A todo el mundo nos
ha gustado que el papa Francisco I viva con sencillez, que se acerque a los
pobres, que viva con austeridad, que su cruz sea de madera , sus zapatos
normales, que deje el boato.
Fenomenal. Nos agrada y nos
acerca al evangelio.
Volver a las raíces de la pobreza, del servicio, de la
sencillez es volver a Jesús y su estilo
Nos rechinaba y nos sigue rechinando ver trajes costosos,
ropas elegantes, edificios suntuosos.
Porque pensamos que el evangelio nos presenta aun Jesús pobre y amigo d
e los pobres.
Claro que esto lo
podemos y yo creo lo debemos llevar a nuestras iglesias , a nuestras
celebraciones, a nuestras vidas. ¿Qué
hacemos con los ropajes de las comuniones, bodas… ¿
Bonita oportunidad para plantearnos nuestro cristianismo y quitar todo
lo que es envoltorio, lujo, gasto y construir una vida cristiana y unos
sacramentos en la austeridad, compartir, sencillez.
Antes decíamos: “mira
el papa” .Ahora podemos decir “mira el papa”
E imitar su vida y su testimonio
Precioso testimonio y lo que nos queda por recorrer.
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