Cuando somos niños, solemos jugar y a la hora de saltar un río, por ejemplo, decimos” a la de una, a la de dos y a la de tres “ y saltamos. Eso nos expresa preciosamente la frase de “Jesús resucitó al tercer día”. A la definitiva: Jesús, con su mensaje y sus acciones, con su planteamiento de un mundo nuevo, tiene toda la aprobación del Padre Dios. Tenía razón. Y eso se realiza en El. Entra en plenitud a vivir en un cielo nuevo y una tierra nueva en la que no hay dolor, ni llanto, ni muerte… Está glorificado por el Padre.
Esto tiene aplicación a nuestra vida. A la definitiva, el bien, el amor, la verdad, la justicia son las que ganan. Aquí tenemos un cuerpo débil, con limitaciones, enfermedades, fracasos, pecado… Pero Jesús Resucitado nos infunde su fuerza, su salvación y acabaremos ganando a todo eso. Acabaremos en un encuentro pleno con Dios. Y ya todo será felicidad. Porque el poder de Dios lo hace. Salvó a Jesús de la muerte y nos salva a nosotros
Aquí en la tierra también vamos ensayando ese salto, vamos avanzando en paz, amor, felicidad… cuando nos dejamos llevar por el Amor. Y eso es todo un triunfo. Y vamos ya experimentando la alegría, el sentirnos queridos por Dios y por los demás.
A veces sentimos como que el mal gana, que los violentos salen con la suya. Pero la historia y la realidad va colocando a cada uno en su lugar. Y desde nuestra entrega, sentimos que ha tenido sentido lo que hemos hecho. Porque acariciamos el Amor. Y sentimos la alegría del Bien Hecho.
A la de una, a la de dos y a la de tres. El Bien vence y vencerá. Eso nos hace experimentar la Felicidad