Son tradicionales ya las batallitas que hay entre los
agricultores por los lindes, los límites. Hemos marcado nuestra propiedad con
mojones. Lo malo si a veces cambiamos,
empujamos, un poco esos límites y cogemos lo que no es nuestro.
Cierto que
suspiro por un día en el que no haya mojones. Ya la parcelaria quita
muchos de esos problemas y puede llegar un día en que no haga falta separar sino que todo sea
común.
No podemos olvidar que esos mojones son, en pequeño,
lo que las grandes vallas entre países. Aunque eso es mucho más duro e
inmensamente injusto.
“Duelen todas esas vallas, levantadas para mantener la
miseria al otro lado de nuestras fronteras: Ceuta, Melilla, México, Hungría,
Bulgaria, Austria, Francia intentando contener el paso hacia el Reino Unido,
Eslovaquia, Estonia, Grecia,…
Se nos va la vida en la construcción de alambradas de
mallas, cuchillas y alambres de espino y de cables cortantes. En este siglo se
han levantado 30.000 kilómetros de vallas en las fronteras de Europa y Asia
central.
Se está
empezando a hablar de una epidemia constructora. Y esto en la vieja Europa
Cristiana.”. (Fray Marcos )
Vallas ¿para defender lo mío?