Varias ciudades y zonas han reivindicado su
existencia y sus necesidades. Yo
quiero hacer algo más sencillo. Nos dice el Papa que hay que ir a las
periferias de la sociedad. Las
grandes decisiones se toman siempre en los núcleos centrales, desde el poder de
la sociedad.
Ir a las periferias
no quiere decir preferentemente que se atienda paternalmente a los más
alejados, sino que descubramos la salvación integral La fuerza, la energía que
surge de ahí.
En Pazuengos se acaba la carretera, Pazuengos
consta en un mapa de la diócesis como Parroquia de ingreso Para luego ascender a otras más numerosas, más “importantes”
Hay que
estar en la periferia porque es el lugar de descubrir escuchar,
aprender. La reconquista social, humana
ha de bajar de la montaña, como baja el agua
Muchas personas van a la sierra a buscar
setas, caza, leña… Yo creo importante es
estar en la sierra viendo, contemplando, asumiendo. Como lugar DE UNA NUEVA RECUPERACIÓN DE LA
SOCIEDAD
Constantemente nos anuncian las
subidas y bajadas de la bolsa, pero no nos comunican si hace sol o sombra en la
sierra, si las alubias ya están secas, o si las abuelas salen a comprar el pan a la furgoneta ¡qué equivocación!
Y donde pongo Pazuengos, quiero expresar tantos lugares insignificantes
para el mundo, tantas personas débiles y que viven en los márgenes, tantos
colectivos que no cuentan más que en las estadísticas y en el turismo.
Aquí no hay crisis, a no ser que no llueva. Las periferias son algo
positivo, son fuentes de los auténticos valores. ¿Dónde encontrar mejor agua
que en la fuente de Pazuengos?
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