Andamos mal de memoria. Veo que hay muchas personas significativas en la política, banca, deportes… que a la hora de declarar en el juicio sobre presunta corrupción, enseguida dicen “que no se acuerdan”.
Mala memoria. Es un problema que yo achacaba a los años y a pérdida de capacidad por alguna enfermedad. Pero resulta que ahora se da ese olvido en personas relativamente jóvenes y de buena salud.
Y a veces se olvidan de sus promesas y de sus propuestas electorales, y de las afirmaciones que han hecho o hacen mientras están en el poder o en la oposición.
De siempre ha sido muy costoso reconocer nuestros propios errores, asumirlos y responsabilizarnos de las consecuencias.
Pienso que el problema está si se olvidan de cobrar las nóminas, los sueldos. Pienso que no conviene que se les deje dinero en sus manos porque por menos de nada lo extravían y no van a saber dónde lo dejan
Ahí veo yo el problema: han sacado tanto dinero de nuestro país que ya no saben dónde lo han colocado. Les falta una libreta, aunque sea de anillas para anotarlo, o esas libretas de la contabilidad b, en cuadernos cuadriculados.
Con tan mala memoria, se les puede olvidar hasta el juramento que hicieron al tomar posesión del cargo e incluso es lógico que se les olvide hasta la Constitución (con lo larga que es ) y por supuesto los mandamientos de Moisés, normas de derecho humano natural
Y por favor, que antes de presentarse a un cargo político, antes de ser elegidos directores, presidentes, se les haga un examen riguroso de su memoria.
Y ya saben el remedio popular: comer muchos rabos de pasa y acudir a cursillos de memoria que suele haber en muchos pueblos y en las capitales.
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