viernes, 11 de abril de 2014

¡CÓMO ESCUECE EL ALCOHOL!

Tenemos una herida y le echamos alcohol. Escuece. Turra. Y nos molesta. Pero ese alcohol purifica y es principio de curación.
Estamos en crisis ¡qué novedad! Y  podemos pasar por ella si no nos toca de cerca. Pensamos o creemos que no es para tanto, que ya se está resolviendo... Si la estamos viviendo, ya tenemos otros sentimientos. Estamos angustiados.
La práctica más sana es reconocer la situación real. Acaba Foessa de decirnos, con Cáritas, en un informe profundo, científico, sereno, que la situación es muy dura. Que hay cinco millones de pobres  viviendo la exclusión más severa: en trabajo, vivienda, educación, comida, salud,… Es exclusión extrema. Y ese informe nos parece alcohol porque nos duele, nos escuece, nos interroga, nos intranquiliza en nuestro bienestar y bienvivir. Y en las líneas de la política.
Entonces, lo más fácil es decir que la herida no es para tanto, que con lavarse las manos ya está. Por mucho que escueza el conocer esos datos reales y ese estudio, eso es lo que nos puede ayudar a descubrir alternativas, a cambiar de giro en la política, en nuestras actitudes.
Pero es que resulta que la herida se da en una persona que sufre problemas  con la tensión y con la sangre. Entonces hay que seguir con otro tratamiento más complejo. Las personas que sufren la crisis, sufren varios problemas juntos: vivienda, trabajo, luz, colegio, y eso requiere el trabajo en cooperación de muchos especialistas. Y en primer lugar de los implicados. Es curioso que  no son los excluidos más severos los que se manifiestan. No les queda fuerza ni para eso.
Toda la sociedad estamos llamados a remediar, a curar las heridas. Y por supuesto, empecemos por reconocer las heridas y las otras enfermedades que nos acompañan.
Cuando oímos decir que  ya salimos de la crisis, cómo escuecen las gotas de alcohol de un informe ecuánime, pero  inquietante. Hay que decir a la sociedad que el niño se cayó y que la herida es muy grave. Solamente le echamos alcohol pero luego es preciso curas mucho más comprometidas.

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