domingo, 6 de marzo de 2016

Estamos sin obispo y con el gobierno en funciones

Estamos sin obispo. Estamos con el gobierno en funciones Y ¿qué queréis que os diga? Que el pueblo liso y llano no lo notamos demasiado.
Quizás es por la inercia. Y eso que nos hemos acostumbrado a que sean otras personas las que tomen responsabilidades y decisiones. Pero me doy cuenta de que cuando tomamos un poquito cada uno nuestro puesto en la sociedad, hace falta muy poco para que funcione la vida. Si la dirección del coche es buena, va casi solo. Si el agua corre rápida por el cauce, no hacen falta muros para empujarla.
Necesitamos, eso sí, personas que sean acicate en la sociedad, que presenten propuestas. Necesitamos en el lenguaje utópico, “profetas”: personas que nos despierten, que no nos dejen dormir tranquilos en nuestra posición cómoda. Cuando una persona sugiere, propone, inquieta.... no nos dormimos. Cuando una persona manda se imponen leyes, impuestos, las cumplimos a regañadientes pero no avanzamos, no crecemos en responsabilidad.
Corremos el riesgo de esperarlo todo de los de arriba. Y lo bonito será que esos responsables, aticen, aviven nuestra pereza y nuestra responsabilidad. Cuanto mayor participación y responsabilidad, menor falta de autoridad. Se quedarán en animadores. Me choca que en algunos conventos de monjas o frailes, ya no hay superior sino animador, coordinador. Y la vida funciona

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