domingo, 6 de marzo de 2016

"No existe la familia perfecta"

No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, no nos
casamos con una persona perfecta ni tenemos hijos perfectos.
Tenemos quejas de unos a otros. Nos decepcionamos los unos
a los otros. Por lo tanto, no existe un matrimonio saludable ni
familia saludable sin el ejercicio del perdón. El perdón es vital
para nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual. Sin
perdón la familia se convierte en un escenario de conflictos y
un bastión de agravios. Sin el perdón la familia se enferma.
El dolor es un veneno que intoxica y mata. Guardar una
herida del corazón es un gesto autodestructivo. Es autofagia.
Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y
espiritualmente.
Al envejecer, y ser más sabios, lentamente nos damos cuenta
de que:
Un reloj de 300 euros marca la misma hora que un reloj de
30€.
Una cartera de 300€ carga el mismo dinero que una de 30€.
La soledad en una casa de 30 metros cuadrados o de 300 es la
misma.
Espero que un día te des cuenta de que tu felicidad interna no
viene de las cosas materiales en el mundo. No importa si
viajas en primera clase o en la económica, igual bajas si el
avión se cae.
Espero que te des cuenta de que, cuando tienes amigos y
hermanos con quienes hablar, reír, y cantar, eso es verdadera
felicidad.

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