompañar a las personas desde la psicología a encontrarse consigo mismos y a encontrar la profundidad, es un paso muy importante para la fe. Entonces, todo lo que sea fomentar grupos de reflexión, grupos de encuentro o de contemplación, me parece que es muy interesante. Grupos de vida.
¿En qué le pedirías a Francisco que fuese más rápido?
Pues en una carta que acabo de escribir le pedía que por favor declare, ex catedra y pontificiamente, que el centro está en la periferia. Y que el mejor olor es el de oveja, aunque no lo anuncien las voces guapas de la televisión.
También le pediría que siga animando, y que siga viviendo antes que dirigiendo. Y que deje de estar todos los días en las páginas de los periódicos.
¿Por qué?
Yo he estado siempre en contra de los protagonismos, me da igual que sea de un tipo o de otro. Prefiero la hormiga que va transformando suavemente al león que llega y asusta a todos.
¿Crees que el hecho de que esté tanto en los medios fomenta que se caiga en la papolatría?
Creo que sí, por eso no me gusta. Me choca. Me encanta lo que dice, pero creo que tiene un efecto negativo: la gente le ve en la televisión y dice "qué Papa más majo", pero no cambia nada. Creo que ni su mensaje ni su testimonio llegan a aterrizar. El fondo se queda en suspense.

¿No crees que se ha dado un primer paso?
Sí, pero hace falta una transformación radical que empiece por que la Iglesia elija a sus responsables no entre gente docta o gente de fama sino entre gente creyente, sencilla y a pie de calle.
¿Estás hablando de los obispos?
Obispos, jerarquía, Vaticano, cargos diocesanos, etc.
¿Lo ves previsible a medio plazo?
Ni yo ni mis hijos lo veremos. Fuera de bromas, creo que supone demasiado cambio, porque todavía hoy todos los obispos están nombrados por Juan Pablo II. Es otro tipo de mentalidad y otra historia distinta. Y que ellos entiendan que tienen que ser algo distinto, creo que es imposible. Por ejemplo, entiendo que si el Papa sigue mucho tiempo en Santa Marta, al cuarto año tendrán que llamarle la atención. Porque llega un momento que uno no ve más que aquello que le rodea.
¿Crees que tendría que irse a otro sitio?
A Roma, a su diócesis. A poder ser a alguna residencia de ancianos de allí o algo parecido. De lo que me he dado cuenta es de que la gente que está a mi alrededor se deshace en alabanzas hacia el Papa, pero lo que me importa es lo que piensan los que no vienen, los que no participan. Me interesa descubrir sus interrogantes.
¿Piensas que estamos a tiempo de volver a atraer a los alejados, a los que se fueron?
Bueno, yo no intento atraer a nadie, pero sí ofrecer siendo consecuente. A mí me está costando mucho esto, porque yo era muy dado a multitudes y ahora cuando veo a tres pienso que ya son una barbaridad. Pero lo que pienso que tenemos que hacer es ofrecer el Evangelio, no intentar atraer a nadie.
¿Y crees que esa oferta puede ser escuchada por la gente que se ha ido?
Sí. De hecho, quienes más comentarios me hacen de lo que escribo son los no creyentes. A mí eso me alegra un montón, no porque signifique que vayan a volver a creer, pero sí porque se interrogan y, en el fondo, están descubriendo un Dios profundo. 
Creo que es un falso espejismo pensar que va a volver la gente. Hay otros dioses, hay otra realidad, y que yo vea, las personas no están por la labor de convertirse o de cambiar. Y esto no quita que sean magníficas personas. Entonces, pienso que la clave es ser testigo, y vivir la grandeza inmensa de no ser nada.

Es decir, ¿dejarse de triunfalismos y volver a ser levadura?
Eso es. Y dejar de hacer números, de contar la gente que acude a la plaza del Vaticano. Siguiendo la historia uno ve todos los testigos han sido siempre perseguidos. Jesús acabó en la cruz. Entonces, que ahora el Papa sea alabado de esa manera, me interroga mucho.
¿No te parece que él también está siendo perseguido, desde dentro y desde fuera?
Sí, y eso me gusta. Creo que eso es lo que le aporta autenticidad. Cuando vas a un pueblo y te dicen "aquí al cura le queremos a rabiar...", eso normalmente significa que el cura les está dejando tranquilos. Y los profetas tienen que sacudir. Tienen que presentar hechos tan llamativos que interroguen y molesten.
¿Cómo ves el futuro?
Con esperanza total. Eso sí, en los tres próximos años no creo que haya cambio en la Iglesia , porque la estructura actual no se está impactado por el cambio, sino que se está intentando adaptar a él. Entonces, lo que dice el Papa ahora es supuestamente lo que nosotros decíamos, y lo que hace el Papa lo que supuestamente hacíamos. A parte de que prefiero una Iglesia que funcione con Jesús a una Iglesia que funcione con el Papa. Me parece importante que descubramos a Jesús con una nueva faceta, con una visión totalmente nueva. Yo cuando más disfruto es cuando ando por ahí por los pueblos hablando de Jesús.
Porque después del Papa vendrá otro con otra mentalidad, y en cualquier caso el Papa sólo puede ser un empuje, el conductor del tren. Pero hace falta el tren.
¿Y respecto a lo personal?
Yo sólo soy un chapucero de la sierra, así que pienso seguir ahí, serenarme, ir descubriendo qué es lo que me pide este momento, seguir colaborando en la cárcel y ver qué más puedo ir haciendo. 
A mí el obispo me dijo en cierto momento que mi misión era ser mosca cojonera. Y lo he asumido totalmente. Y me siento muy a gusto siendo mosca cojonera, a nivel diocesano y a nivel social. Mosca o mosquita.
Una de las cosas que me preocupa mucho es que en estos tiempos se está fomentando mucho (y preciosamente) la solidaridad, pero muy poco el compromiso. La solidaridad es maravillosa, pero en este momento implica que le estamos haciendo el caldo al Gobierno de España. Estamos haciendo nosotros solidariamente aquello que el Gobierno tiene que hacer por obligación. Y en esto no hay denuncia de Iglesia. La denuncia está prácticamente desaparecida. Se nos condecora, Cáritas sale a medalla por día, los obispos reciben nombrmientos honoríficos... Eso es malo. Porque no está habiendo denuncia a los poderosos.

Algunos titulares
-He estado toda la vida trabajando en periferias geográficas, como los pueblos, y periferias sociales, como la cárcel
-Mi forma de pensar no ha sido muy aplaudida a partir del post Concilio, la involución me afectó personalmente
-Para mí la evangelización sobre todo es visitar casas, estar con la gente
-En mi entorno eclesial diocesano me da la sensación de que todavía no nos hemos enterado de que ha nevado
-Muchos de nuestros dogmas son del siglo IV, tenemos que traducir al lenguaje de hoy el contenido cristiano
-Lo esencial del cristianismo es el Dios misericordioso y compasivo que se manifiesta en Jesús, como dice el Papa. Poquito más.
-La mesa está tan llena de libros, que no vemos la mesa
-Hay cosas que tendrían que cambiar también económicamente, porque si al cura se le paga, ¿por qué no contratar a seglares que están haciendo una labor estupendísima en las parroquias?
-Dios no está "por ahí", sino que está en cualquier acontecimiento y en cualquier persona.
-Los curas tenemos que dejar de ser los directores de la empresa, para simplemente acompañar y dejar que las cosas vayan surgiendo
-Lo digo con todo el cariño, pero a mí el Catecismo hoy no me sirve
-Le pediría al Papa que por favor declare, ex cátedra y pontificiamente, que el centro está en la periferia
-La gente ve a Francisco en la televisión y dice "qué Papa más majo", pero no cambia nada.
-Hace falta una transformación radical que empiece por que la Iglesia elija a sus responsables no entre gente docta o gente de fama, sino entre gente creyente, sencilla y a pie de calle.
-Creo que es un falso espejismo pensar que la gente va a volver la gente a la Iglesia: Hay otros dioses, hay otra realidad, y que yo vea, las personas no están por la labor de convertirse o de cambiar.
-Todos los testigos han sido siempre perseguidos, y Jesús acabó en la cruz. Entonces, que ahora el Papa sea alabado de esa manera, me interroga mucho.
-Los profetas tienen que sacudir, llamar la atención, hacer que la gente se interrogue y molestar
-La Iglesia se está intentando adaptar al cambio diciendo que lo que dice el Papa ahora es supuestamente lo que nosotros decíamos, y lo que hace el Papa lo que supuestamente hacíamos
-Una de las cosas que me preocupa mucho es que en estos tiempos se está fomentando preciosamente la solidaridad, pero muy poco el compromiso.
-Estamos haciendo nosotros solidariamente aquello que el Gobierno tiene que hacer por obligación. La denuncia está prácticamente desaparecida