viernes, 11 de abril de 2014

Pascual Florecida

Están los árboles preciosos: llenos de brotes y de vida. La savia les ha salido y empuja la vida por sus ramas.
Parecía que el frio y el hielo, que el invierno  iba a acabar con ellos, pero no ha sido así. La vida es más fuerte que el hielo. Ha  salido a borbotones por las yemas.
Así es nuestra vida. Fracasamos, perdemos vitalidad, vamos decayendo... Y hasta morimos. Y nos parece que se ha acabado todo. Pero no, la vida surge, vivimos. Como el feto en el vientre de su madre, salimos a otra vida más plena, pasamos a la plenitud
Somos personas de esperanza.
Hay muchas muertes, muchas dificultades, muchos sepulcros, muchas crisis. Pero la fuerza del espíritu es fuerte, vital, dinámica y crea alternativas, crea  y plenifica esa vida.
Nos resulta a veces fácil estar con cara y ánimo de viernes santo, pero es bueno pasar a cara de domingo, comulgar con la pascua florida: comulgar y vivir con la alegría, con la salvación, con la esperanza. Y no porque todo nos salga bien, o porque sean muy bonitas las  flores de acontecimientos agradables sino porque todo lo que nos ocurre, puede ser positivo y cooperar al bien
¿Recordáis?  Decíamos: comulgar por pascua florida. Ya me contentaría yo con “comulgar con la pascua florida”.

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