lunes, 21 de febrero de 2011

¿Voy a Misa?


Me sorprende. En concreto en nuestro pueblo participamos en la misa entre sábado y domingo normalmente de 70 a 90 personas. Es decir una de cada 12. Y solemos ser personas mayores, niños y los padres-madres de esos niños. Mientras están en catequesis. Luego ya no participan. Siempre hablo en líneas generales.

Me encantaría saber por qué se participa y por qué no se participa. Con total libertad lo podéis expresar a través del correo gerardovillarperez@gmail.com, por teléfono 638123333,941431014 o por escrito. Voy a dedicar varias hojas a hablar de este tema.

En modo alguno se trata de acusar ni de recriminar. Simplemente quiero saber las causas y sobre todo, ver si puedo yo mejorar en algo.

Intuyo algunas causas que pueden estar ahí de por medio:

.- Las personas- si descubren a Jesús, si quieren a Jesús, si se sienten parte viva de la Comunidad Cristiana, lo celebramos semanalmente con otros cristianos.

70 a Siento que para muchas personas de nuestro pueblo, no viven esa experiencia de encuentro con Jesús y la misa es una obligación que se quita en cuanto se puede.

Se va cuando una causa social lo pide.: fiestas, entierros, bodas…

- Hemos podido vivir una fe heredada como costumbre y si no la hacemos nuestra, se olvida enseguida. Es preciso vivir la adhesión a Jesús como algo propio mío, personal, de decisión propia.

-Quizás no hemos descubierto que Jesús, su Evangelio, su Persona me pueden ayudar a realizarme, a llenar mi vida de sentido, a ser profundamente felices.. Cuando lo descubramos, lo vamos a celebrar en la misa: escuchando su mensaje, ofreciendo nuestros dones, comulgando con su entrega y su Plenitud.

Febrero



Mi abuelo me contó una narración castellana, donde analizaba la actitud de “Febrerillo”:

Hace muchos años, un pastor de ovejas le hizo esta propuestas a Febrerillo:”-si haces buen tiempo durante tu mes para que mis ovejas puedan disfrutar y producir nuevos corderillos, te regalaré una zamarra y un cordero. “

Y Febrerillo aceptó la propuesta y fue cumpliendo su promesa a lo largo del mes. Pero el pastor, muy astuto y sabiendo que se había librado del mal tiempo, cuando llegó el día 26, le dijo:” Bueno, de aquello que te prometí, no hay nada, porque tu mes casi ha terminado”. Y dándole la espalda, empezó a carcajearse.

Entonces Febrerillo le dijo:” Espera un poco listillo, con dos días que me quedan y dos que le pida a marzo, te quedarás sin zamarra y sin corderos.” Y así fue.

Este refranero lo veo reflejado en la actualidad de nuestra vida. Cuántas promesas incumplidas entre nosotros, en nuestras familias, en nuestro pueblo. Cuántos contratos de empresas hacia sus trabajadores sin llevar a efecto. Cuántos artículos ofrecidos y escritos por nuestros gobernantes que luego son anulados. Cuántos derechos adquiridos por quienes han trabajado durante años, que luego se paralizan por las administraciones y cuántas estafas bancarias hacia los más pobres, pero sobre todo cuánto Febrerillo, pero no loco, sino injusto y malvado. (Chomin )

Banca ética


Cuando yo coloco mi dinero en una entidad bancaria o de ahorro, no sé exactamente qué se va a hacer con mi dinero. Puede ocurrir que a veces, en algunos casos, esté contribuyendo a causas no humanas: armamento, insecticidas….

Sí que hay entidades bancarias que permiten e incluso me preguntan en qué fines humanitarios quiero dedicar mis ahorros. E incluso yo lo puedo exigir.

En las Cajas de Ahorro, hay unas personas que nos representan a la hora de decidir dónde colocar el dinero la entidad y dónde colocar los beneficios sociales. Yo realmente no sé quién me representa en esas decisiones.

Por eso, se ha creado la BANCA ETICA. La más conocida en nuestra tierra es BANCA FIARE: QUE EMPLEA TODOS LOS BENEFICIOS Y SU CAUDAL EN CAUSAS Y FINES ÉTICOS. Aún no existe en España. Pero si queremos podemos poner nuestro dinero en ella .En este momento contactando con Rafael Larriva, muchos años director de Caritas. El nos da unos papeles , los rellenamos, y ese dinero se coloca a través de una sucursal de Bilbao. A la hora de producir, a la hora de ganar, es lo mismo que cualquier otro banco. No hay cartillas de ahorro, sino a plazos.

También existe en La Rioja La ECONOMIA SOLIDARIA. Cuando una persona quiere emprender un pequeño negocio, hay esta sociedad de Economía Solidaria que entre muchas personas se lo prestan. Son pequeños créditos. Que luego se van devolviendo a cada persona que los ha prestado, sin interés. Pero así se ayuda a una persona a poder poner un negocio o una profesión de poco coste. Todo está controlado y asesorado por una Junta de la Asociación.

Sembrar en el desierto


Algunas personas suelen argumentar que no podemos cambiar, que hay estructuras sociales y sentimientos humanos más fuertes que las rocas más duras y, como ellas, inamovibles. Yo no lo creo.. Yo confío y creo en la fuerza transformadora de los seres humanos e incluso, aunque es verdad que a veces tengo dudas, en la fuerza arrolladora de su humanidad.

Tengo dos técnicas para mantener una actitud psicológica positiva. La primera es que me digo que el tiempo geológico no es el tiempo de las civilizaciones, que el tiempo de las civilizaciones no es el de los regímenes políticos y que el tiempo de los regímenes no es el de los hombres. Hay que aceptarlo

Si me comprometo en el proyecto de transformar Túnez, con quince siglos de antigüedad, no voy a transformarla en veinte años. Debo aceptar por tanto los plazos del tiempo largo. Y a partir de ahí, no me desanimo, porque mi horizonte no consiste en los próximos seis meses o en las próximas elecciones: es el de los próximos cien años, que yo no veré, como es evidente.

Y la otra técnica proviene del hecho que soy un hombre del sur. Vengo del desierto y vi a mi abuelo sembrar en el desierto. No sé si usted sabe lo que es sembrar en el desierto. Siembra en una tierra árida y luego espera. Si cae la lluvia, recolecta. No sé si usted ha visto el desierto después de la lluvia, ¡es como la Bretaña!. Un día, usted marcha sobre una tierra completamente quemada, luego llueve y lo que sigue, usted se pregunta cómo ha podido producirse: tienes flores, verdor…

Todo simplemente porque los granos ya estaban ahí… Esta imagen me marcó de verdad cuando era niño. Y, en consecuencia, ¡hay que sembrar! ¡Incluso en el desierto, hay que sembrar!

Y es de esta manera que veo mi trabajo. Siembro y si mañana llueve, está bien, y si no, al menos los granos están ahí, porque ¿qué va a pasar si no siembro? ¿Sobre qué caerá la lluvia? ¿Qué es lo que va a crecer, piedras? Es la actitud que adopto: sembrar en el desierto… “

Bancos Calientes


La canción es muy antigua. Salud, dinero y amor. He visto que en el hospital San Pedro se cura a las personas, se está construyendo una sucursal de un banco para sacar o meter dinero. Solo falta el amor. Y eso lo dan los enfermos, las familias, los profesionales… Así que ya está todo resuelto. La verdad que me ha chocado ver que se está montando un banco ahí. Me he pensado ¿tanta prisa corre el recoger la herencia en caso de muerte?¿O es que se está pensando en tener que pagar por los cuidados sanitarios? ¡Ya está!: es para poder cambiar los billetes y así pagar por aparcar ahí. O ¿para cobrar la nómina las personas que trabajan en el centro?

Me ha resultado raro. Y hasta me parece mayor que la capilla. Y queda mucho más a la vista ¿Será que el dinero cura?

Casi seguro que es una forma de sacar unos buenos euros que pague la sucursal a Sanidad. Me extraña que no se hayan colocado algún pequeño cajero. Pero toda esa oficina...

He pensado que hoy hay dos grandes ídolos: la salud y el dinero

Más de un enfermo va a empeorar al recordarle esa institución su situación económica y otros lo dejarán ahí en depósito para tenerlo cerca de la cama.

Bueno..A no ser que sea simplemente para entregarnos los papeles con el gasto estimado pero no cobrado. Mil posibilidades

Lo siento porque se crea en ese hall un dialogo muy rico y humanizador de todas las personas enfermas y familiares y visitantes

Así como fuera los bancos calientes restan un buen servicio, hubiese sido bonito un lugar de encuentro, dialogo, apoyo, empatía… Un local de acogida y ayuda sicológica para todas las personas. Algo así como el ágora de la enfermedad. Como los bancos calientes