viernes, 11 de abril de 2014

UNA META

Jesús de Nazaret tuvo en su vida una META a la que entregó toda su acción: poner en marcha un mundo nuevo, con personas nuevas, familias nuevas, sociedad nueva, política nueva, economía nueva, religión nueva... Todo según Él descubría que Dios lo quería.
 Por eso vivió feliz: haciendo lo que veía que Dios quería, amando a todos, especialmente a los más  pobres. Predicó, sanó, perdonó, dio vida, acompañó, amó... Lo resumimos diciendo: “pasó haciendo el bien”
Si contemplamos la vida de Jesús, lo vemos así.
Y este estilo de vida, le supuso enfrentarse a los responsables de la religión, el poder, el dinero, esa sociedad injusta… Y le supuso tanto que le mataron.
Es lo que celebramos en la Semana Santa. Porque Jesús era muy amigo de realizar gestos muy significativos que expresasen esa vida de entrega. Y así preparó una cena de despedida. Lavó los pies a los apóstoles, y  se entregó bajo el pan y el vino como don para siempre y como gesto para nuestra vida: partirnos y repartirnos.
Es un estilo de vida que le lleva a la muerte. No se puede enfrentar a los poderes sin  sufrir las consecuencias.
Pero Jesús es VIDA y es LUZ y por mucho que nos empeñemos la VIDA brota y la LUZ ilumina. Tras la noche viene la Alborada. Jesús vence la muerte y VIVE. ESTÁ PRESENTE,ACTÚA, MUEVE LA HISTORIA
Revivimos, actualizamos la muerte y la Resurrección de Jesús.
Y vivimos y celebramos nuestra vida: en la Entrega y en la Vida.

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