martes, 13 de mayo de 2014

Escuchar y opinar

¿Os imagináis que uno de un partido político pronuncie un mitin apoyando al partido contrario? ¿Que un musulmán predicase un día en la misa del pueblo? ¿Que un ateo tratase de decirnos sus ideas a los creyentes? ¿Que un cristiano predicase a los budistas? ¿Los del Barça que aplaudiesen y alabasen al Madrid y a la inversa?

No es el mundo al revés. Sino un ejercicio que sería muy sabio: normalmente predicamos a los que ya creen, en los mítines están las personas que ya son de ese partido,…
Si somos honestos, no sería ningún disparate. Porque veríamos hasta qué punto estamos convencidos, hasta qué punto asumimos la parte de verdad que veamos en los demás, hasta qué punto nos ayuda a reflexionar y mejorar nuestros planteamientos.
Lo peor es creernos en la total, única y absoluta verdad. Porque nos privamos de la parte de verdad que tienen los demás.
Es importante profundizar en nuestras razones y escuchar las razones de los demás. Nadie tiene él solo la verdad plena.  Hay que asumir la verdad que cada uno tiene.
La sociedad hoy es muy plural. Cada uno pensamos que lo nuestro es lo mejor y lo único bueno. Por supuesto que sí creemos en Alguien, si somos cristianos es porque nos convence y nos entusiasma Jesucristo. Pero profundizar con humildad; buscar cada día la Verdad, eso nos hace más libres.
Pasar de una fe de rutina a un convencimiento propio, vivido, decidido y con humildad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario