miércoles, 17 de abril de 2013

Con olor a oveja


Cuando veo que a ciertas  personas  se le quita la vivienda, que otras personas no tienen para comer, que hay personas deambulando de lugar en lugar, que carecen de comida, de sanidad…   se me ocurre un remedio, Pienso que muy eficaz. Que las personas que tenemos la vida resuelta, que las personas que vayamos a juzgar, que los que tenemos algún dominio, hagamos lo que dice el Papa Francisco I. “No seáis meros gestores.  Así hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora: en las «periferias» donde hay sufrimiento, hay sangre derramada, Hemos de tener olor a oveja”.


El pastor, cuando se  mete entre las ovejas, luego huele a oveja. Cuando  se vive la misma realidad de  las personas, quedas marcado, quedas tocado.

Es relativamente fácil ayudar, dar dinero, defender a los marginados. Pero es que a veces huelen a pobreza, a miseria, a alcohol, a droga, a suciedad. Y a problemas A marginación.. Y si nos acercamos a ellos,  se nos va a pegar el olor.

Un voluntario de una ONG lleva ropa a un preso y, sin saberlo para nada, en un bolsillo  hay un porro. Eso le puede traer dificultades al voluntario.
Si acoges a un inmigrante sin papeles, puede producirte un castigo penal.

Qué bueno sería que antes de conceder un desahucio, estuviese el juez una semana sin vivienda o por lo menos que fuese la víspera a tomar café con el desahuciado a su casa

Las consecuencias pueden ser múltiples. Desde aquella típica del evangelio”·”este come con pecadores y prostitutas “, hasta  perder la valoración de los poderosos. E incluso, todos recordamos al P. Damián que contrae la lepra por estar con los leprosos.

Desde el despacho se hacen órdenes, leyes, ayudas oficiales, papeles.  Desde la vida, se hacen amigos, compañeros. Y se comparte la misma realidad.   Y ya sabemos que para un amigo, su compañero, aunque haya cometido algún error,, es el mejor..

Para mejorar la convivencia, hay que oler a oveja.  Porque otras personas también tienen que  sufrir nuestro propio olor. Y a veces no olemos precisamente a colonia de buenas obras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario