Nacido en Tondeluna. Sus padres de Ojacastro y Tondeluna. Ahí vivió hasta la mili en Marruecos. A la vuelta, viene a vivir a Santurde.
Enamorado y entusiasmado con el monte, los animales, la naturaleza. Despide serenidad. Siete hermanos: tres se fueron a la Republica Dominicana.
Antes se labraba mucho de lo que ahora es monte. Hasta tres parejas de vacas para arar. Por la noche se les dejaba en el monte y comían.
Ha trabajado siempre en el monte y cosas relacionadas. Retén de incendios, ganadería de todo tipo. Conoce el monte palmo a palmo y no exagero. Le pregunto por nombres de terrenos y me suelta una lista interminable: La Solana, Legido, Valle Seto, Los Avellanales, El Mercado. El Talango, Santa Maria, Arnabuja, Arrebutia, Chicorana, Recicorana.... Puede seguir todo el día.
En sus paseos siempre le acompaña su perra: “Lobi”.
El monte estaba antes más limpio, pues había más ganado, se cortaba más leña para hogares, se recorría más. Ahora están cerradas las sendas. Vendría de maravilla algún rebaño de cabras para limpiar. Los pastizales tienen muchos helechos. Con la nieve se desgajan los pinos.
Hay algunos árboles frutales. Sobre todo, cerezos silvestres que hacen una estampa tan preciosa…
Se han perdido muchas fuentes. Él coge agua siempre de “Lazamacas” porque es muy buena.
Nunca se ha perdido por el monte.
Sería muy interesante el poner chapas con los nombres de los lugares para que no se pierda ese recuerdo.
El monte, la leña, ha valido muy poco. Ahora se va revalorizando. El dinero que se saca de la venta y de la entresaca es el 85%para el pueblo y el 15% para mejoras...
Se entusiasma hablando del monte: los encuentros en la cima con los pastores de otros pueblos y percibe el tono y el sonido de cada cencerro. Gracias por ser entusiasmado de la naturaleza y del monte.
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