lunes, 8 de julio de 2013

El Hortelano

He estado con un hortelano en su huerta. Qué envidia.  Tiene plantas de toda clase.  Todo organizado al milímetro, todo previsto, todo labrado, plantado, crecido.

Pero dedica muchas horas. Todos los días del año pasa muchas horas en su huerta.  Previene con tiempo lo que va a sembrar o plantar.  Tiene ya las fechas determinadas.    Si algo le falla en el primer intento, lo vuelve a  sembrar o plantar.

Mima cada planta.  Riega cuando hace falta…

Esto me hace pensar en nuestra vida.  Necesitamos programarnos, organizarnos, trazarnos metas, dedicarnos mucho tiempo a nuestra persona: pensando, formándonos, cultivando nuestro espíritu.  Quitando las hierbas malas y apoyando y abonando las buenas ideas, los buenos planes

Y como cristianos, nos pasa lo mismo.  Es preciso  dedicar tiempo, esfuerzo, ganas para ir creciendo como cristianos.   Hay que dedicar tiempo a conocer el evangelio, a formarnos en su espíritu,, a orar, a celebrar   nuestra fe, a compartir nuestros bienes….

Poner cuatro cebollas y dejarlas crecer, es fácil. Ir a misa en un entierro… es fácil. Pero vivir la fe en Jesús nos exige quererlo, buscarlo, plantearlo, dedicarle tiempo.


Migajas

El chiste es muy socorrido. Después de comer, dicen: “ahora saca el pollo”.  Y es un pollo vivo para comerse las migajas  de pan que han quedado por la mesa.

Así siento yo la sociedad y me siento a mí mismo.  Es cierto que hay solidaridad y en algunos casos muy fuerte, muy profunda. Pero también a veces damos las migajas.


Lo que nos sobra: comida, ropa, dinero… Sin duda es bueno. , Pero ¿no podemos profundizar más y llegar a entregar, a compartir con los que no tienen dando  de verdad aunque sea privándonos nosotros de ello?

Me invito y os invito a analizar: lo que echamos en el cestaño, en la hucha, en  el donativo, realmente supone  algo sustancial en nuestra vida o  es lo que nos sobra, las migajas?

Entrego la ropa usada. Estupendo. ¿ Y me animo a no comprarme una ropa nueva y dar su coste?  En el evangelio Jesús aplaude a una anciana porque echa dos moneditas, pero eran ”lo único que tenía”

Muy bien las operaciones kilo, el café o el huevo pendiente, pero ¿llego a entregar lo que realmente me supone entrega?

Hay una gran escala en la generosidad. Pero una buena señal  es que me prive de algo a favor de los demás.

No me gustan los cestaños en las misas, porque no sé si ese dinero es algo pensado y decidido como el  compartir que realmente puedo hacer o es un quitarme el cestaño de delante. Prefiero pensar y decidir mensualmente cuánto compartir y ser consecuente.

No hagamos de las personas pobres como el gallo de las migajas, sino sentémosle a nuestra mesa desde el principio para que coma con nosotros.


Prólogo

Hola Teo... Otra vez por aquí. La tercera... y esperamos que no
vaya la vencida.
Con estos papelines que llamamos catecismos queremos encontrarnos
con tus inquietudes, tus dudas, tus problemas de cada día,
y hablar contigo de la fe desde aquí abajo donde estamos. Lo hacemos
procurando no perder el buen humor que bastante amarguras y
amargados tiene la vida.
Recordarás que en el primer catecismo Al andar dimos un repaso
general a los temas de nuestra fe.
En el segundo hablamos de lo más importante para los cristianos,
o sea de Cristo, Jesús.

Si alguna cosa importante se nos escapa tú nos avisas, Teo, y
poco a poco lo iremos completando.
En este tercer folletito queremos plantearnos algo que es -o
tendría que ser- una manera importante de encontrarse con Dios.
Seguramente repetiremos algo de lo que dijimos en los anteriores.
Pero ¿qué quieres? En el fondo la fe se apoya en muy pocas cosas,
como ya hemos dicho.
Hay gente que dice: "yo creo mucho. Tengo mucha fe: creo en
Santa Gema, en San Hipólito que es el patrono de mi pueblo, en los
primeros viernes, en la Virgen de Fátima, en el horóscopo..."
Y uno se vuelve loco intentando convencer a la gente de algo
que te ponemos ahora con mayúsculas para que te enteres bien:
TENER MUCHA FE NO ES CREERSE MUCHAS COSAS SINO
CREER FUERTEMENTE EN UNAS POCAS O MEJOR, EN UNA
SOLA CREER FUERTEMENTE EN JESÚS HIJO DE DIOS, HACERLE
CASO, Y PROCURAR VIVIR EN EL AMOR COMO EL VIVIÓ..
Lo demás depende de esa fe.
Por eso queremos ahora hablar contigo de unos asuntos que traen despistados a muchos cristianos y a otros que dicen que no lo son pero que se asoman por la parroquia cuando les interesa. O sea: vamos a hablar de los sacra... mientos. ¡No pongas esa cara, Teo!.

Vamos con ello

88 Notas de piano

El piano me inspiró para escribir lo siguiente.

Un piano tiene ochenta y ocho teclas, cada una tiene un sonido pero todas son igual de importantes y necesarias para componer la melodía
Si lo trasladamos a nuestra vida podemos darle muchas interpretaciones.

A lo largo del día hay muchos momentos, diversas situaciones, realizamos diversas acciones… pero todo lo acontecido tiene el mismo valor, aunque nos cuesta verlo de esta forma. Así como todas las teclas del piano suenan, lo que vamos viviendo en cada momento tiene su propio sonido, y el conjunto de lo sucedido en el día compone una hermosa melodía.

Vivimos en la sociedad del hacer y nos valoramos y valoramos a los otros por lo que hacen. Vales tanto en cuanto eres productivo No. Todos los momentos del día, todo lo que hacemos y lo que no hacemos tiene el mismo valor. El mismo valor tiene estar meditando que haciendo la comida o comprando o paseando  o haciendo deporte

Sin embargo hay que tener en cuenta algo… Me cuenta mi amigo que no suena igual una canción dependiendo de cómo se toque o del momento, a pesar de hacer sonar las mismas teclas. La diferencia está en tocar desde tu alma, desde tu esencia… en cuyo caso eres un canal o instrumento de amor y permites a tu alma ser… o en que toques desde tu cabeza, desde tu mente, desde lo que tu ego quiere conseguir… en éste último caso no transmites, no hay comunicación… estás más pendiente de los juicios tuyos y de los otros, del éxito y de otras gratificaciones buscadas y esperadas

En nuestras vidas ocurre lo mismo… si hacemos evaluación al anochecer podremos valorar como ha sonado la melodía que hemos compuesto ¿hemos sido transmisores y canales de amor o hemos hecho o dicho esperando recompensa? No es lo mismo cocinar poniendo todo nuestro corazón en aquellos platos que hemos preparado que cocinar porque toca, porque hay que hacerlo o porque si no lo hago yo ¿quién lo va a hacer?


Gloria Sáez.