Vemos a una abuela y lleva un delantal precioso, limpio. Pero, hete aquí que hay una pequeña mancha en una orilla. Y en lugar de ver la limpieza de todo el delantal, nos fijamos en esa mancha.
Así hacemos en la vida: hay multitud de cosas bonitas, positivas en nuestras vidas, en las demás personas. Pero nos empeñamos en fijarnos en lo negativo, en algún fallo que tenemos o tienen. Y tanto nos fijamos que ya solo no vemos más que esa mancha, que de tanto mirarla se convierte en un mar grande.
En un plato de comida aparece una alubia que está un poco más dura. No se nos ocurre decir:¡Qué mal está la comida! Si lo restante está todo rico…
Todas las personas llevamos un delantal una vida con muchas cosas muy bonitas y positivas, con muchas obras fenomenales. Yo creo que es cuestión de ponernos las gafas limpias y verlo con el corazón.
Y fijaos: a mí me da que en las personas más sencillas hay multitud de cosas bonitas, importantes pero están cubiertas de sencillez, a veces de apariencias poco atrayentes, pero si profundizamos, ahí encontramos auténticas maravillas. Es como las personas que llevan varios delantales. Cuando se quitan todos, aparece un vestido limpio, hermoso, agradable.
De cada persona, sin equivocarnos, podemos decir:” ¡vaya delantal que lleva! ¡Qué cualidades tiene!
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