Estos días se ha escrito mucho sobre ortografía en los medios de comunicación, a propósito de la reforma que ha aprobado la Real Academia, pero lo que de verdad ocupa las páginas de los periódicos, los informativos y tertulias de radio y televisión es el diccionario. El diccionario que podríamos hacer con los titulares y las palabras más destacadas y repetidas para el año que empieza pasado mañana.
'Ajuste (brutal)', 'agujero (en el sistema)', 'subida (de la luz, y del gas, y de todo)', 'incremento (de los impuestos)', 'paralización (de infraestructuras)' -lo que nos faltaba en La Rioja-, 'rebaja (de los sueldos)', 'congelación (de las pensiones)', 'supresión (del cheque bebé)', 'eliminación (de las ayudas a los parados sin prestación)', 'retraso (en el cobro de las prestaciones por dependencia)', etc. etc…
Y no hay día que no leamos, escuchemos o utilicemos varias veces la palabra 'crisis, crisis, crisis'. Vamos, que no dan ganas de comer las uvas viendo el panorama tan oscuro que nos pintan por todos los frentes. Siempre se puede una consolar pensando que los fumadores lo tienen todavía peor. La cosa está difícil en nuestro país, es verdad, no vamos a engañarnos, pero no podemos dejarnos llevar por el derrotismo, no solo por nosotros sino por nuestros hijos.
Frente a lo que leemos estos días, creo en cambio, que lo que acabe escribiéndose a finales del año que ahora empieza, por estas mismas fechas, depende de nosotros. Tenemos que tener confianza en nosotros mismos y pensar que somos un país que puede superar esta crisis, que juntos podemos salir adelante, que por difíciles que estén las cosas siempre será mejor intentarlo que tirar la toalla, cada uno desde donde pueda.
'Austeridad, honradez, eficacia, productividad, esfuerzo, trabajo, rigor, sacrificio, responsabilidad, reformas, sentido común, valores, generosidad, solidaridad, compartir, ayudar, escuchar, respeto, fortaleza, diálogo, esperanza, confianza, autoestima, optimismo', son todas palabras que también están en el diccionario de la RAE. Se trata de que a lo largo del 2011 seamos capaces de hacer de este vocabulario una realidad. No podemos cambiar el pasado, pero sí que podemos moldear el futuro. Estoy segura de que somos capaces de hacerlo mejor, de que si nos lo proponemos de verdad y empezamos a trabajar para ello desde ahora, llenaremos de hechos y de palabras positivas el diccionario del 2011.
(Mayte Ciriza )
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