jueves, 7 de septiembre de 2017

Hombres y mujeres.



Es un fenómeno que se da en casi todas las partes, por lo menos de nuestra Rioja.  Cuando se trata de tareas, de ejercicios de promoción, de cultura, de crecimiento personal, si hay grupos y reuniones, el 90% son mujeres.  Se ve que a los hombres nos van menos esas cosas.
Sin duda es importante que además de trabajar, vayamos creciendo en valores del espíritu, en manejar los sentimientos, en aprender a pensar....  Y eso es para todos y todas.
 Quizás hemos pensado y organizado la vida, como que esas cosas son pequeñeces de las mujeres.  Y así las mujeres van creciendo y son cada vez más sensibles, más atentas a las personas, más descubridoras de valores, como el amor, la entrega, el discernimiento, la cultura. Y los hombres nos quedamos con otras realidades: trabajar, charlar, ir al bar...pero nunca a reuniones porque “¿qué me van a enseñar a mí? ¡Ah!
Pienso que ganaremos mucho si aprendemos a descubrir y trabajar las cualidades del espíritu, si aprendemos a dialogar, a escucharnos, a ir conociendo el sentido de la vida y de sus actividades, a manejar bien los sentimientos....
A veces decimos que nosotros no tenemos problemas, pero cuando nos llegan las dificultades, los disgustos, las contrariedades y las alegrías, qué interesante es saber manejarlos y aprovecharlos para crecer en auténtica alegría.

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