Crisis
económica, crisis financiera, prima de riesgo, rescate financiero… son
palabras que están últimamente en boca de todos. Pero ¡qué poco se oye hablar
de austeridad, solidaridad, de buscar el bien común, de trabajar por inculcar
valores morales, de manera que podamos entre todos erradicar la corrupción, el
fraude, el engaño y los abusos de todo tipo!
No podemos olvidar que en la raíz de
la crisis económica y financiera, que tanto dolor produce en quienes la sufren
más directamente, está un gran deterioro de valores, de la pérdida del concepto
del ser humano como responsable, fraterno, constructor de una sociedad en la
que se respete el bien común, la justicia, la libertad, y en la que todos
trabajemos por ser más solidarios y humanos.
La Iglesia está comprometida desde
siempre en la transmisión de esos valores que nos humanizan y nos hacen vivir
en paz y en libertad, porque Cristo, el Hijo de Dios, ha venido a liberarnos de
toda corrupción y de todo pecado. Por eso podemos decir en verdad que si “ayudas a tu parroquia, ganamos todos”,
porque la Iglesia contribuye a crear una sociedad mejor.
Por
ello me atrevo a pedir a todos los católicos riojanos, así como a los hombres y
mujeres de buena voluntad, que ayudéis a la Iglesia en sus necesidades (nuestro
Obispo )
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