Normalmente
en la iglesia hemos tenido catequesis para la primera comunión, para la
confirmación, para el matrimonio.
Ese
camino hay que ve
rlo un poco distinto. No se trata de preparar para un
sacramento y ya está, sino que es cuestión eso de ser cristiano de recorrer un
camino: un proceso, unos pasos, unas experiencias conociendo y experimentando a
Jesús en cada edad. Pero no quedarnos en los sacramentos sino seguir toda la
vida creciendo, viviendo el evangelio en cada realidad, edad, circunstancia.
Por eso, la catequesis no es aprender lo que hace falta para la comunión o para
la confirmación o para la boda o para la enfermedad, sino vivir un camino y
cuando se ve que uno sabe y quiere
comulgar, lo hace o se confirma. Pero que no sea un camino que se acaba.
La
vida cristiana no se compone de actos puntuales aislados, sino de un recorrido con Jesús de toda nuestra vida
Por
eso, quiero invitar. Aquellos niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos,
que quieran, pueden apuntarse a formar un grupo, no para la comunión o para
confirmarse, sino para ir descubriendo y siendo cristianos a su edad.
Que
luego ya recibirán el sacramento cuando ellos consideren que lo conocen y lo
quieren.
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