Ni más ni menos. Los cristianos seguimos a Jesús de Nazaret. Por eso es
tan importante conocer sus dichos y sus hechos. Su personalidad. Su forma de
ser, de hacer y de pensar. Y en definitiva si fue alguien que pasó y se acabó
ahí o es alguien presente en nuestra vida y en nuestra realidad.
Lo primero que sorprende en El, en Jesús, es que tiene una experiencia
inmensa, de Dios como Padre. No le ve como juez, ni como omnipotente, ni como
castigador... Le ve como lo que hoy
decimos ”papá” Con una relación, un
cariño inmenso.
Por eso, toda su vida es feliz, confía en el Padre, le siente presente,
lo vive, le habla, le escucha, confía totalmente en El.
Podemos resumir su vida en esto: “Pasó haciendo el bien”: curando,
sanando, perdonando, devolviendo la dignidad a las personas más marginadas.
Descubriendo a cada persona que era Hija de Dios y que era muy importante.
Sus enseñanzas: eran descubrir
que con lo que hacemos estamos construyendo el Reino: esa sociedad nueva que El
quería hacer. Por eso lo explicaba con cuentitos que El llamaba “parábolas” y
que explicaba con ejemplos muy sencillos.
Recorría las tierras de Judea y de Galilea. Convocó a un grupo de
mujeres y hombres que le seguían a todas las partes.
Su mensaje principal era:”Amaos como yo os he
amado” “El Padre os ama y cuida de vosotros””yo estoy siempre con vosotros “
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