La semana santa de Calahorra declarada Fiesta de Interés
Turístico Nacional:
“Estamos en el siglo 1, año 30. Fiestas de la
Pascua. Jerusalén es reconocida como
ciudad de interés turístico, porque esos días matan a Jesús en la cruz.
Numerosas personas vienen de los países del imperio romano. Las posadas y
tabernas de Jerusalén están abarrotadas. Hay mucha curiosidad por ver cómo
transcurren los acontecimientos. Y retumban los tambores.”
Felicito a los calagurritanos por su interés en dar realce a los actos
de Semana Santa, pero como creyente en Jesús me duele que una celebración de la
muerte y resurrección de Jesús deje de ser una celebración, memorial vivo, y
pase a ser una acontecimiento turístico. Creo que el mensaje y el estilo del
evangelio es otro.
Mi fe lleva muy mal ese aspecto
turístico. Prefiero el silencio, la escucha, la contemplación, el compromiso
con los crucificados de la vida. Para mí eso me sugiere y me invita esa Semana
Santa en que actualizamos el compromiso de Jesús que muere por querer hacer un
mundo mejor y los poderosos, los religiosos, los políticos no lo permiten y le
llevan a la cruz.
Había, según el evangelio mucha gente contemplando los acontecimientos
desde lejos. Pero esos no descubrieron a Jesús, no complicaron su vida en su
Mensaje y en construir su reino. Cuando se acabó el espectáculo, se fueron.
Cómo me gustan unas celebraciones de profundidad, de encuentro con
Jesús y con los crucificados.
¿Os imagináis a Jesús ajustando con las teles del momento y con los
periódicos a ver cuánto iban a pagarle? O los restaurantes ¿qué beneficio iban
a dejar para el templo?
“Padre: en tus manos encomiendo mi espíritu”. Eso no se puede vivir desde
una escenificación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario