Pues sí. Y muchas personas ahí. Igual se trata de no ir a ellos, sino
que ellos vengan a nosotros y así hacemos una sociedad en laque todos estemos a
la misma distancia
Lo veo en el corro y ahí estamos todos.
Más que ir a ellos, se trata de que estemos juntos, de que seamos una
familia.
Porque no me daba cuenta de que yo también soy un periférico para ellos
y necesitamos juntarnos.
Hay una persona pintando. La vemos y decimos “pero qué bien pinta”. Y
nosotros nos quedamos contemplando.
Así siento la impresión cuando veo actuar y hablar y hacer al Papa.
Decimos ”pero qué bien lo hace, cómo quiere cambiar la Iglesia” pero nosotros
seguimos igual: al margen de la comunidad, repitiendo las procesiones y los
gestos, las novenas, no implicándonos en el mundo de los pobres y de la
justicia. No damos el paso hacia una
comunidad movida por el evangelio.
¡Qué bien lo hace! ¿Es momento de implicarnos y también nosotros
cambiar según el estilo del evangelio?
El papa nos dice: hay que acoger
a las personas, refugiados, en la periferia.... Y nosotros, decimos:”qué
cosa más bonita”
Es una oportunidad estupenda para cambiar, para revitalizar nuestra
iglesia y nuestras parroquias. Pero me da miedo quedarme en contemplar y no
implicarme. Y eso exige actuar, meterme en acción.
La Iglesia no se cambia, no coge vida si no nos
implicamos nosotros. El papa podrá hacer cosas estupendas y planteamientos, pero
es como un padre de familia si no cuenta con toda la familia.
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