En Puerto Príncipe (Haití) una mujer gritaba bajo los escombros de un jardín de niños: ”Sáquenme de aquí, me muero”.¡”Tengo dos niños conmigo!”.
La voz de esa mujer que pedía a gritos “sáquenme de aquí” debe tener eco. Debe convertirse en un grito universal.
Esta frase debe tener un nuevo sentido. Es un grito colectivo.
“”Sáquenme de aquí”, es sáquenme de las ruinas de este edificio, pero es al mismo tiempo”Sáquenme de esta miseria”,”Sáquenme de esta pobreza” “Sáquenme del olvido, del abandono y de la indiferencia”.
Seguramente cerca de nosotros y más lejos, si escuchamos, oímos frases de éstas pidiendo ayuda de una u otra forma. Quizás no nos damos cuenta y nosotros mismos estamos pidiendo ayuda
Me parece muy importante el guardar silencio para oír los lamentos, las necesidades de las demás personas. Sobre todo, cuando son muy extremas. Eso me requiere ir con los oídos muy atentos y muy libres. Si voy con los oídos tapados, será difícil enterarme de quién me necesita..Esto requiere aprender a escuchar, a captar las necesidades, a escuchar con los oídos pero sobre todo con el corazón.
Puede ocurrir que a veces , las personas afectadas no saben pedir ayuda e incluso a veces hasta la rechacen. Es preciso mucha paciencia ,mucha atención, mucha cercanía ,mucho tacto. Por ello, será bueno prepararnos para ayudar. Aunque en muchos casos esa ayuda es muy sencilla y fácil d e realizar.
¿Hay personas que necesitan nuestra ayuda cerca o lejos?
Como la mujer de Haití ¿Podremos sacarla de ahí?
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