Hemos constatado en días anteriores cómo en nuestra sociedad se ha dado un cambio muy notable. ¿Cómo vivir la fe cristiana en mundo así? Se requieren una serie de disposiciones, una manera nueva de ser:
+ Imposible vivir la fe de modo nuevo si no nace en nosotros un sentido nuevo de igualdad y de corresponsabilidad.
+ Imposible sin el sentido de la participación, del todo es de todos. Aquí entra el papel nuevo de los laicos en la Iglesia, el papel de la mujer. Que las minorías también cuenten.
+ Imposible sin el cultivo de un sano sentido de la democracia, de que la fuerza está en el pueblo y de que es preciso valorar la vida de los pueblos hasta en los detalles.
+ Imposible sin el respeto al otro, a lo común. Sentirnos complementarios en la vida de las familias y de los pueblos.
+ Imposible sin pensar bien del otro, sin apreciar los valores de toda persona.
+ Imposible sin un talante pacifico, pacificador, reflexivo, generoso. Saber dialogar con paz, manifestando la opinión.
+ Renovando la fe heredada, en las celebraciones (ya a veces sin sacerdote) en la nueva mentalidad creyente.
+ Imposible sin tomarse en serio lo social y lo político, formándose para un mundo en cambio.
Con una mentalidad así podremos vivir lo cristiano con cierta intensidad y futuro en este mundo en cambio que es lo nuestro.
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