Parece que todo sigue igual en nuestros pueblos. Tranquilidad del
otoño. Recogida de los últimos frutos. Conservas...
Pero somos parte de un planeta, la Tierra, donde están ocurriendo
muchísimas cosas que influyen y tienen
repercusión entre nosotros.
Un mundo de guerras, de escandalosa diferencia entre ricos y
empobrecidos, una corrupción que huele y notamos su hediondo olor, un mundo que
se mueve, una iglesia que intenta cambiar y que sufre muy fuertes obstáculos...
Mientras tanto, alguna tele sigue desviando la atención y dándonos la
basura de los divorcios absurdos y ligues nuevos.
Me parece muy interesante el estar atentos, conocer, descubrir cómo
están las cosas y hacia dónde van, cómo se mueve el mundo y quiénes lo mueven,
quiénes causan las guerras, cómo mueren personas por el ébola y muchísimo más
por el hambre.
Es cierto que cada uno tenemos nuestra pequeña cuota de problemas
personales o familiares, pero no será bueno estar al margen de esta realidad
mundial.
Empezar por conocerlo críticamente, analizarlo y ver cauces de
actuación.
Ya sé que es poca cosa pero es una pequeñita forma. En internet hay campañas pidiendo
firmas. Si la causa es justa, una firma
más ayuda a las muchas y defendemos
causas nobles humanitarias.
Además de preparar la conserva, podemos estar abiertos al mundo y
empujar un poquito los caminos de la justicia y la paz.
Y por lo menos apuntarnos a una ONG, asociación, colectivo, partido,
sindicato, que luche por estos valores desde mil actividades.
Oído, vista, corazón y acción.
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