lunes, 6 de septiembre de 2010

Jesus Santamaría Valgañón

Testimonio final

En Logroño, a 3 de septiembre de 2009, a los dos años de la primera quimio tras el diagnóstico de cáncer de estómago con metástasis en el hígado, llega la noticia de que la enfermedad sigue avanzando con una nueva metástasis, esta vez en el pulmón. Como el proceso se acelera y el tiempo se acorta, he querido aprovechar, una vez más, el tiempo de sueño que sobra, para reflexionar y redactar, como despedida, mi testimonio personal de lo que ha sido mi experiencia con el cáncer, o mejor, de lo que el cáncer ha hecho por mí y me ha enseñado. Me gustaría que, si el que presida la Eucaristía del día de mi despedida creyente lo considera oportuno, se leyera en algún momento de la celebración, por aquello de que a lo mejor le sirve a alguien…

Primeramente quiero deciros que en un mundo enfermo no es fácil estar sano… También quiero deciros que el cáncer es una enfermedad, pero no maldita… muchos se curan, y pronto será una enfermedad crónica entre otras…, así que quitad el miedo a pronunciar la palabra cáncer aplicada a la enfermedad de vuestros seres queridos, o la vuestra misma… En mi caso el cáncer ha sido un reto para luchar y tirar de la vida, y, sobre todo, ha sido una ocasión para crecer, madurar y desarrollar la vida y la conciencia de la misma, como suele decirse en lenguaje teológico, un tiempo de gracia y salvación… El cáncer, como todas las cosas, enseña mucho sobre la vida si sabemos prestarle atención y escucharle. Es cierto que es una lección dura, pero, al fin y al cabo, es una lección sobre la vida... Sufrir el cáncer y no haber aprendido nada sería haber perdido el tiempo… Yo hoy os quiero decir que doy gracias a Dios por haber pasado por esta enfermedad. De algo hay que morir, y en mi caso ha sido por el cáncer, pero lo importante sigue siendo el hecho cierto de nuestra muerte, y lo triste es que nuestra sociedad no nos prepara para ello y oculta la muerte. Veamos, pues, lo que el cáncer ha hecho por mí, y por qué doy gracias a Dios:

De todos es conocido que mi vida ha sido peleona, tensa, conflictiva, polémica… No me he reservado nada para mí, siempre me he acostado cansado… Yo creo que he tenido las cosas claras y que he expuesto mi propuesta, pero, a veces, la he impuesto o tratado de imponer, y me he dejado llevar de la ira, la palabra violenta o el resentimiento... Este tratar de imponer mi visión o mi vivencia ha sido mi pecado y mi error… El cuerpo, que es más listo que yo, me ha dicho por la somatización del cáncer que sí, que, a veces, tenía razón, pero no así… Mi cáncer ha sido la somatización de este error para que lo admita y no lo pueda negar… Por eso quiero pedir perdón a todo aquel que le haya molestado con mi actitud equivocada, también le quiero pedir perdón a la Iglesia por lo que mi actitud ha podido apartar a otras personas de la comunidad… pero, con la humildad y sencillez del pecador, también quiero pedir a la Iglesia que vuelva al evangelio, que el camino que llevamos no conduce a donde tenemos que llegar, que evangelizar es otra cosa distinta de religiosizar… Evangelizar ha sido mi pasión en la vida y en el ministerio, por la vivencia de esta pasión, concretada en la tensión fe-religión (que no son lo mismo), hoy me encuentro aquí, con vosotros, de esta manera. En todo este proceso he recordado y meditado aquellas que Dios le dice a Jeremías en su crisis (15,19): “Si quitas la escoria del metal, yo hablaré por tu boca”. En este proceso he llegado a descubrir mi sombra, mi mala sombra, lo negativo de mi persona, la he aceptado y reconocido como parte de mi vida, la he integrado y mi vida ha empezado a cambiar y he sido más feliz, y mi sombra se ha desintegrado… aunque no conviene olvidar eso de “genio y figura hasta la sepultura”… Bien, esto es parte de lo que el cáncer ha hecho por mí y por ello doy gracias a Dios que se me ha hecho más cercano y visible en la conversión y crecimiento personal.

El tiempo sabático de la enfermedad, libre de responsabilidad parroquial y de estrés…, ha hecho posible este camino, al mismo tiempo que me ha posibilitado cierta calidad de vida en la enfermedad. También en este período me han faltado horas, y también me he acostado siempre cansado, aunque en esta ocasión ha actuado fuertemente como coadyuvante la necesaria quimio que, para mantener y estirar la vida, también machaca el organismo una y otra vez…. En este tiempo no he dejado de leer, charlar con los amigos, tener reuniones, dar charlas, sustituir a algún cura, de vivir el silencio…, y mi vida se ha llenado de vida. Esto también es parte de lo que el cáncer ha hecho por mí y por ello doy gracias a Dios que se me ha hecho más cercano y visible en este tiempo de gracia y salvación.

Todo esto me ha llevado a tocar fondo: en la enfermedad y el sufrimiento, en la debilidad de la vida, en la profundidad humana donde desaparecen las apariencias y los roles…, en el fondo…, en el fondo está el Señor…, y con sólo tocar fondo se produce el encuentro… Recordad los de Pradejón, y también los de Manzanares, que, cuando os di la noticia de mi enfermedad en la Eucaristía…, os decía que os agradecía vuestra oración porque siempre da la fuerza del Espíritu, pero que no quería milagros, que lo que quería era descubrir a Dios en la debilidad, y así ha sido: Dios se me ha hecho presente en los médicos, enfermeras y trabajadores del Sistema Hospitalario, signo del reino. Su sabiduría y amabilidad lo han hecho patente. También he descubierto a Dios en la familia. Ellos han sido el equipo de apoyo permanente, sin reservas, de día y de noche. Las distintas enfermedades nos han unido y relacionado más y más. Mi familia es una familia numerosa, que todos conocéis, y ha sido la bendición y cercanía de Dios para mí. La riqueza está en las personas, no en las cosas. A este tema familiar quiero unir a los amigos y grupos que me han dado trabajo, como pretexto, para poder acompañarme en este proceso tan duro. También en ellos he tocado a Dios. Con una familia y unos amigos así, es más fácil llegar… También he descubierto la cercanía de Dios en el dolor contenido y expresado, en el no poder hacer… y tener que depender… Dios sólo se deja ver en la debilidad. Esto también es parte de lo que el cáncer ha hecho por mí, y por ello doy gracias a Dios que se me ha hecho más cercano y visible en ellos.

En el proceso he descubierto que la vida deja de ser una exigencia y una queja del “¿por qué a mí?”, para convertirse en un don, en un regalo de cada día. Cada amanecer es un regalo de posibilidades y cada noche que te acuestas es una batalla ganada al tiempo por si llegan a aplicarse los nuevos descubrimientos y tecnologías… Por lo visto algunos hemos nacido demasiado pronto para llegar a estos cielos tecnológicos, pero seguimos haciendo camino… y el intento ha merecido la pena, no ha sido en vano. Desde la debilidad es más fácil aceptar que la vida también se hace al recibir, esto te cambia y es una maravilla. Se termina descubriendo y aceptando que la debilidad es fuerte, más fuerte que la fuerza: en concreto, mi enfermedad, y mi talante ante la misma, han evangelizado mucho más que todos mis sermones… Esto también es fruto del proceso canceroso, y por ello doy gracias a Dios que se me ha hecho más cercano y visible en la debilidad y la gratuidad.

Al final ya sólo aspiro a ser uno con la vida y con Dios. Eso es la salvación... Cuando habléis de mí, o de cualquier otro, y nos recordéis, no habléis como de alguien que murió, sino de quien sigue vivo en el Señor.

Un abrazo, desde el eterno ahora

Jesús

Labrador de Dios.


Jesús Santamaría Valgañon .- Su vocación ha sido siempre de agricultor. Trabajó de seminarista cosechando y manejando el tractor. Estudió en el INEA perito agrícola. Sabía y entendía de los distintos productos del campo, su composición, necesidades, abonos, Pero sobre todo sabía de agricultor de Dios: salió el sembrador a sembrar. Su vida fue de sembrador. Y fue echando la semilla de la Palabra y el testimonio de Jesús de Nazaret. Vivió sencillamente como los agricultores de antes. Usó mucho los medios técnicos: el ordenador, la publicación, El cine.
Y vivió la austeridad, la sencillez
Eso sí, lo hacía tan convencido que a veces arrojaba la semilla con mucha fuerza y hasta rebotaba. No fue ajeno a los fracasos.
No siempre la semilla dio fruto. Hubo en su vida sequías y pedriscos, dificultades. El lo veía tan claro: su obsesión era descubrir y vivir a Jesucristo más allá de toda religiosidad y vivirlo en la entrega y el testimonio diario. El grupo de personas con problemas de cáncer lo han vivido. Los distintos grupos parroquiales lo han disfrutado. Hablaba con autoridad. La autoridad del evangelio y la biblia que no solo conocía muy requetebién, sino de un convencimiento que Dios le daba en la contemplación y en la Unidad y Unicidad de la Presencia.
Ha leído y leído. Dos mil quinientos libros leídos y asimilados. Ha vivido con la pasión del reino y ha luchado en el movimiento rural y en la transformación de las personas y de los pueblos.
Lasa dificultades las ha orado, contemplado Y ha sido una persona obstinada en la consecución de esa sociedad nueva. No ha se ha sentido cómodo en la rigidez de los dogmas y de las normas eclesiásticas. Y lo ha manifestado
¿Fallos? Muchos .Pero siempre ha experimentado la alegría del Padre-Madre que perdona.- Y por eso no ha rezado la salve. El, aun en estos últimos dolorosos momentos, no aceptaba el valle de lágrimas. Vivía la alegría de sentirse querido y amparado viviendo en Dios Prefería cantar. Y alabar como María al Dios que ha realizado en él maravillas.
La enfermedad le ha ayudado a purificar y vivir:El Padre y yo somos uno.
En constante búsqueda.
Y en una gran sencillez de vida y de dinero. Justo le ha llegado para incinerarle.
Vive en la Presencia. Está con nosotros.
Ha sido un labrador, que cuando ha sembrado ha ido cantando porque ha sentido que al sembrar con el trigo ha ido lanzando sus amores al azar.
Y porque s e lo creía, no le ha importado el segar en tierra brava. Labrador a gusto.

Un sueño posible

A veces pecamos de demasiado realistas. Y pensamos que no podemos volar y soñar alto. Porque hay una serie de objetivos que según los cánones de la costumbre, no se pueden conseguir..
Pero los hechos a veces superan con mucho a las mayores ilusiones.
Fijaros lo que me ha tocado vivir. Hace unos años me llego una carta de una matrimonio joven (Jose y Maite ) y nos expresaban a un grupo amplio de personas que andaban mal de dinero y que pedían ayuda. Para no caer en las manos del banco
Recibieron la cantidad necesaria. Y han ido trabajando con él. Ahora una de los dos está en paro y ha recibido una cantidad. No muy grande, pero que a ellos les sobra en estos momentos Y nos vuelven a escribir ofreciéndonos esa cantidad para alguien que la necesite.
En definitiva: es un dar y recibir. Con total gratuidad y sin intereses ni impuestos bancarios. Con total confianza y generosidad..
¿Verdad que con muchas familias así, la vida tiene otro sentido? Y esto es posible y es real
Esta familia milita en un movimiento cristiano y puede sentirse movido por esa actitud cristiana, Pero seguro que hay muchas más personas que lo están haciendo desde otros planteamientos humanitarios..
Es más: ¿no podríamos soñar en familias acompañantes que presten en momentos de superávit y que reciban en días de necesidad?. Simplemente sentirnos unidos y sacar la situación adelante
Al ver hechos como éstos, uno confía más en los seres humanos y me creo más que es posible un giro a esta humanidad..

Pescado fresco

Los japoneses siempre han gustado del pescado fresco.
los barcos pesqueros fueron fabricados más grandes para ir mar adentro.
Mientras más lejos iban los pescadores más era el tiempo que les tomaba regresar a entregar el pescado.
Si el viaje tomaba varios días, el pescado ya no estaba fresco.
Para resolver el problema, las compañías instalaron congeladores en los barcos pesqueros.
Así podían pescar y poner los pescados en los congeladores.
Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia entre el pescado congelado y el fresco, y no les gustaba el congelado,
Las compañías instalaron entonces en los barcos tanques para los peces.
Podían así pescar los peces, meterlos en los tanques y mantenerlos vivos hasta llegar a la costa.
Pero después de un tiempo los peces dejaban de moverse en el tanque.
Estaban aburridos y cansados, aunque vivos.
Los consumidores japoneses también notaron la diferencia del sabor porque cuando lo s peces dejan de moverse por días, pierden el sabor fresco ...
y ¿cómo resolvieron el problema las compañías japonesas?
Y ¿cómo consiguieron traer pescado con sabor de pescado fresco?
Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les recomendarías?

(Mientras piensas en la solución..... Lee lo que sigue):

Tan pronto una persona alcanza sus metas, tales como empezar una nueva empresa, pagar sus deudas, encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea, empieza a perder la pasión. Ya no necesitará esforzarse tanto. Así que solo se relaja.
Experimentan el mismo problema que las personas que ganan la lotería, o el de quienes heredan mucho dinero y nunca maduran, o de quienes se quedan en casa y se hacen adictos a los medicamentos para la depresión o la ansiedad.
Como el problema de los pescadores japoneses, la solución es sencilla.
"Las personas prosperan mas cuando hay desafíos en su medio ambiente" .
Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías pesqueras ponen a los peces dentro de los tanques en los botes, pero ahora ponen también un Tiburón pequeño! Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los demás llegan muy, pero muy vivos.
¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo el trayecto dentro del tanque, ¡para mantenerse vivos!
Cuando alcances tus metas proponte otras mayores. Nunca debes crear el éxito para luego acostarte en él.
Así que, invita un tiburón a tu tanque, y descubre que tan lejos realmente puedes llegar.
Unos cuantos tiburones te harán conocer tu potencial para seguir vivo y haciendo lo que mejor haces, de la mejor manera posible!!
Y si ya los tienes en el tanque, déjalos que se muerdan entre si, que no te asusten sus dientes ni sus trampas...tu sigue alerta, pero siempre "fresco".
Siempre habrá tiburones a donde vayas... así que ADELANTE.

El pilón

Me ha impresionado este verano cómo multitud de personas han vuelto a pasar algunos días a sus pueblos de origen.
He estado en algún pueblo donde normalmente viven cuatro personas y había estas fiestas casi un centenar. Y por lo que estoy viendo y oyendo por los medios, esto es algo que se ha dado en todas las poblaciones, aún las más pequeñas.
Puede ser que con eso de la crisis, se ha buscado un veraneo más barato. Pero también hay unas ganas de buscar las raíces, los orígenes. Aquello que en su día significó tanto en nuestra infancia y en nuestro crecer Y sobre todo, siento como que estamos con ganas de reencontrarnos, Es mucho más fácil y más entrañable el tener una cena en la plaza, el organizar cualquier tipo de encuentro. El pilón o la fuente pública son lugares de reunión popular.
Es cierto que podríamos tener como un compromiso cívico hacia esos lugares. Hay pueblos donde se hacen en estas fechas veredas y así se realizan obras comunitarias que hacen un gran favor al pueblo
Y sobre todo, podemos valorar enormemente a las personas que viven ahí todo el año y que mantienen el estatus del pueblo. Merecen una retribución como mantenedores y tener muy en cuenta a las personas residentes fijas más que a los veraneantes o de fines de semana. Por ejemplo, atención a los dependientes, enfermos de Alzheimer, personas solas y, solteros. Una necesidad que siento muy fuerte es acompañar a las personas a encontrar ánimo y sentido, sentir la compañía. Pienso que se requiere revisar todos los servicios sociales, que ciertamente han mejorado mucho, pero pienso que habría que revisar con las personas y desde las personas del pueblo qué es lo que realmente les interesa y necesitan. ¿Es un frontón, una piscina.,..? O más bien iría por un tipo de mini residencias de mayores, centros de día ,promoción personal, atención sicológica..?
Dedico estas reflexiones a todos los que desde la ciudad habéis venido estos días a nuestros pueblos y a los que habéis salido a vuestros lugares de origen.. Juntos alrededor del pilón.