lunes, 9 de enero de 2012

Sólo dinero

Parece mentira .Pero en cuanto oímos la palabra “compartir”, “dar”… enseguida pensamos en el dinero. Y eso es lo más fácil de dar y entregar. Cuesta mucho más dedicar horas a escuchar o a estar con otras personas, implicarme en una asociación o partido, a acudir a una reunión.

Cuando me ladra el perro, le doy un trozo d e pan y ya me deja tranquilo. Cuando los niños lloran, les doy un juguete o les enchufo la tele y ya se calman.

Lo difícil es acompañar, dedicar mi tiempo, mis saberes, mis dudas, mis habilidades, mi tiempo, mi presencia. Y eso hacerlo de una forma constante.

Todos tenemos un arranque de generosidad. Pero ¿podemos dar el paso para que hagamos una sociedad nueva? Eso cuesta más de 20 euros. Cuesta tiempo, diálogo, esfuerzo, encuentro..

Suele ser corriente: viene un transeúnte, un pobre a pedirnos comida o nos pide en la calle.. La preparamos un bocata y le despedimos con cortesía o le echamos una monedita en el cestaño junto al cartel en que nos pide ayuda.. Es más complicado el meterlo en nuestra casa y que coma y que trabaje y haga la vida ..Porque compartimos, no solo alimentos, sino presencia, ropa, olores, compañía., preocupaciones. Lo costoso es la implicación personal en cualquiera de sus formas.

Parece ser, según mis informaciones, que estas navidades ha habido mayor entrega de alimentos a fondos sociales que en otras ocasiones. Y es un dato formidable. Pero la pregunta es: junto a esos alimentos ¿nos hemos implicado dedicando nuestro tiempo, nuestra casa, nuestra vida personal a favor de otras personas? Por ahí va el voluntariado.

Y el campo es muy extenso: desde dedicar unas horas a implicar mi casa hasta eso tan fenomenal de acoger a una persona y eso tan maravilloso de adoptar a una persona en nuestra familia como hijo o como abuelo, o como hermano.

Son días de generosidad y de utopía. ¿Nos vamos a quedar solamente con dar un dinero? Algo importante. Pero tenemos un corazón capaz de dar más: dar lo nuestro y darnos.

La cuesta de Enero

Todos los años se hace difícil vivir este mes. Por las dificultades económicas, tras los gastos de navidad. Pero este año es especialmente difícil, porque a ello se une la situación de crisis.
¿Qué se me ocurre? ¿qué podemos hacer?:
En principio: conocer bien la crisis, causas, alternativas, normas , planes tanto del gobierno de la nación como de nuestra comunidad autónoma. Creo que es necesario leer, ver lo que regulan.
Tengo un problema serio: tengo delante el discurso en la comparecencia del presidente de gobierno de la Rioja para informar ante la cámara de la crisis económica: sus medidas y las medidas adoptadas.
Mi problema es que son cinco páginas con letra muy pequeñita. Y me pierdo entre propuestas, normas, ayudas…
Pienso que es necesario que todo eso llegue a cada riojano que lo quiera. Para ello
¿Es posible una traducción sencilla, concreta, fácil, al alcance de todas las personas?
Sería bueno que eso se tradujese en concreto y se hiciese llegar a cada parado-a
Que los sindicatos lo expliquen en cada lugar Que la consejería de empleo empuje a cada ayuntamiento para que ponga en marcha las medidas posibles oportunas.
Confieso que ante las personas que acuden pidiendo ayuda , me pierdo. Y para acudir a las oficinas del paro hay que empezar por pedir vez por Internet y eso les resulta difícil a muchas personas.
Sugiero que de forma concreta, sencilla, eficaz, se haga llegar esa información a todas las personas e instituciones. Y sobre todo, a todos los parados.
Convivo con una persona parada y ya le han avisado seis veces para subir a Logroño a hacer una prueba para un puesto de trabajo, que luego, no le ha tocado. Esto hace crecer el desaliento.
Percibo que no se da una iniciativa suficiente por parte d e los parados, por motivos a veces obvios, para buscar y crear puestos de trabajo. Creo que las entidades como ayuntamientos, sindicatos… hemos de implicarnos en la creación de empleo.
Creo que hay que empezar por movilizar a la sociedad y fomentar la información, la iniciativa. ¿Es posible reunirse por pueblos o zonillas los parados para información y para buscar alternativas, si las hay?
Sigo leyendo el discurso de presentación de las medidas adoptadas por el gobierno de la Rioja. Luego entraré en las del gobierno de España. Y me temo que me va a pasar lo mismo. En esta cuesta arriba, me falla hasta el mapa.

Bizcocho especial para año nuevo

Ingredientes imprescindibles:

· 12 cucharadas soperas de cariño.

(Ni una más ni una menos, si no, se podría cortar y os estropearía el postre).

· 11 cucharadas de abrazos.

(Pequeñas, de café; pensar que es una por persona, de la marca “Pechito con pechito”; se ha comprobado científicamente que una cucharadita de abrazo al día, como mínimo, te da fuerza para emprender con ánimo el nuevo día).

· 4 cucharaditas de convivencia.

(Pero que sea de calidad; ni una más, ni una menos, lo justo, porque si no, nos empachará).

· 3 chupitos de orujo de hierbas, gallego, marca “simpatía”.

(Al meterlo en el horno el alcohol se evapora, pero lo deja todo empapado con su sabor y quien lo prueba le encanta y pide la receta para hacerlo cada semana).

· 2 cucharadas cumplidas de cuidado.

(También es imprescindible este ingrediente, sin él, el bizcocho se echará a perder, pero no echar más de la cuenta, porque se puede estropear por exceso de agobio).

· 1 dedito de perdón.

(Puede ser a lo ancho o a lo largo, según se necesite; vital para que el bizcocho se pueda comer en cordialidad y placer, sin el perdón se agriará y no se podrá degustar en común).

Mezclarlo todo con salero y añadir un buen chorro de humor (que lo endulza bastante y deja un muy buen sabor de boca). Espolvorear con generosidad amor glasé, que le dará una presencia deliciosa y añadir chocolate puro de ternura. ¡Ah! y adornarlo con unas guindas de sinceridad, color rojo-pasión.

Hornearlo a fuego lento, para que no se queme y adquiera la consistencia deseada, así os durará bastante. Quienes lo prueban repiten y se les queda un regusto de felicidad.

· 10 gramos de amabilidad.

(Es un ingrediente que endulza la vida, no engorda y nos hace sentir bien).

· 9 pizcas de generosidad.

(Ayuda a echar una mano cuando te necesitan, a no escurrir el bulto, a descubrir que te sientes mejor al dar que al recibir).

· 8 cucharadas grandes de tolerancia.

(Bien cumpliditas; utilizar tolerancia de marca, no de la de cumplir; ayuda a combatir los virus de la intransigencia, la obcecación y la tozudez).

· 7 tacitas pequeñas de diálogo.

(No es algo que se encuentre con facilidad en el mercado, ni habitualmente en nuestras casas, pero le dará consistencia y buena presencia al bizcocho).

· 6 puñados de harina, marca “alegría”.

(Imprescindible para que resulte con gracia; no quitar los posos del contento, el gozo ni de la animación: dan un sabor muy agradable).

· 5 puñados de semillas de esperanza.

(No pasa nada si se equivoca uno y echa alguno más, siempre es mejor que sobre, que no que falte).