lunes, 17 de marzo de 2014

Jueves de todos



En muchos pueblos, los niños piden por las casas y luego con lo que se recauda, se organiza una merienda.
Es un bonito gesto y celebración. Cada vecino aporta su donativo (huevos, chorizo, dinero, patatas...). Y así se merienda.
¿Sería bueno que eso lo hiciésemos todas las semanas? No solo tanto el merendar sino también el recoger los alimentos.



El darnos cuenta de que aportando cada uno un poco, llega para merendar todos.
Y como los tiempos han avanzado y cambiado mucho, quizás ya no se pide por las calles sino que directamente se va al bar o restaurante y allí se prepara la merienda y se paga a escote.
Vamos a imaginarnos una merienda en la que estemos invitados toda la humanidad. Sin que falte ninguno.
Por supuesto que con los alimentos que damos cada familia del mundo , llegaría para todos. Pero ya hay formas más sencillas.   Cada uno pensamos lo que creemos justo y queremos compartir para que todas las personas del mundo merienden y lo compartimos con una cuota de dinero o de tiempo de trabajo, o voluntariado, o participando con los desahuciados, o los inmigrantes, o los presos...
Porque cuando viene a casa pidiendo un niño que es sobrino o nieto nuestro, le damos más cantidad y más a gusto. Qué de sobrinos tenemos por el mundo o de hermanos.
Pues intentemos organizarnos para que sea jueves, y lunes y martes… de todos y de todas para toda la humanidad.
Un niño me dice que es  celíaco  y otros que no comen chorizo. Ojo que en la humanidad, hay de muchas costumbres y religiones.

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