lunes, 6 de septiembre de 2010
Labrador de Dios.
Jesús Santamaría Valgañon .- Su vocación ha sido siempre de agricultor. Trabajó de seminarista cosechando y manejando el tractor. Estudió en el INEA perito agrícola. Sabía y entendía de los distintos productos del campo, su composición, necesidades, abonos, Pero sobre todo sabía de agricultor de Dios: salió el sembrador a sembrar. Su vida fue de sembrador. Y fue echando la semilla de la Palabra y el testimonio de Jesús de Nazaret. Vivió sencillamente como los agricultores de antes. Usó mucho los medios técnicos: el ordenador, la publicación, El cine.
Y vivió la austeridad, la sencillez
Eso sí, lo hacía tan convencido que a veces arrojaba la semilla con mucha fuerza y hasta rebotaba. No fue ajeno a los fracasos.
No siempre la semilla dio fruto. Hubo en su vida sequías y pedriscos, dificultades. El lo veía tan claro: su obsesión era descubrir y vivir a Jesucristo más allá de toda religiosidad y vivirlo en la entrega y el testimonio diario. El grupo de personas con problemas de cáncer lo han vivido. Los distintos grupos parroquiales lo han disfrutado. Hablaba con autoridad. La autoridad del evangelio y la biblia que no solo conocía muy requetebién, sino de un convencimiento que Dios le daba en la contemplación y en la Unidad y Unicidad de la Presencia.
Ha leído y leído. Dos mil quinientos libros leídos y asimilados. Ha vivido con la pasión del reino y ha luchado en el movimiento rural y en la transformación de las personas y de los pueblos.
Lasa dificultades las ha orado, contemplado Y ha sido una persona obstinada en la consecución de esa sociedad nueva. No ha se ha sentido cómodo en la rigidez de los dogmas y de las normas eclesiásticas. Y lo ha manifestado
¿Fallos? Muchos .Pero siempre ha experimentado la alegría del Padre-Madre que perdona.- Y por eso no ha rezado la salve. El, aun en estos últimos dolorosos momentos, no aceptaba el valle de lágrimas. Vivía la alegría de sentirse querido y amparado viviendo en Dios Prefería cantar. Y alabar como María al Dios que ha realizado en él maravillas.
La enfermedad le ha ayudado a purificar y vivir:El Padre y yo somos uno.
En constante búsqueda.
Y en una gran sencillez de vida y de dinero. Justo le ha llegado para incinerarle.
Vive en la Presencia. Está con nosotros.
Ha sido un labrador, que cuando ha sembrado ha ido cantando porque ha sentido que al sembrar con el trigo ha ido lanzando sus amores al azar.
Y porque s e lo creía, no le ha importado el segar en tierra brava. Labrador a gusto.
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