Están los árboles preciosos: llenos de brotes y de vida. La savia les
ha salido y empuja la vida por sus ramas.
Parecía que el frio y el hielo, que el invierno iba a acabar con ellos, pero no ha sido así.
La vida es más fuerte que el hielo. Ha salido
a borbotones por las yemas.
Así es nuestra vida. Fracasamos, perdemos vitalidad, vamos decayendo...
Y hasta morimos. Y nos parece que se ha acabado todo. Pero no, la vida surge, vivimos.
Como el feto en el vientre de su madre, salimos a otra vida más plena, pasamos
a la plenitud
Somos personas de esperanza.
Hay muchas muertes, muchas dificultades, muchos sepulcros, muchas
crisis. Pero la fuerza del espíritu es fuerte, vital, dinámica y crea
alternativas, crea y plenifica esa vida.
Nos resulta a veces fácil estar con cara y ánimo de viernes santo, pero
es bueno pasar a cara de domingo, comulgar con la pascua florida: comulgar y
vivir con la alegría, con la salvación, con la esperanza. Y no porque todo nos
salga bien, o porque sean muy bonitas las
flores de acontecimientos agradables sino porque todo lo que nos ocurre,
puede ser positivo y cooperar al bien
¿Recordáis?
Decíamos: comulgar por pascua florida. Ya me contentaría yo con
“comulgar con la pascua florida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario